Capítulo 3

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Mi día o más bien mi noche comenzaba a tener unos cambios tremendos, sobre todo en mi cumpleaños, justamente ahora.

—Svety —murmuré para que dijese algo porque estaba literalmente congelada.

—Ya veo —murmuró Svety pero su voz sonaba muy fría, la cosa no pintaba para nada bien.

—L-lo lamento —farfulló Johan mientras cerraba los ojos... Y no sé en qué momento Svety se movió y... lo único que vi o más bien escuché fue a Johan gritando. Svety estaba casi encima de él golpeándolo con puño cerrado.

— ¡SVETY! —grité pero fue en vano, ella tenía una fuerza sobrenatural cuando alguien la hacía enojar.

***

Al final los guardias del lugar terminaron sacándonos a todos del lugar.

— ¿Te volviste loca... en que estabas pensando? —le reclamé ya que definitivamente estaba loca y había arruinado mi día.

— ¡Tus odiosos amigos realmente me molestan! —Respondió mientras se cruzaba de brazos—. Creo que mejor me voy a mi departamento —se encaminó dejándome hablando solo y abandonado en plena calle.

—Yo te llevo —le dije mientras le detenía.

—No tienes por qué, trata de localizar a tu amigo y vete a otra disco... a estas alturas mis amigas sabrá dios en donde están... y la verdad prefiero irme a mi departamento.

— ¿Por qué te comportas como una niña, Svety?

El silencio reinó aquel momento, ella simplemente siguió caminando y sabía que no iba a permitirme llevarla. Creo que había sido un poco duro con ella, sobre todo por lo de su comportamiento, desde que sus padres murieron, Svety había estado de trabajo en trabajo sin encontrar algo de su agrado, justo ahora no tenía uno, tenía que encontrar uno pronto. Tal vez podía ayudarla, si ella no fuese tan orgullosa.

—Vaya, pero si mi galán está aquí —aquella voz la conocía y por un momento sentí escalofríos.

— ¿Qué haces aquí? —se trataba de Diane, por lo cual ni trate de mirarla.

—No seas tan frío conmigo, tu amigo Johan me dijo que estabas aquí pero me contó que tuviste un pequeño problema por culpa de la rubia tonta de tu amiga.

Maldición, ésta mujer si quería hacerme enojar.

— ¿No vas a negarlo, cierto?, desde que te desapareciste te he seguido la pista y todo al que contraté para localizarte me muestra imágenes de ti y esa mujer... ¿Acaso es muy importante para ti?

—Sí —respondí y simplemente caminé hacia mi auto.

—Espera —llamó Diane mientras mi cerebro palpitaba en furia, Diane me había causado demasiado daño y yo no quería más de eso, simplemente yo ya no la quería en lo absoluto—. Detente Román —dijo mientras me sujetaba el hombro.

— ¡DEJAME EN PAZ! —grité furioso mientras la encaraba y ella retrocedió.

—L- lo... —tartamudeaba Diane, ya que era la primera vez que le hablaba así.

Sin esperar aquella palabra que hace años atrás me dijo cuando supe su engaño, abordé mi auto y simplemente quería huir de ahí, irme a mi departamento. La carretera formaban zigzags en mi cabeza, las memorias que juré encerrar se liberaron y me torturaron hasta el borde de las lágrimas, me sentía tan débil, tan estúpido.

***

FLASH BACK

—Sabes que siempre estaré contigo —murmuraba Diane en mi oído después de juntar nuestros cuerpos cada que a ella se le apetecía, pero para mi esto era algo parecido al amor. Sí, para mi era amor.

La culpa la tuvo el vino [Concurso: "Hazme reír, cosa"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora