LIBERTAD | Erwin Smith

I

ESA NUEVA SOLDADO

Se abrió paso entre los reclutas en compañía de una sombra que la flaqueaba, con el emblema de la Policía Militar plasmada en su uniforme y una expresión de desagrado en el pálido rostro. No tardó en llamar la atención de todos los presentes en las filas, tanto de los novatos como de los directivos. Ella no les culpaba, no cuando estaba abriéndose camino entre la Legión de Expedición luciendo un escudo ajeno.

Ante todos ellos se encontraba el comandante Erwin Smith, y junto a él, el soldado más fuerte que poseía la humanidad. Ambas chicas detuvieron su caminar cuando estuvieron lo suficiente cerca de los soldados, todavía sin mediar palabra. Detrás de ellas, un grupo de diez hombres les seguían, todos con el mismo uniforme.

— Erwin Smith, comandante de la Legión de Reconocimiento. —realizó el típico saludo militar, manteniendo la mirada fija en él—. Es grato ver al demonio en persona.

— Theresa Schneider, capitana del Escuadrón Perla. —correspondió, extendiéndole la mano. Dicha muchacha le dedicó una leve sonrisa antes de apretar su mano—. La humanidad precisa que estés aquí de nuevo.

Ella no le respondió, sino que se volvió a mirar al batallón presente. Pasó sus ojos grisáceos por cada uno de ellos, deteniéndose momentáneamente sobre Eren Jeager, quién al darse cuenta de que estaba siendo analizado de pies a cabeza, se mantuvo firme.

— El titán de ataque. –susurró para sí misma—. La mayor arma de la humanidad, ¿no? —se mantuvo en silencio cuando Erwin dio un paso al frente, captando la atención de sus soldados al hacer aquello y comenzó un discurso.

No había lugar dentro de las murallas dónde no se conociese el nombre del aclamado 13° comandante Erwin Smith, el hombre que buscaba con desespero la libertad y victoria de la humanidad. Y no era que la capitana Schneider se dejara llevar por lo que la gente decía de él, sino que había tenido la oportunidad de conocer el lado más profundo de él; esa parte de su ser que no era mostrado a todas las personas a su alrededor. Ese sentimiento de valentía que latía en su fiel corazón.

No por nada Theresa había sido amenazada de muerte por defender los ideales de Erwin, le conocía como la palma de su mano y le veneraba como cualquier persona dentro de ese infierno enjaulado.

— ¡Recuperaremos el Muro María y le daremos la victoria a la humanidad! —exclamó Smith.

El Muro María. Por primera vez en la historia, el Cuerpo de Exploración se uniría con el Escuadrón Perla para la retoma de la muralla que los titanes les habían arrebatado años atrás, bajo el reinado de Historia Reiss, la Policía Militar ayudaría a la Legión de Reconocimiento en su misión suicida.

Theresa Schneider dirigiría a su escuadrón contra los titanes en su primera batalla, porque aunque ella hubiese vivido en carne propia lo que era asesinar a esos seres abominables, sus soldados no tenían más que el entrenamiento básico que ofrecía la armada. Pero aun así, se trataban de los diez mejores hombres que poseía la Policía Militar.