일곱; 7

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Uno, dos, cinco minutos, cinco minutos en los que Lalisa y JungKook, no podían pensar con claridad lo que hacían, beso tras beso, ya habían perdido la cuenta

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Uno, dos, cinco minutos, cinco minutos en los que Lalisa y JungKook, no podían pensar con claridad lo que hacían, beso tras beso, ya habían perdido la cuenta. Una parte muy dentro de la rubia se preguntaba, ¿qué estaba haciendo? Pero los latidos de su corazón era aún más fuerte haciendo que solo lo escuchara a él.

Aún seguían cerrados en aquel baño, disfrutando cada segundo, como si fuera la última vez que se verían o besarían. Jeon sabía que esto no volvería a ocurrir, tal vez luego de esto Lalisa lo quiera lejos de ella o simplemente le diría que olvidara lo que había ocurrido, después de todo se odiaban ¿no?

Solo bastó un minuto más para que el celular de la rubia interrumpiera el momento, haciendo que estos separen sus labios mientras se miraban mutuamente, sin quitarle la mirada, Lalisa buscó su celular, y al hallarlo observó quien la llamaba, esa era Jisoo.

—Mierda— maldijo Lalisa al recordar la fiesta, contestó rápidamente la llamada esperando escuchar la voz de Jisoo Unnie, pero no fue así.

—Lalisa Manoban, ¿donde te metiste? —tanto como la rubia, Jeon no pudo evitar abrir sus con sorpresa y terror, era Rosé.

—Estoy en el baño— respondió nerviosa para luego escuchar un grito de parte de Jennie.

—¿¡Más de 7 minutos en el baño, Lalisa!? Por Dios...— Lalisa mordía sus uñas nerviosa— ¿Esta JungKook contigo? —eso paralizó a los dos, Lalisa rápidamente contestó un no, mientras Jeon caminaba de un lado al otro.— Pues deja de perder el tiempo y ven, debemos ir a la fiesta de Sorn. — colgó la llamada antes de que Lalisa pudiera responder de vuelta. Esta suspiro levemente, le doy una mirada JungKook y este la observaba de igual manera.

—¿Nos vamos?— habló la menor, acercándose a Jeon, no quería hacer esperar aún más a las chicas. Este solo asintió y toma la mano de la contraria entrelazando con la suya, y hay estaba de nuevo, unas capas rojas aparecieron sobre las mejillas de Lalisa sintiendo un poco de calor en su rostro. El castaño río levemente ante el lindo sonrojo de la contraria y depositó un beso en ambas mejillas.

—Vamos— salieron del baño aún con su agarre junto, pero este tuvieron que romperlo para no levantar ninguna sospecha.

(...)

"It's the love shot"— tarareaba Lalisa en su mente, siguiendo las líricas de la canción que retumbaba el lugar. Estaba rodeada de muchas personas, mientras sostenía una copa de vodka, ella no era de beber pero esta noche sería la excepción.

Sus compañeras se encontraban hablando con los chicos, Jennie estaba junto a Yoongi y Jimin discutiendo quién era el mejor cantante entre los tres. Rosése había apartado un poco del grupo de amigos junto a Taehyung y Jisoo, pues, estaba con Hoseok hablando sobre lo de ellos, ósea los videojuegos. En cuánto a Namjoon y Jin, se había ido por más tragos.

Y ahí estaban otra vez, podían como la tensión que había entre los dos aumentaba y las ganas de salir corriendo de allí no le salía de la mente a la rubia. Ocultaba sus nervios jugando un poco con el líquido restante en la copa, tratando de evadir a toda costa aquella mirada penetrante.

JungKook tenía la necesidad de volver estar cerca de ella, sostenerla entre sus brazos y reclamarle todo lo que le estaba haciendo ella. A su mente seguía repitiéndose aquel momento, sus labios sincronizados uniéndolos a ambos, aquellas leves caricias que daba sobre la cintura de la rubia, y los cálidos besos que recibían ambos de parte del otro.

De un momento el ambiente del lugar se volvió aún más tenso y la música complementó a esta situación. Una melodía seductora y tanto enérgica invadió el lugar, una sonrisa ladina apareció en el rostro del castaño, reconocía esa canción donde fuera, tomo la iniciativa y se acercó a Lalisa.

—Manoban— está lo miro un tanto desconcertada mientras dejaba la copa sobre la pequeña mesa.— ¿Me considerarías el honor de acompañarme en esta pieza? —Lalisa no sabía que hacer, aceptar o no hacerlo, pero antes de que pudiera contestar el castaño formó un pequeño puchero lo cual Lalisa encontró demasiado tierno de parte del contrario y acepto resignada por su ternura.

Caminaron hasta donde se encontraban la mayoría de las personas, la pista de baile. Y en el primer instinto, JungKook sujeto la cintura de la contraria, haciéndola suspirar con sorpresa. Y comenzaron suave baile mientras se miraban fijamente.

"I know that dress is karma.
Perfume regret."

Aquellas simples palabras de aquella canción parecieran que describían lo que ocurría entre los dos, o más bien, a Jeon.

Tener a Lalisa con aquel lindo vestido negro, ajustado que hacía que su cintura se notara sobre su ropa, su cabello rubio tocaba parte de la espalda de la contraria, mostrando aquellos sedosos cabellos tocar los hombros de la rubia. Aquel dulce y embriagante aroma que provenía de la chica lo tenían bajo un hechizo.

La melodía parecía haberlos capturado y vuelto sus esclavos, al comenzar un vaivén de sus cuerpos un poco atrevido. La menor le regalo una sonrisa ladina a su acompañante y negó levemente separándose de él.

"What are you doin' to me?"

Eso se preguntaba en su interior el castaño, la mirada atrevida de la menor le había sorprendido, esta comenzó a bailar al ritmo de la música y miraba de reojo al castaño. Los movimientos de Lalisa llamaron la atención de muchos, deteniéndose a ver a la rubia.


Los movimientos de Lalisa eran precisos con un leve toque de sensualidad en ellos, la sonrisa en su rostro no podía ser ocultada, la mirada de Lalisa al bailar se mantenía en él.

En los últimos segundos de la canción, JungKook decidió acercarse a ella. La menor se encontraba en el suelo luego de haber terminado de bailar, lamentable había acabado la canción, miro hacia arriba encontrándose con el rostro del chico, este le extendió su mano la cual gustosa acepto, al estar de pie, Jeon la acercó lo suficiente para que sus respiraciones se mezclaran entre sí. Acariciaba las mejillas de la contraria mientras sonreía, relamió sus labios sin ocultar su sonrisa.

—¿Que me estás haciendo, Manoban?— los ojos de la rubia abrieron de golpe ante su pregunta. —¿Por que no puedo dejar de pensar en ti? — la rubia estaba atónita, parecía como si a su alrededor no hubiera nadie y se había detenido el tiempo. —¿Por que ya no puedo odiarte, Manoban? — el castaño dejó de mirar el rostro de la contraria para dirigir su mirada al suelo pero la contraria hizo que la volviera a mirar.

—Por que te has enamorado de mi.— y esta vez fue la rubia quien tomo la iniciativa, y unió sus labios en un dulce beso.

— y esta vez fue la rubia quien tomo la iniciativa, y unió sus labios en un dulce beso

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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐢𝐞; Lizkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora