Capítulo 3

455 37 12
                                    

Ritsu llegó a la dirección que le había dado el mangaka. Matsuoka le abrió con una sonrisa y le invitó a pasar.

- Tienes una casa muy bonita.- Comentó Ritsu mirando a su alrededor, mientras el anfitrión le servía una copa de vino.

- Gracias. Me da un poco de vergüenza admitirlo, pero mi madre me ayudó a decorarla.

- Pues hizo muy buen trabajo.

- Se lo diré. Por cierto, espero que te guste la pasta.

- Claro.- Sonrió Ritsu.

Se sentaron en la mesa y comenzaron a cenar mientras hablaban de trabajo. Ritsu se sentía muy cómodo con su nuevo amigo, le parecía una persona muy agradable y le estaba ayudando mucho a no pensar en Takano.

- Cocinas muy bien.- Le dijo Ritsu cuando acabaron de cenar.

- Gracias. Disfruto mucho cocinando aunque no lo hago tanto como me gustaría.- Le sonrió Matsuoka.- ¿Te apetece ir al sofá a tomarnos la última?

- Sí, el vino está riquísimo.- Asintió Ritsu mientras se ponían en pie.- Me alegro de haber aceptado tu invitación.

- ¿Tenías dudas?- Preguntó el mangaka sentándose muy cerca de Ritsu.

- No es eso, Matsuoka.- Rió el editor con nerviosismo, empezando a sentirse incómodo a causa de aquella proximidad.

- Llámame Ren, dejémonos de formalidades.

- De acuerdo.- Dijo Ritsu dándole un sorbo a su copa.

- Ya tenemos una edad y creo que lo mejor es que no nos andemos con rodeos.- Dijo Ren sin borrar su sonrisa.- Me gustas mucho, Ritsu.

El nombrado se puso muy nervioso de repente y le comenzaron a temblar las manos, provocando que se le cayera la copa sobre el sofá, manchando el tapizado y la entrepierna de Ren.

- ¡Lo siento muchísimo!- Exclamó Ritsu muerto de la vergüenza. Cogió una servilleta y la mojó con un poco de agua y, sin pararse a pensarlo, comenzó a frotar el pantalón del mangaka. Hasta que no notó que Ren se estaba poniendo erecto, no se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Apartó las manos rápidamente de la entrepierna del otro y alzó la mirada muy avergonzado, dispuesto a disculparse de nuevo, pero se topó con dos ojos que le miraban con deseo.

- Ritsu...- Murmuró Ren con voz ronca antes de inclinarse para besar los labios del editor. Ritsu se encontraba demasiado sorprendido como para corresponder el beso, cosa que no desanimó al mangaka, pues comenzó a situarse sobre el editor.- Eres muy dulce.

- Ren, yo...- Comenzó a decir Ritsu pero fue callado con otro beso. No supo porqué pero en aquel momento le vino a la cabeza la imagen de Takano con Yokozawa y sintió que la rabia le invadía. Cogió a Ren del cuello de la camisa y le besó de forma brusca, haciendo sonreír al mangaka. Le dio un empujón, haciéndole caer de espalda sobre el sofá para poder ponerse él encima.

- Y yo que pensaba que serías de los tímidos...- Rió Ren observando como Ritsu comenzaba a desnudarse.- Haré que esta noche no se te olvide jamás.

Ritsu amaneció con un dolor de cabeza espantoso, ya no le parecía tan bueno aquel vino. Notó que unos brazos rodeaban su cintura y se giró para encontrarse con un Ren muy dormido. Ritsu suspiró recordando cómo se había dejado llevar la noche anterior. Se deshizo del agarre del otro con delicadeza y salió al salón desnudo, suponiendo que su ropa seguiría donde la había dejado.

Una vez vestido, salió a la calle y puso rumbo a su trabajo, lamentando no haberse puesto una alarma. Llegaría tarde y Takano tendría una excusa para gritarle.

Almendro en florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora