II:El idiota y los vecinos Jeon

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Son las siete de la mañana, y me pregunto:

¿Por qué tuvimos que mudarnos en plenas vacaciones?

Quería seguir durmiendo, si ayer sentía mí cuerpo adolorido, hoy el mismo malestar se encontraba triplicado, cargar cajas no es lo mío, y mudarme mucho menos. Para mí mala suerte, mí papá entró a despertarme, porque si fuera por mí seguiría en mí quinto sueño...

    —Lisa— sacude mí cuerpo—hija levantate.

    —Amh— balbuceo con voz dormida—papá... un ratito más, uno— ruego volviendo a acomodar mí cuerpo en la cama, estaba tan cómoda en estos momentos.

    —Dale, no seas vaga, acomodas las cosas, te das un baño, te relajas y a la tarde dormís siesta— alienta dando golpecitos en la cama.

Fácil, ¿no?

    —Agh ¡como no dejan vivir a la gente!— respondí chillando, mientras sacaba el acolchado que me tapaba de golpe.

    —Bueno, veo no amanecimos con un buen humor— se para yendo en dirección a la ventana, y al llegar abre la cortina dando paso al luminoso sol de la mañana.

Suelto una bufido aún acostada tapándome con una mano los ojos.

    —Y nosé, dime tú ¿quién se levanta con buen humor un lunes a las siete?

    —Yo— responde dándome una sonrisa, mientras cierra la puerta de mí habitación y se iba.

    —Si será enfermo--- digo para mí misma.

Al levantarme tiendo la cama, luego busco la ropa que me pondré, la dejo sobre mí cama junto con la demás prendas que se encontraban esparcidas en la misma y en el suelo.

Salgo y me dirijo al baño, me doy una ducha rápida, si es que se le puede decir rápida llevando treinta minutos en la misma. Vuelvo al cuarto, solamente con una toalla envolviendo mí pelo y cuerpo, la del pelo la tiré al suelo apenas entré.

Me desenredo el cabello mojado y suelto la toalla del cuerpo, estando solamente en ropa interior, me dirijo a la cama dispuesta a agarrar mí ropa para vestirme, cuando al pasar por la ventana, por alguna extraña sensación me siento observada, giro mí cabeza y me encuentro al sujeto de ayer sólo en pantalones —recién despierto, se notaba—, mirándome fijamente de pies a cabeza, cuando llega a esta me vuelve a dirigir una sonrisa de costado, ¿acaso este intento de persona conoce la definición de PRIVACIDAD?, volviendo a tomar la toalla a toda velocidad, envuelvo mí cuerpo y me encamino a la ventana dispuesta a cerrarla, cuando mí vecino me grita...

    —Tranquila muñeca, que vi mejores—comenta guiñando un ojo.

Y a este ¿qué mierda le pasa por la cabeza?

Dejo una parte de la ventana abierta y paso parte de mí cara por ella y le respondo...

    —Tranquilo idiota, que nadie te preguntó— inmediatamente, sin querer escuchar su respuesta cierro la ventana por completo, junto con las cortinas, y me volteo para cambiarme.

Es qué acaso mí papá estaba ciego ¿no notó la gran ventana que se encuentra frente a la mía?

Ya vestida y con un mal humor, bajo las escaleras y me encuentro con la familia y el desayuno ya servido. Debo de comentarles que Iseul hace las mejores comidas.

Mɩ Vᥱᥴɩᥒo ❇ Lɪsᴋᴏᴏᴋ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora