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Llegamos a un local, desde fuera no parece demasiado grande. Pasamos la cola que hay en la puerta, hay mucha gente esperando a entrar, hay gente del instituto. Voy detrás de él, todos me observan muy raramente, no combino con el ambiente, Aylan permanece serio todo el rato hasta que llegamos al portero, está delante de una puerta abierta, con unas escaleras negras que bajan, deben de haber unos siete escalones, el de seguridad de es muy grande, pero es muy musculoso esta lleno de tatuajes.

— Douglas— saluda el portero y lo deja pasar, voy detrás de él pero el portero me prohíbe el paso. 

—  Viene conmigo.—  El hombre tatuado asiente serio y me deja pasar. 

Entramos al antro, las luces de colores parpadean acompañadas por el ritmo de la música, es gigante y esta lleno de gente. Tiene dos pisos y los dos completamente hasta arriba, la barra es enorme, es todo un lateral del local. Intento seguir el ritmo de Aylan, aunque me cuesta por la masa de gente saltando y gritando. Pasamos por el lado de una plataforma con un tubo hay una chica en bikini, esta bailando, lo hace muy bien, yo no me sabría escurrir por un tubo o bailar en el, a ella se le da muy bien. La chica se da cuenta de la presencia del chico que me ha traído aquí y se escurre por el tubo hasta que su cara queda cerca de la de Aylan, veo como este sonríe.

—  Ey, jefe.—  Sonríe la chica y besa la mejilla de Aylan, a mi me sonríe y sigue con su trabajo.

Aylan me coge de la mano, tirando de mi llegamos a la barra, abre una parte de la barra para que pasemos y la vuelve a cerrar. Desde este punto se observa todo, hay seguridad por todas las puertas, o al menos eso es lo que parece que son, aunque creo que más bien son escorpiones que se quieren ganar dinero y saben meter cuatro golpes que dejan cao a cualquiera. Hay unas seis plataformas, tres chicos y tres chicas, en ropa interior bailando en un tubo, arriba hay como un balcón donde hay mesas y sillones rojos, típica parte vip.

— ¿Sabes servir copas?— Asiento.— Si te invitan bebe, no te emborraches, no consumas drogas, no te líes con clientes, no bailes en los tubos y no traigas más este tipo de ropa— Asiento.— Rebeka, dale ropa, que se cambie.— Le dice a una rubia que lleva una botella de vozka en la mano, esa apunto de servirle a un chico.

La rubia me lleva a una especie de camerino, donde me da ropa, que no parece muy cómoda, me da un top negro que hace que mis pechos queden apretados y sobresalgan un poco del top, es apretado pero para mi sorpresa no es molesto, me coloco los pantalones tejanos cortos que me ha dado, son también negros, desde fuera no parecen tejanos, me hacen una cintura que nunca he visto cuando me he mirado al espejo. Me alborota el pelo un poco, me maquilla, me pone pintalabios oscuro, me hace la raya de color negro, enmarcando mis ojos verdes. Busca entre los zapatos.

— ¿Sabes andar con tacones?— asiento, aunque soy un poco torpe, puedo aguantar.

Me da unas botas negras, de talle bajo, pero con bastante tacón, hacen que mis piernas parezcan muy largas y resaltan mi trasero un montón.

— Lista— me sonrie.

Salimos las dos del camerino. Me acerco a una parte de la barra y empiezo a servir copas y a beber otras muchas, demasiadas para mi cuerpo.

PræterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora