Prologo

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2012

(10 años antes)


Corrí, solo corrí como siempre hacía. Lo necesitaba para poder descargar mi enojo y dolor, quería sentir un cansancio físico tan alto que fuera capaz de hacerme caer del sueño y no sentir nada más por un par de horas.

Corrí por el bosque con mis audífonos a todo volumen haciendo que la melodía y la letra de Marry the night de Lady Gaga me reventara los tímpanos.

Pase por el arroyo y luego por el gran árbol caído donde solía jugar con mis amigos de pequeña, ahora solo era un sitio donde los adolescentes y adultos jóvenes lo utilizaban para mantener relaciones sexuales en las noches.

Apreté los puños y acelere el paso intentando olvidar mi rabia. Era masoquista por estar allí, así que decidí dar la vuelta y volver al pueblo a toda velocidad para cansarme adrede. Pero justo cuando me gire una piedra oculta por hoja secas me hizo pisar mal y caer haciendo que mis manos por instinto se interpusieran y terminarán raspadas.

Gemí de dolor al ver la sangre correr por mis muñecas, pero al mismo tiempo me hizo pensar en la única persona que comprendería mi sufrimiento, me escucharía y me ayudaría con mis heridas: mi novio, Jungkook.

Suspiré y al llegar a la entrada del pueblo, tome el camino a su casa. Él vivía en una de las pocas casas enormes que estaban alejadas del centro del pueblo. Pero claro, era de esperarse que viviera allí si su padre era el jefe de policía del lugar y era reconocido en todo el país. Por ende, los vecinos más acordes serian el alcalde y el juez, cada uno con su respectiva familia. Gente con bastante poder adquisitivo y jurídico.

¿Entonces, por qué era mi novio? Ni yo lo sabía. Mi caso era todo lo contrario, vivía en pleno centro con todo el ruido del mercado y de la vía de comunicación principal, además que mi casa era solo un piso pequeño que estaba arriba del negocio de mis padres, un taller de madera donde hacíamos muebles o juguetes. Aunque mi madre y yo también bailábamos flamenco y una que otras bulerías en la plaza de vez en cuando, más por diversión que por conseguir dinero. Fue así que conocí a Jungkook, dijo que no pudo pasarme por alto al verme con un vestido rojo con una flor en mi oreja mientras bailaba sin importarme mí alrededor.

Pero nada nos diferenciaba más que nuestros rasgos y raíces. Soy una inmigrante, una gitana. Mis padres se habían trasladado de España a Francia junto a varios de sus amigos y sus familias, querían empezar de nuevo y ser un poco más abiertos en algunas cosas.

Según Jungkook, me quería y amaba a pesar de nuestras diferencias. Yo le creía porque sabía que me estaba diciendo la verdad, lo conocía demasiado bien. Era un chico demasiado transparente, tierno y a veces algo tímido y torpe, pero lo quería de todos modos a pesar de que solo tenía dieciséis años y él dieciocho. Incluso mis padres lo querían y cada vez que iba a verme lo trataban bien, sobre todo cuando él preguntaba sobre nuestra cultura.

Cuando estuve a unos cuantos metros de su casa tuve que quitarme los audífonos al ver varios vehículos de la policía con las sirenas encendidas, mientras el alcalde, el juez y el padre de Jungkook estaban hablando en una pequeña redoma que había entre las tres casas.

Jungkook estaba sentado en las escaleras de su casa, la que estaba a la izquierda, mirando la nada. Tenía su camisa y sus pantalones negros como siempre y su cabello hacia un lado. Pude haber sonreído por verlo, pero algo me decía que algo grave estaba pasando sobre todo cuando vi que también había una ambulancia que había arrancado en ese momento de su patio trasero.

Todos estaban tan entretenidos con algo en concreto que nadie me noto, además de que ser algo más baja que el promedio de mujeres ayudaba a pasar desapercibida.

Bajo la luna (Saga Paranormal #6)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora