Estúpidos Besos

II

Insolente
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Nico suspiró molesta.

No llevaba ni cinco minutos ahí y ya tenía que soportar a una niñita de primer año y ¡Recién ingresada!.

Además ¿Qué hacía en la azotea? Acaso ¿Ella también venía aquí a resolver sus preguntas? Era lo más probable... ¡No! ¡No te dejes persuadir por eso! ¡La gran Nico Nii, no puede pensar tanto en una mocosa que a penas había conocido!.

Se regaño así misma, gruño, maldiciendo a aquella linda pelirroja, ¡Nico por Dios! ¡Un gato era más lindo que ella!

Frustrada y dando por finalizado a sus riñas internas, se dirigió hacía su salón, arrastrando los pies mientras tenía cara de haber pasado una mala noche, cosa que no fue así ¡Por que la idol número 1 del universo era perfecta! Y ¡Una chiquilla insolente le vino a fastidiar su tranquilidad!.

Dicho eso, no tardó mucho en localizar los salones de tercero, al encontrar el suyo fue en dirección a este, ingresando mientras caminaba con estilo pero para mala suerte y para desagrado suyo, estaba la persona a la cual menos quería ver.

De alguna forma su presencia le irritaba y mucho, y más aún que se encontraba de empalagosa con... Nozomi, si, Nozomi, la chica de pecho grande, ¡Ese monstruo pechugon que la mitad del salon no paraba de mirarla! ¿¡Acaso la gran Nico Nii, no tiene ningún atractivo!?.

Bufó frustrada y de mala gana pasó al lado de ese par empalagoso, no se iba a quedar viendo como la pelirroja estaba besando el cuello de Nozomi. Alto... ¿Besando?, por más que no quisiera, su vista dio en ambas chicas, al diablo su disimulación.

La más alta dejaba besos pequeños en su cuello con las mejillas rojas, mientras que la pechugona de Nozomi reía y acariciaba el cabello pelirrojo de Maki.

¿¡Te has vuelto loca!?, su yo interno tuvo que devolverla a tierra firme, para su mala suerte tenía la cara de pocos amigos de la pelirroja y la mirada curiosa de Nozomi, ¡Huye Nico! ¡Llamemos al 911!, ¡No, idiota! ¡Enfrentate como la idol n° 1 que eres!, su mente era un desastre tanto que ya no reconocía si su yo interno seguía ahí.

Se dio un golpe mental y respiró profundamente antes de sentarse en su pupitre, tratando de disimular que no las había visto, al parecer hoy era su día de mala suerte, por que prácticamente tenía a Nozomi al lado suyo, lo que provocaba que sintiera la intensa mirada de aquella fastidiosa chica.

No dudo en aprovechar esa oportunidad, sonriendo con sorna a la chica mientras se apoyaba cómodamente en su pupitre casi subiendo los pies (De hecho estos estaban apoyados en la mesa) y tenía los brazos detrás de la cabeza para más comodidad.

- ¿Oh~? ¿Qué ocurre? ¿Será que no puedes dejar de mirar a la hermosa Nico Nii?.- Preguntó más alegre de lo usual y con una vocecita llena de arrogancia, sonrió con satisfacción al notar las mejillas rojas de la pelirroja, Fufufu~ ¡Sabía que nadie se podía resistir ante mi! ¡La gran Nico Nii!, si, tenía su autoestima hasta las nubes.-

- ¿¡Q-Qué dices!? ¡No me fijaría en alguien como tu ni en un millón de años!.- Refutó claramente avergonzada, bajando toda autoestima de Nico hacía el suelo, Nico volvió a su cara de pocos amigos, si por ella fuera, se llevaría de la oreja a la niñita de primero y le daría su merecido, ¿Cómo?, no tenía ni la menor idea pero lo haría.-