23 de Diciembre

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Todo estaba muy bien iluminado. El teatro ofrecía una santuosidad de maravilla. Los actores de la obra La Judea salieron nuevamente para dar gracia a los asistentes.

Valentina se levantó, con un movimiento de cabeza le indicó que partieran, tomó de la mano a Juliana para salir del lugar.

- Juls, que te gustaría hacer?

- Val, no sé! Ya sabes que no conozco por acá.

- Es cierto! Que te parece si vamos al parque? Podemos caminar y luego ir a un café cercano.

- Me parece perfecto! Ya mi tobillo no me duele del todo.

Caminaron al parque y al llegar vieron una banca y decidieron sentarse ahí a platicar.

- Val, quiero darte las gracias! Tu y tu familia se han portado muy bien! Es que me parece mentira que todavía haya gente como ustedes

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- Val, quiero darte las gracias! Tu y tu familia se han portado muy bien! Es que me parece mentira que todavía haya gente como ustedes. Me ayudaron y hasta me abrieron la puerta de su casa siendo yo una completa desconocida.

- Juls, después de tu accidente, y ver que no encontrábamos familiares, tenía que hacer algo, no podía solo dejarte en el hospital. Además, no sé porqué sentí que debía ayudarte. Fue como una fuerza superior. Había algo en tí! No se como explicarlo.

Juliana le sonrió,

- Sabes? Todo esto fue lo mejor que me pudo pasar. Ha sido una experiencia única pasar con tu familia y...

Clavó su mirada en ella, fue una mirada profunda, prolongada, entonces continuó,

- Y contigo! Jamás tuve a alguien cercano. Solo a mi amigo Sergio. Pero contigo todo fue diferente. En varios momentos he estado a punto de irme en autobús, pero estás tú! Y no he podido  hacerlo!

Valentina dibujó una sonrisa en los labios, miró directamente a los ojos de Juliana, no parpadeó, en ese momento hubo una conexión especial, bajó su mirada a los labios, se acercó más a ella.... al estar cerca de su rostro desvió su mirada y  la estrechó en un abrazo, juntando sus mejillas.

Quedaron así un rato, fundidas en un abrazo.

Al separarse, Valentina le propuso,

-Juls, se me había olvidado que tengo que hacer algo muy importante.

La jaló hacia la camioneta, y manejó de regreso a su hogar. Al llegar, siempre de la mano se dirigieron al cuarto de Valentina,

Juliana se sentó en el borde de la cama y observó a Valentina, esta jaló otra silla la puso cerca del closet y de lo más alto bajó una bolsa de juguetes.

- Juls quieres ayudarme a empacar? Evita, mi sobrina hizo su carta al niño Dios y estos son los juguetes que pidió. Debo dejarlos listos desde hoy, para que mañana a media noche estén entre el nacimiento y el árbol de navidad. Ella todavía cree que El Niño Dios trae los regalos y quiero que siga creyendo.

Valentina en ese momento notó la expresión de Juliana  y se aproximó para decirle,

- Juls, sabes que puedes decirme lo que quieras, no es bueno, ni sano que calles! Se que algo pasa. Lo noto en tu cara.

- Es difícil para mi hablar!

- Juls, una vez que empieces se irá haciendo cada vez menos difícil.

- Val, es que.... Todo es tan doloroso para mi - lo dijo sollozando abiertamente.

Juliana necesitaba liberarse de esa soga opresora que llevaba dentro del corazón y que le impedía ser plenamente feliz. Había sufrido demasiado desde muy niña para sonreír a la vida que la había atormentado.

Me enamoré en Noche Buena  (Juliantina) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora