A sus veintiséis años se sentía perdido en la vida. A Ritsu le encantaba su trabajo, era cierto que en un principio se mostró reticente a trabajar en manga, pero poco a poco se fue habituando a su nuevo empleo, convirtiéndose así en algo muy gratificante. Solo le encontraba una pega a aquel trabajo: su jefe.
Su jefe le acosaba sexualmente y, bueno, no era que a él le molestara el hecho en sí de ser besado y tocado por Takano, lo que molestaba a Ritsu era no estar seguro de los sentimientos del mayor. Por mucho que le dijera que le quería, al menor le costaba mucho creerlo, seguía desconfiando de la palabra de Takano.
Fue un viernes por la mañana cuando las dudas de Ritsu se despejaron. Llevaba varias horas trabajando y había salido a la sala de descanso a por un café cuando vio aquella escena. Takano y Yokozawa se encontraban abrazados, su jefe le susurró algo en la oreja al oso gruñón y, después, le dio un beso en la mejilla.
Una ola de celos invadió a Ritsu y tuvo que salir de allí para no montar una escena, lo último que quería era ponerse en evidencia. Sus ojos verdes se humedecieron y tuvo que meterse en el baño para lavarse la cara.
Sabía que Takano y Yokozawa eran muy amigos pero también sabía que tenían un pasado y, después de haber visto aquello, no podía evitar pensar que tal vez aquel pasado seguía presente. Ritsu se sentía muy mal, había tardado muchos años en pasar página después de aquel fracaso amoroso en el instituto y no estaba dispuesto a volver a vivir aquello. Ritsu había tomado una decisión, le pondría las cosas fáciles a Takano para que pudiera estar junto a Yokozawa. Sabía que, aunque doliera, aquello era lo mejor para todos.
Ritsu salió del baño y volvió a su puesto de trabajo intentando aparentar normalidad. Kisa le sonrió al verle y él le devolvió la sonrisa de forma forzada. Takano ya se encontraba en su sitio y estaba dándole unas indicaciones a Hatori. Ritsu se sentó en su silla y se puso a revisar sus papeles.
La jornada laboral fue llegando a su fin y poco a poco sus compañeros se fueron retirando. Cuando vio que se había quedado solo con Takano, Ritsu se puso en pie y comenzó a recoger.
- Espera, yo también me voy a marchar ya- le dijo su jefe.
- No voy a casa, tengo que pasar antes por un sitio...- murmuró Ritsu con nerviosismo.
- Te acompaño.
- No, no, tengo que hacer una visita a un amigo, le acaban de operar.
- ¿Pero tardarás mucho? Te puedo esperar.
- No lo sé, es mejor que vayas por tu cuenta- le dijo Ritsu y se puso el abrigo dispuesto a salir.
- Espera y así bajamos juntos- le dijo Takano.
- Tengo prisa.
El menor salió de allí y se dirigió con paso acelerado hacia el ascensor. Pulsó el botón con cierta desesperación y mirando que Takano no le siguiera. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, se metió rápidamente, chocando con una persona.
- Lo siento, no me había dado cuenta de que había alguien- se disculpó Ritsu.
- Se nota que es viernes y que tienes ganas de fin de semana- bromeó aquel hombre y el editor le sonrió. Las puertas volvieron a cerrarse y se formó el silencio entre ellos. Llegaron a la planta baja y ambos salieron del ascensor.
- Que pases un buen fin de semana- le dijo aquel extraño sacándole de sus pensamientos.
- Gracias, igualmente- dijo Ritsu y puso rumbo a algún bar cercano para hacer tiempo y así no coincidir en el metro con Takano.
Eran pasadas las diez cuando decidió poner rumbo a su hogar. Se encontraba en el pasillo, buscando las llaves de su casa, cuando la puerta del apartamento de su jefe se abrió. Suspiró frustrado suponiendo que Takano le había oído llegar, por lo que se sorprendió cuando vio salir a Yokozawa, quien le hizo un gesto con la cabeza.
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Almendro en flor
FanfictionUna vez más, un malentendido hace que Ritsu se aleje de Takano. El editor jefe se siente la persona más infeliz del mundo, sobre todo cuando descubre que Ritsu ya ha rehecho su vida. Ritsu intenta pasar página, su único deseo es olvidar a Takano, pe...