Me enamoré en Noche Buena (Juliantina) Terminada

21 de Diciembre - segunda parte

Al llegar a la casa hacienda, Guille y Eva ya habían puesto todas las líneas de lucecitas y otras decoraciones en las paredes y techo. Así como en los diferentes árboles cercanos a la casa.

Valentina ayudó a Juliana a bajar de la camioneta, y se dirigieron hacia donde estaban los hermanos,

- Valentina, no vas a creer lo que pasó! Las luces encendieron, de repente se oyó como una explosión y se apagaron. Tenemos un buen  rato de estar revisándolas y nada! Llamamos a todos los electricistas y nadie responde! Parece que no vamos a tener una navidad muy iluminada este año! - expresó Guille con la decepción en su rostro.

Juliana no supo ni porqué lo hizo, pero sin pensarlo dos veces exclamó,

- No se preocupen por eso! Yo puedo ayudar! Soy ingeniera eléctrica. Valentina quieres ser mi ayudante ahora?

Valentina avanzó hacia ella y con su angelical sonrisa sin dudarlo le dijo,

- Claro!!! Todo sea por la navidad!!! Pero no me vayas a electrocutar, ok???

- No te preocupes! Jamás te haría daño!!! De casualidad tienen una caja de herramientas? Yo no ando la mia.

- Si- respondió Guille- voy a traerla! - y se dirigió hacia el garage.

Juliana con la ayuda de Valentina comenzó a revisar las conexiones, encontró la que había causado el corto circuito y la sustituyó por una nueva, luego cambió un breaker en la caja. Cuando hubo terminado todo el trabajo, llamaron al resto de la familia y encendieron las luces. Todos emocionados gritaban, silbaban y reían mostrando su alegría. Valentina tomó por los hombros a Juliana y clavando su mirada azul en ella dijo,

- Gracias, Juls!!! La navidad significa tanto para mi y con tu trabajo nos has dado algo muy importante para hacer completa esta celebración.

Sin pensarlo, se acercó más, la rodeó por los hombros y le dio un beso en su mejilla, quedando abrazadas por unos segundos, fue un momento especial para Juliana, ya no recordaba lo que era un abrazo así, sin poder evitarlo sollozó en el hombro que se le ofrecía. Valentina con ternura acarició su cabello,

- Estás bien, Juls??

Juliana se incorporó, reacomodó su cabello detrás de sus orejas y respondió,

- Si!! Todo está bien! No me pongas mente!

Valentina observó con detenimiento la tristeza en su mirada, pero no quiso indagar más, para no hacerla sentir peor. Pero se dio cuenta que en el alma de Juliana había una gran tristeza.