Crimen

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Justo al día siguiente, ya me habían dado mi primer trabajo como héroe: se había reportado la desaparición de una niña, ya se tenían identificados a los culpables, así que Alex pidió al capitán de policía que yo me encargara

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Justo al día siguiente, ya me habían dado mi primer trabajo como héroe: se había reportado la desaparición de una niña, ya se tenían identificados a los culpables, así que Alex pidió al capitán de policía que yo me encargara.

Para esta encomienda, y las que vinieran, Alex me obsequió una motocicleta, a pesar de no controlar muy bien el vehículo, era capaz de conducir sin chocar. Era una Suzuki GSX R 125, pintada de color negro, con algunos detalles en blanco y celeste.

—Vas directo al lugar, ¿no es así? —me preguntó Alex por el auricular que llevaba puesto.

—Sí —respondí.

—Bien, en teoría deben de ser como mínimo dos personas. Recuerda que el objetivo es hacerlos hablar y que te digan dónde está la pequeña; tú decide con que métodos los vas a hacer hablar.

La dirección conducía a una pequeña casa, casi a las afueras de la ciudad.

Me estacioné afuera de la puerta, y me bajé rápido de la moto, me acerqué a la puerta principal y di tres toques.

Nadie abrió, esperé varios segundos, pero nada, así que retrocedí un paso y tiré la entrada de una patada.

Un tipo estaba dormido en un sofá, recostado. Cuando entré, se despertó de golpe, y me observó asustado, pero a la vez molesto.

—¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?

—La niña, ¿dónde está? —exigí, mientras entraba lentamente a la casa.

—¿Qué? No sé de qué hablas. Será mejor que salgas de aquí, antes de que llame a la policía.

—No lo repetiré, ¿dónde está la niña?

Otra persona salió de repente del baño, y mientras estaba secándose las manos, me vio temeroso; a diferencia de su amigo, él sí parecía saber quién era yo.

—Vaya, pero si eres el superhéroe del que tanto está hablando la gente.

—¿Superhéroe? —preguntó el tipo de sofá, perplejo.

—Bueno, que conste que ustedes no quisieron colaborar.

Convertí uno de mis brazos en un pico gigante, corrí hacia el tipo que estaba al lado del sillón, y le atravesé una pierna, para que no pudiese huir.

Luego me acerqué al otro hombre, el que recién había salido del baño, y le di un puñetazo en la cara, al tener convertido todo mi cuerpo en diamante, incluida la mano, el golpe le hizo demasiado daño, tanto que cayó al suelo. Utilizando sus manos para apoyarse y levantarse un poco.

—¿Qué es lo que quieres amigo? Sólo dilo —dijo el tipo que tenía justo enfrente.

—La niña. Tu amigo se hizo el tonto conmigo, pero confió en que tu hablaras.

El otro tipo solo estaba recostado en el suelo apretando la herida que le hice en la pierna.

Mientras esperaba que alguno de ellos hablara, un tercer tipo apareció por detrás y me golpeó con un tubo de metal en la cabeza; pero el diamante de mi cuerpo era sumamente resistente, por lo que ni siquiera me inmuté, es más, el palo de metal quedó aboyado.

ᴅɪᴀᴍᴏɴᴅ ᴘᴇᴀᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora