VII: El hermano mayor

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—Lis, necesito que me acompañes a hacer unos trámites —pidió en voz baja Iseul a mi lado mientras me sacudía lentamente.

—Mmm —murmuro mientras dejo salir un bostezo y me estiro—¿Qué hora es?

Inquiero tratando de abrir por completo mis ojos.

—Están por ser las diez —respondió Iseul tocando de manera cariñosa mi cabello.

—Haciendo eso me darás más sueñito —le comento riendo.

—Bien, ¿me acompañas entonces?

—Si, ahora me levanto —respondo sentándome en la cama.

—Salida con desayuno incluido eh —menciona una vez en la puerta mientras me guiñaba un ojo.

—Genial.

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Mientras estoy en el baño dándome una ducha el momento de ayer con el molesto —y aunque lo quiera negar hermoso— de mi vecino se hace presente en mi mente.

"Vas a ser mía, Lisa" ...puff, ¿quién se creía? Ni que fuera algún tipo de objeto material como para decir aquello.

Doy un resoplido y bajo las escaleras ya lista para acompañar a Iseul. Finjo una sonrisa al momento en que salimos.

—Si seré, me olvidé unos papeles arriba —exclama Iseul urgeando su bolso con desesperación—En un ratito vengo y nos vamos, espérame acá —pide y velozmente se da la vuelta ingresando a la casa.

—Sí, seguro —respondo al aire.

Fijo mi vista al frente y veo pasar un grandioso y lujoso auto de color negro.

—Lo bueno es que uno tiene salud —me digo a mi misma, siguiendo el camino de aquel vehículo.

Me asombro al ver que estaciona frente a la casa de los señores Jeon, para luego de este ver bajar un ¿joven señor? digo, es joven pero no de mi edad, a eso me refiero. Lo observo detenidamente apreciando su cuerpo escultural tapado tras un traje negro y camisa blanca, es alto y de pelo castaño oscuro, ojos marrones, saca su celular, lo observa como si leyese algo y hace una mueca. Lo veo detenerse de su camino cuando la puerta de la casa de mis vecinos es abierta, se escucha los pasos de alguien correr logrando que gire mi vista un poco para ver de quién se trataba y era él, instintivamente trato de ocultarme para que no note mi presencia, lo menos que deseo es cruzar mirada alguna con ese ser.

—¡Volviste Bro! —exclama mi vecino tirándose encima de él como si fuese un niño.

¿Bro? Así que él no era hijo único, con razón el parecido, o eso quiero creer.

—¡Vas a matarme así, Jungkook! —exclama serio su hermano acomodándose el traje.

Con que Jungkook es su nombre.

—Cuando no peleando ustedes dos —suena la voz de la señora Jeon acercándose hacia ellos y detrás suyo le sigue el señor Jeon—. Mi bebe, tan grande y hermoso.

Exclama la mujer abrazando al recién llegado este solo sonríe de costado.

Debe ser algo de familia sonreír así ¿o qué?

—Todo un hombre —dice el señor Jeon apretando levemente el hombro del mayor de sus hijos.

—Todo un marica —exclama con voz chillona Jungkook rompiendo con los halagos.

Los tres mayores se voltean a verlo.

—¿Qué? —inquiere mirándolos sin preocupación— Se molestó por su traje, uno queriendo darle una bienvenida y la señorita ¡Ay! ¡Ay! ¡Mi traje Jungkook!

Lo ultimo lo dice montando una escena muy divertida en mi caso al verla, provocando que tenga que taparme la boca para contener una carcajada.

—Lo de inmaduro no se te va a ir jamás.

Comenta su hermano, con cierta molestia hacia el menor de los Jeon para luego caminar hacía la casa con sus padres.

—¡Cierra la boca Jin! —exclama molesto.

Tras ese comentario, se encamina veloz hacia el susodicho y le da un puño en la espalda, al hacerlo esquiva a sus padres y al recién golpeado, entrando a pasos veloces a su casa.

—¿Te dolió? — le pregunta la señora Jeon.

—Admito que su fuerza creció en el año que estuve ausente, pero estoy bien — dice dándose masajes a su espalda.

—Y ¿Volviste a hablar con...

La pregunta de la mujer queda suspendida en el aire al ser interrumpida por él.

—No quiero hablar nada relacionado a ese tema mamá — suplico en seco y poniendo su rostro serio.

—Está bien, pero e...

Nuevamente.

—Amor, déjalo ya, está cansado —interviene su esposo.

—Pasaron unos pares de años, no hablamos y ocurrieron muchas cosas entre los dos, ya... cada uno tiene su vida —comento en un tono cansado y dolido.

Los adultos asintieron y entre los tres ingresaron a la casa. Me disfruté de un gran show de los vecinos Jeon y me he quedado con un chisme a medias, que fastidio.

—¿Qué haces?

Volteo mi rostro rápidamente encontrándome a Iseul en la misma posición que yo observándome graciosa, a paso veloz me levanto y contesto con la primera excusa que se me viene a la mente...

—¿Yo? —pregunto fingiendo— em, había... se me había caído un aro y... lo busqué, fue difícil pero lo encontré.

Finalizo mi mentira mientras le muestro el aro que tengo puesto corriendo un mechón de mi cabello.

—Mhm, bien —asiente no tan convencida— Vamos señorita pierde aros —comenta con burla caminando hacia el auto.

Subimos y emprendimos viaje al lugar de los trámites, aunque primero iríamos a desayunar, la comida es lo esencial en esta vida, anoten.

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DRAST_✔

Mɩ Vᥱᥴɩᥒo ❇ Lɪsᴋᴏᴏᴋ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora