Capitulo 2

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                 El plan de escape.

- ¿Qué es lo que hacen aquí? - La pequeña niña se frotaba sus verdosos ojos con cansancio mientras veía como sus dos mejores amigos estaban de pie frente al dormitorio de las chicas.

- Necesitamos tu ayuda - Dijo Marcos, recibiendo un codazo por parte de Gabriel - ¿Qué?

- No podemos pedírselo así, tienes que  endulzarla primero... - Susurró lo más bajo que pudo,  para que la menor no los escuchara.

- ¿Qué tengo que hacer? - Ambos jóvenes se sorprendieron de lo rápido que la chica había aceptado ayudarlos, aún sin saber que era lo que necesitaban.

-Eh, queremos que nos ayudes a salir del orfanato - Gabriel miró con desconfianza a su mejor amiga, no era normal que decidiera hacer algo tan rápido.

-Perfecto, pero tendrán que hacer una cosa por mi - Y ahí estaba la Aimee que conocían, la que no hacía nada sin pedir algo a cambio.

-Dinos ¿Qué es lo que quieres? - La niña sonrió de una forma tan calculadoramente fría, que ambos menores no pudieron evitar tragar en seco.

-No se preocupen, solo quiero que me lleven con ustedes - Los amigos se miraron como si pudieran comunicarse a través de sus ojos

- Aimee, ya es bastante peligroso de que vayamos nosotros dos, imagínate que se nos uniera una niña como tú - Marcos sabía que agregarle otra persona a su pequeño equipo era una mala idea, pero también conocía bien a su amiga y ella no cambiaría de opinión hasta que aceptaran incluirla.

-Entiendo, no los ayudaré entonces - Se dio la vuelta y casi entra de nuevo a su dormitorio. Los niños se miraron una vez más y fue Gabriel quien la tomó del brazo impidiendo que se marchara.

-Estoy en desacuerdo en llevarte ¿No puedes pedir otra cosa?

-Es eso o no los ayudo - La pequeña se cruzo de brazos esperando la respuesta de sus dos amigos.

Los niños estaban indecisos y suspiraron en rendición, Aimee era la única quien había estudiado los planos del orfanato y conocía perfectamente las instalaciones de todo el lugar, solo ella podía hacerlos salir de ahí.

-Está bien iras con nosotros- Suspiro Gabriel.

- ¡Eso! - Festejo la menor, luego dándose cuenta de un detalle importante - ¿Por qué quieren ustedes ir al bosque?

- Pues...bueno, es para encontrar el objeto que puede cumplir un deseo - Gabriel sonrió solo de pensar en la idea de poder pedir lo que quisiera, porque si la regla decía que era el deseo mas honesto, entonces era lo que en verdad él quería ¿cierto? Pero el infante, a diferencia de Marcos, no esperaba que su amiga reaccionara de esa forma...

No se esperaba que ella empezara a reír a carcajadas.

-Ay, lo siento Gabriel- Ella sostuvo un poco su estómago que le dolía por la risa - Pero sabes que solo es cuento ¿no? - Marcos rio también porque ahora Gabriel estaba quedando como un tonto delante de su pelinegra amiga.

-No es broma, Gabriel en serio quiere ir a buscar ese objeto - Dijo Marcos, que tenia la esperanza de que su amiga convenciera al menor de no hacerlo.

-Bueno, aunque sea solo un cuento, Lisa siempre ha dicho que las historias pueden ser reales - Murmuró pensativa - Aunque tal vez cambien algunas partes.

- Exacto, y no perderemos nada con intentarlo... además Lisa dijo que las historias las escucha en el pueblo, es decir que si pueden ser ciertas.

- De acuerdo, será divertido salir y explorar las maravillas del bosque- Sonrió recibiendo un fuerte abrazo de parte de Gabriel, haciéndole sonrojar - Siempre quise comprobar que tan reales eran las historias que Lisa nos cuenta.

El Deseo Jamás PedidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora