Perseus Jackson: El Monstruo Shifter

Capítulo 2: Nuevas formas y habilidades

Nueva forma y habilidades

Percy POV

Terror. Eso fue todo en lo que podía pensar mientras me convertía en un monstruo. Vi aterrorizado cómo brillaba mi símbolo en mis manos, absorbiendo el polvo dorado de la bestia que acababa de matar, obligando a mi cuerpo a contraerse y convertirse en un perro del infierno. Todavía podía sentir el dolor insoportable a medida que mis músculos y huesos se rompían y reformaban, a medida que crecían, llenándose de nueva fuerza y ​​poder que no sabía que podían poseer. Pero esa no fue la peor parte.

Lo que me asustó como un rayo fue que mi mente fue forzada a un lado mientras los instintos animales del sabueso infernal se apoderaban de mi cuerpo. Me vi corriendo por el árido paisaje del Tártaro, respirando el aire ácido, sintiendo el terreno tratando de abrirme la carne, pero no tenía control sobre mi cuerpo. Estaba prisionero dentro de mi mente mientras mis instintos monstruosos tomaban el control.

Luché contra los instintos del perro del infierno dentro de mi mente, pero parecía imposible. Me sentí como una hormiga tratando de arrebatarle el control a un elefante. Los instintos parecían tan caóticos, monstruosos e indomables. Entonces me sentí enojado. Este era mi cuerpo. Controlé lo que hace mi cuerpo y estaría condenado a dejar que algunos estúpidos instintos de monstruos luchen por el control de lo que era MÍO.

Me sentí contenida y me concentré en lo que me dijeron hace mucho tiempo: "Al mar no le gusta que lo contengan". Sentí un tirón familiar en mi intestino que continuó creciendo hasta que fue casi doloroso. Mi cuerpo de monstruo comenzó a tropezar y en un aullido aullido, sentí que mi mente recuperaba el control. Todavía sentía los instintos monstruosos dentro de mi cabeza, pero apagados, domesticados por mi mente e impredecibles maduros. ¿Quién sabía que ser un alborotador impredecible algún día me ayudaría a recuperar el control de mi cuerpo después de ser maldecido para convertirme en un monstruo? Nadie es quien! (Tenga en cuenta el sarcasmo).

Aproveché este tiempo para mirarme en mi nueva forma de monstruo. Era enorme, aproximadamente del tamaño del camión Ford F-150. Sentí una sensación de hormigueo en mis músculos, un extraño y nuevo poder que parecía electrificar mis terminaciones nerviosas. El músculo con cable cubría todo mi cuerpo, sentí que mis ancas podían saltar grandes límites, listas para entrar en acción en cualquier momento. Miré mis enormes patas con cuatro garras de tres pulgadas que brotaban de mis dígitos individuales. Trabajé mis mandíbulas, abriéndolas y cerrándolas varias veces. Me di cuenta de que un solo mordisco de estas poderosas mandíbulas causaría lesiones graves a quien mordiera.

Por extraño que parezca, no sentí tanto dolor en esta forma como lo hice mientras era humano (bueno, un semidiós pero aún así). Todavía sentía el dolor de Tártaro tratando de lastimar y matar a todos los que residen dentro del pozo, pero el dolor disminuyó. Supongo que este cuerpo es capaz de soportar el duro castigo del ambiente hostil mejor que mi propio cuerpo.

El dolor repentinamente estalló en mi cabeza cuando colapsé con un gemido de dolor. Las imágenes comenzaron a correr por mi mente como si estuviera viendo una película. Vi a un pequeño cachorro de perro del infierno rodeado de sus hermanos, que nació en una caverna negra, abriendo los ojos por primera vez. Vi como ese cachorro creció y se hizo más grande que todos sus hermanos. Lo vi cazar luchando contra múltiples monstruos en el pozo. Lo vi escapar por primera vez y llegar al mundo mortal. Lo vi cazar a algunos mortales, pero en su mayoría se mantuvo solo en el bosque. Lo vi matar varias veces, solo para reformar aquí. La última imagen fue la de mí empujando mi espada directamente en su pecho antes de que todo se volviera negro.

El dolor disminuyó cuando me arrastré hasta mis pies. ¿Qué acabo de ver? Pensé. ¿Fue solo un montaje regular de lo que sucede en una vida de monstruo? No, esos eran recuerdos . Recuerdos del perro del infierno, el perro del infierno que maté. Me quedé impactado. Por una vez, en realidad estaba viendo las cosas desde la perspectiva de un monstruo. Los recuerdos del perro del infierno ahora eran míos. Fue un sentimiento surrealista.