Capítulo 2

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Llegué al punto de reunión y no me esperé encontrarme a la hermana de mi amigo, ¡Uf!, piernas largas, piel nívea y un hermoso cabello color azabache brillante como el zafiro, era obvio que eso de ser romántico no era para mí, yo prefería las cosas directas, ¿Para qué hacer tanto alboroto si al final un beso las doblega y un par de manos sabiendo donde ponerlas, te daría el premio mayor?

—Llegaste, bro —dijo un eufórico Johan a tiempo que le indicaba a su preciosa y suculenta hermana mi presencia.

—Mucho gusto —saludo ella haciendo un énfasis de su sensual acento británico.

—El placer es todo mío —respondí dándole una mirada de esas en las que caen rendidas.

Johan al notar ese juego de miradas simplemente carraspeó y ella apenada le dijo que debía irse antes para llegar a tiempo

—Te conozco Dementiev y no pondrás tu "eso" en ella.

—Oh, tranquilo si no he hecho nada —intenté defenderme de sus acusaciones.

—Sí, claro, como sea, ya vámonos.

En el camino, Johan se dedicó a hablar de sus fiestas a esas en las que siempre le justificaba hasta que claro, toco el tema de Svety.

— ¿Se puede saber porque siempre andas con ella? ¿Es tu novia?

—Claro que no, sabes que ya no tengo novias en ningún lado, pero a todo esto ¿Por qué te cae tan mal si ni la conoces?

—Y ni quiero gracias, siempre me dejas plantado por ella.

—Si algo te sirve de consuelo es mi amiga desde el kínder así que prácticamente es como si fuese mi hermana.

—Uhm —se limitó a decir mientras llegábamos a la fiesta coctel en celebración a "no tengo ni una puta idea"

Para la ocasión use un pantalón de tela color blanco y una camisa de botones en color coral, guapo ya estaba, solo unos finos detalles como mi reloj omega, y unos mocasines blancos de Ferrari, eran el touché de la elegancia en persona. Si había algo que añadirle a la fiesta eran todos esos escotes malintencionados que hacían desviar las miradas de los hombres.

—Hola —saludó la hermana de Johan mientras éste se perdía entre la demás gente dejándome solo, era algo que odiaba cuando me invitaba a esta clase de eventos.

—Hola, ¿Y a qué va el evento? —quise saber mientras la miraba nerviosa y mordiéndose el labio. Me pregunto... ¿Por qué todas las mujeres hacen eso?

—Caridad —respondió y sus hermosos ojos verdes se fundieron con los míos— digo, si de caridad sólo que esto es para recabar fondos y ya sabes...

—Descuida, lo entiendo, pero estás demasiado nerviosa.

—No había conocido a alguien tan guapo como tú —confesó ella mientras tomaba mi mano y me alejaba de los demás. ¡Dios, ella era bien directa!

Reí en mi fuero interno, Johan me había dicho que me alejara de ella, pero ella era quien tomaba total posesión de mí y lo sentía mucho por Johan pero su hermana era un ticket libre.

—No suelo hacer esto con gente extraña —musitó avergonzada-

— ¿Qué cosa? —pregunté, pero antes de recibir respuesta alguna, sus brazos se cernieron sobre mis hombros y esos labios... pff, Johan me odiaría si se enterara de esto.

— ¿Qué pasa? —pregunto mientras se alejaba de mí.

—No es por mí, es por tu hermano, me prohibió acercarme a ti en estas condiciones.

La culpa la tuvo el vino [Concurso: "Hazme reír, cosa"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora