Capítulo 5

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Kirishima despertó con Yokozawa en sus brazos, le apartó unos mechones de la cara y salió de la cama intentando no despertarlo.

- ¡Buenos días, papi!

- Buenos días, Hiyo.- Le sonrió su padre.- ¿Estás preparando el desayuno?

- Sí.

- Haz también para Takafumi.- La niña le miró con una sonrisa de oreja a oreja y abrazó a su padre con fuerza.

- ¿Onii-chan está aquí?

- Sí, cariño. Ayer tuvo un muy mal día, así que pórtate muy bien con él.

- Yo siempre me porto bien con onii-chan.

- Ya lo sé.

- Papi, ya no se va a ir, ¿verdad?

- No, se va a quedar con nosotros, no te preocupes por eso.

- Buenos días.- Dijo Yokozawa y Hiyori corrió a abrazarle.

- ¡Onii-chan! ¿Volverás a vivir con nosotros?- Preguntó la pequeña y Yokozawa miró al mayor, quien le sonrió.

- Claro, esta tarde traeré mis cosas.

- ¡Bien!- Exclamó Hiyori.- Te he echado mucho de menos, a ti y a Sorata.

- Y yo a ti también.

- Venga, Hiyo, deja a Takafumi, tendrá que prepararse para ir a trabajar.- Le dijo su padre y la niña se apartó. Yokozawa se metió en el baño y pocos minutos después, mientras se desnudaba, entró Kirishima.

- ¿Qué haces, inconsciente? Hiyori está en la cocina.

- Quería darte un beso, ¿o no puedo?

- No.

- Takafumi, no seas malo.- Dijo el editor acercándose a él y acariciando su pecho desnudo.- Duchémonos juntos.

- Hiyori...

- No se va a enterar, no te agobies.- Yokozawa suspiró y asintió. Una vez ya completamente desnudos, se metieron en la ducha y Kirishima comenzó a enjabonarle la espalda mientras le daba cortos besos en la nuca.- Te amo, Takafumi.

- Yo también te amo.- Dijo Yokozawa en un susurro que el otro alcanzó a oír gracias a la proximidad de sus cuerpos.

- Respecto a lo de anoche, ¿crees que podríamos hablarlo en algún momento?- Kirishima habló algo inseguro, no sabiendo muy bien cómo abordar aquel tema tan delicado. Yokozawa se mantuvo en silencio durante un momento y finalmente se giró para mirarle.

- No me gusta hablar de ello, Zen, pero te lo contaré todo cuando esté preparado. Necesito mentalizarme, porque...- Yokozawa sintió que se le formaba un nudo en la garganta y tuvo que dejar de hablar para no romper a llorar.

- Tranquilo, está bien.- Dijo Kirishima abrazándole.- No tienes que hablar de lo que no quieras, ¿de acuerdo?

- Gracias, Zen. Siento no poder darte lo que quieres.

- No pienses ya en eso. Hiyori nos hace muy felices, ¿no?- Yokozawa asintió con una sonrisa de lado.- Pues ya está, olvidemos este horrible mes en que hemos estado separados.

- Sí, será lo mejor.- Dijo Yokozawa y Kirishima se acercó a besarle.

Ritsu se sorprendió al ver que Takano todavía no se encontraba en la editorial. Se sentó en su sitio y comenzó a trabajar en silencio. Casi una hora después, apareció su jefe con cara de no haber pegado ojo en toda la noche.

Era la hora de la comida cuando Ritsu decidió hablar con Takano, le pediría que fuera a su casa después del trabajo para contarle lo del embarazo, pues Ritsu no quería hacerlo en la editorial.

Almendro en florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora