Trato

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Año 2020

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Año 2020

Entré por la puerta doble del restaurante, me había cambiado la ropa antes de salir de casa, me puse una playera gris, un pantalón negro y mi par de tenis menos viejos.

Nada más entrar, vi al instante que una de las mesas estaba rodeada por guardaespaldas, específicamente cuatro. Volteé a ver a quien estaba sentado, y en efecto, era Alexander. Él en ese momento me vio, alzó su mano y me saludó, caminé hacia él y me paré junto a la mesa.

—Hola, Mark —me saludó—. Me alegra que llegaras.

—Sí —me senté enseguida y acomodé mi silla como pude.

—Es bueno que podamos hablar al fin.

No comenté nada al respecto, me quedé en silencio esperando que dijera algo más.

—Quería que habláramos en el parque, pero tenía esa reunión importante después —hizo una pausa y continuó—. Además, parecía que tú no tenías ganas de charlar.

De nuevo me quedé en silencio, pero ahora, aunque tardé en responder, lo hice.

—La última vez que nos vimos fue hace mucho tiempo. Y no quedamos en los mejores términos, no sabía cómo reaccionarias al verme. Pero sin importar como lo hicieras, seria incómodo. Por eso siempre evite contactarte.

Alex se quedó en silencio, analizando que responder.

—Es uno de los motivos por el que te llamé.

Me quedé curioso, pero sobretodo expectante a lo que estaba por decirme. Me incliné hacia él, y crucé los brazos sobre la mesa.

—Lo siento, de verdad lo siento —él tragó saliva, y después de tomar aire, continuó—, perdón por lo que hice, no tengo idea de el porque me comporté así. Enserio quiero que me perdones. Fuimos buenos amigos por dos años enteros y arruiné esa amistad. Fui un idiota.

Agaché la cabeza por un instante, sin siquiera verlo a los ojos. Pero al instante me recosté en mi silla y le respondí, con toda la sinceridad posible.

—No hace falta que te disculpes, fue hace más de veinte años, ambos éramos unos niños —pause mis palabras un segundo y seguí—. Yo tampoco fui el mejor contigo, también hice cosas malas contra ti, y lo siento con todo mi ser. Pero éramos jóvenes, tan ingenuos, no creo que ninguno de los dos deba disculparse.

Era verdad, no debía disculparse, por lo menos ya no, había pasado mucho tiempo. Pero sí es cierta una cosa, durante mucho odie a Alex, él hizo que todos los de mis amigos me temieran, que cada uno sintiera pánico al verme, nadie se me acercaba ya para charlar conmigo. Él único que siguió siendo mi amigo fue Rony.

Ambos nos quedamos en silencio por varios instantes, pero tras eso, me puse de pie y me despedí de Alex, suponiendo que no tenía nada más que decir.

—¿Adónde vas? —me preguntó.

ᴅɪᴀᴍᴏɴᴅ ᴘᴇᴀᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora