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Luego del gran espectáculo que habían ofrecido Sehun y Lalisa, estos andaban en boca de todos, hablando de su relación como si de ello dependieran. En clase no era la excepción, pero pareciera como si a la pelinegra no le importara que hablaran sobre ella.

Una Roseanne decidida,  tomó asiento a su lado, ganándose una mirada fría de parte de la pelinegra haciendo que esta abriera su boca para reclamarle.

—¿Que te sucede, Lali? Tú no eres así...—la pelinegra volvió a mirarla, ahora manteniendo su mirada en ella.— ¿Que sucede?

—Nada, nada de tú importancia, Roseanne.— la rubia se sorprendió en la manera en que le respondió, su voz era fría y dura como hielo.

—Si, si es de mi importancia, Lalisa.— tomó las manos de la pelinegra haciendo que esta las aparte rápidamente.— ¿Porque no me quieres decir que te sucede?

—Porque...—Lalisa lo pensó, decirle a su mejor amiga lo que sucedía, porque era asi, pero apartó esa idea.— como te dije, no es de tu importancia, y ahora si me disculpas, iré a donde no me molestes, Jeon.

Rosé simplemente asintió, llena de rabia por la actitud tan cruel, fría y un poco infantil de la pelinegra, quien tomaba asiento un lugar lejano a ella, evadiendo la mirada de la castaña en su totalidad. A todo esto, Jisoo y Jennie tomaron asientos cercanos a la castaña para calmarla.

— Rosie, tranquila...— Jisoo fue la primera en hablar, mientras acaricia levemente la espalda de la castaña quien mordía su labio. — Nuestra maknae volverá con nosotras...

—Solo dale un tiempo, ¿si, Wifey ?— Está vez Jennie hablo, sujetando ambas manos de Roseanne acariciando estás mientras sonreía levemente. Rosé asintió levemente mientras no podía despegar su mirada de la figura de Lalisa.

—Quiero que vuelva, Lili.— susurró únicamente audible a Jisoo y Jennie, mientras la nombrada simplemente miraba adelante con aquella fría mirada.— Porque esa, no es Lili.

El infierno había terminado, anunciando la hora de salida

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El infierno había terminado, anunciando la hora de salida. Allí se encontraba Lalisa, sentada en aquella misma banca, donde espero a su madre aquel cercano invierno, donde se había enfrentado a Jeon JungKook. por primera vez.

—Ah...— hizo su cabeza hacia atrás mientras cerraba sus ojos, llena de cansancio y frustración bufo, su cabeza era un desorden, por más que evitara no pensar en JungKook , el siempre se hallaba presente en sus más profundos pensamientos.

—¿Mal día? — aquella voz, aquella maldita voz resonó en sus oídos, abrió sus ojos brindando una mirada de fastidio y odio que rápidamente el dueño de aquella voz captó mirándola fijamente.

—Eso no te incubé, Jeon.— el castaño sonrió internamente, recordaba perfectamente cuando solía llamarlo así.

—Es cierto, no me incubé...— tomo asiento a su lado manteniendo su mirada posada en ella.— pero si me incubé saber el porqué estás siendo de esta manera.— la pelinegra lo miro de reojo.— ¿es por lo que te dije?

—¿Sobre que? —está alzó su ceja.—¿Sobre que me dijiste que me olvidara de lo que sentía por tí?— a esto el castaño asintió.— Tal vez.

—Enserio estás siendo una inmadura, Manoban.— la pelinegra solo se mantuvo en silencio, porque sabía que lo decía JungKook en parte tenía razón.— Solo olvida todo esto.

—¿y tú lo hiciste?— el castaño prestó toda su atención sobre Lalisa.— ¿tú lograste olvidar todos nuestros lindos momentos? ¿tú lograste olvidar el tacto y sabor de mis labios? ¿tú lograste olvidar todo este maldito sentimiento?— a esto simplemente Jeon se mantuvo callado, porque de que valía mentir cuando era verdad, no la olvidado y no podría dejarla de amar. —Fue tan fácil decir que olvidáramos todo, Jeon, pero en verdad lo lograr que eso pase, lo veo lejano, y no solo por ti, si no que por mi también.— y lo dejo allí, anonadado, con sus sentimientos al aire, y un corazón palpitante por ella mientras esta contenía las terribles ganas de llorar en aquel momento.

𝐁𝐚𝐫𝐛𝐢𝐞; Lizkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora