Capítulo XXXVI

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La respiración agitada de Tori después de aquel beso le había causado una extraña sensación que recorría su espalda. Sabía que debía detenerse porque ambas habían tenido el acuerdo de no tener más bebés por ahora, de hecho, ella seguía sin digerir que ahora tenía una hija, simplemente jamás se imagino en esta situación.

Estaba realmente feliz de tener a Tori a su lado y poder abrazarla todo el tiempo, además de poder platicar con ella, vamos, todo era simplemente perfecto, además besar a a quella chica le ayudaba a olvidar todo lo pesado de su trabajo.

Hace algunas horas se había bañado con Tori, no había pasado nada malo, simplemente se había dejado consentir por la chica de cabello marrón, quien lleno su cabello se shampoo y comenzó a darle lijeros masajes en la cabeza, mientras Jade se recargaba en el hombro de la chica.

Abrazarla mientras dormían era otra de las cosas que le encantaban. Tori encajaba a la perfección con ella, sus respiraciones se volvían una y el sueño las consumía.

El llanto la hizo volver, la pequeña estaba llorando.

—Vega...— seguía adormilada, su vista estaba nublada y además la luz era escasa en la habitación. —Vega... la niña está llorando—

—Jade, déjame dormir, hazte cargo—

¿Qué se suponia que debía hacer? ¿Darle un abrazo? ¿Cambiarle el pañal? Ni siquiera podía cargarla bien, siempre lograba que la bebé se quejara al estar mal acomodada.

Dejaría que su instinto le dijera que hacer, y al ver que la pequeña se llevaba la manita a la boca le dio la respuesta.

Tenía hambre.

Sé dirigió a la cocina, puso a hervir un poco de agua y sacó la fórmula para bebé. Espero a que el agua se calentara un poco, no demasiado, ni muy poco, sólo lo suficiente.

Preparar todo con una mano le parecía imposible. ¿Cómo es que Tori podía manejar una situación como esta?

No es tan difícil, Jade.

Se dijo a si misma.

La pequeña no le perdía de vista por ningún motivo, parecía que estaba cautivada por su madre, pero vamos, Jade lo estaba por ella, era el ser más bonito que había visto, al igual que ver a Tori.

Jade se dirigió a la sala, tomó asiento y se dedico a darle el biberón a la pequeña, la cual de inmediato tomó su mano con fuerza, le dedico una pequeña sonrisa y se dedico a disfrutar su alimento.

Con esa simple acción Jade sintió que ese pequeño ser, le estaba agradeciendo lo que hacía.

Que cosa más curiosa, pensó.

La única persona que causaba este tipo de sentimientos en ella era Tori, pero ahora, también lo era esa pequeña. ¿Cómo era posible?

Los bebés no le gustan, además siempre que cargaba a uno lloraba. La mejor parte de cargar un bebé ajeno es que lo puedes devolver a su madre cuando llora, pero ahora era distinto, ella no podía devolverlo, porque era suya.

Sí, aún tenía muchas cosas que aprender, digerir algo como esto era algo difícil, le gustaba lo que la pequeña le provocaba, pero, también le aterraba, no le gustaba sentir que alguien más dependía de ella, no era un buen ejemplo, de hecho no tenía nada de bueno, simplemente era una estúpida Jade que no sabía que cosas hacer por sí misma.

Sí, este tipo de pensamientos eran usuales, pero prefería no decirle a nadie.

Estar cuidando a la bebé ahora le aterraba un poco. ¿Y si no lo hacía correctamente?

De hecho, desde que Tori llegó, siempre se ha hecho cargo de la pequeña, ella sí tenía contacto con su hija, pero era muy poco. No era porque no quisiera a la pequeña, simplemente era algo difícil para ella y lo seguía siendo, tal vez no quería encariñarse, pero después de todo era su hija y nadie JAMÁS se la iba a quitar.

Más tarde volvió a la habitación con la pequeña en brazos, que había vuelto a dormir.  Dío un pequeño beso en la frente de la bebé y la devolvió a su cuna.

Una situación bastante agradable en su opinión.

You Don't Know Me (Cancelada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora