Capítulo XXXIV

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Siento como mi corazón está a punto de colapsar. Trato de contenerme, pero la emoción me invade, Jade, lleva las maletas, mientras yo, llevo a la bebé, quien duerme, sin saber a todo lo que nos enfrentamos. Al abrir la puerta me puedo percatar de que el padre de Jade nos espera, me observa de una manera bastante intimidate, recorriendo mi figura hasta toparse con ese pequeño bulto al cual me estoy aferrando. Su mirada se relaja y camina en dirección a mi.
No me dirije ni una palabra, destapa un poco a la bebé y sonríe.

—Es hermosa...— logra decir al fin, para después darme la espalda y correr a ayudar a Jade.

Eso me hizo sentirme un poco aliviada, incluso la presencia del padre de Jade no me había dejado notar otra presencia que me miraba fijamente. Y efectivamente, ahí estaba Taylor, con la nariz pegada al cristal de la puerta del copiloto. Observandome, emocionada, haciendo señas para que le llevará a la pequeña.

—¡Quiero verla, quiero verla!— decía impaciente. Como un niño pequeño.

—Ya está todo listo. —Interrumpe Jade.

Seguido de la señal de aprobación de su padre, Jade y yo, nos subimos a los asientos traseros de aquel auto, segundos después ya habíamos partido.

—Es hermosa, sin duda. Se parece a mi y a ti, Tori— Taylor sonreía, de una manera rara, pero sabia que se trataba de causar molestia en la chica gótica.

—¿Verdad que lo es? De hecho, suele ser más dulce cuando está despierta—

—Me alegra saber que no se pareció a Jade, si no, pobre niña.—

—¡Cierra la boca, Taylor!— Exclama una molesta Jade.

—Oblígame, bruja. Tori, tendrás que presentarme al padre—

La pequeña discusión me causó un poco de gracia y tranquilidad, mientras que el padre de ellas nos observaba por el espejo retrovisor y soltaba unas leves sonrisas.

—Tori, nos hemos encargado de todo. Podrás estar tranquila, ambas —
Dijo aquel hombre. Haciendo referencia a ambas chicas.  —¿Tu madre dijo algo, Jade?—

—En realidad no. No sé si deba decirle. Creo que diría que es raro.—

—La verdad, es que si es raro, dime ¿En que cabeza cabe que tener una bebé con tu prima es normal?—

—¡Maldita sea, Taylor! ¡CIERRA LA BOCA!—
 
Y la verdad es que Taylor tenía razón. No era algo normal, menos fácil de aceptar, esto me hizo sentirme un poco avergonzada.

—¿Y al menos lo hizo bien, Tori?— su sonrisa pícara.

Me observaba, de una manera un tanto extraña, pero era por su acusación. Sin embargo, Jade estaba a un lado de mi, vuelta un tomate. Jamás la había visto tan avergonzada, intentando esconderse en el primer sitio que lo permitiera.

—Su silencio me hace pensar que no... JAJAJA—

—¡¡TAYLOR, YA CIERRA LA MALDITA BOCA!!—

You Don't Know Me (Cancelada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora