0 7

70 18 0
                                    

Las cosas habían cambiado bastante desde aquel día en la que Yoongi se desmayó.

Muy por el contrario a lo que pensó, la idea de hablar con alguien todos los días no era tan desagradable como él se imaginaba. Yoongi se encontró a sí mismo no odiando la idea de ver todos los días al pelirrojo, quien se acercaba con una gran sonrisa ante su escritorio, y Yoongi simplemente lo recibía con su mirada, lo cual para él ya era mucho.

A pesar de que únicamente hablaban un par de minutos antes de empezar las clases, Hoseok se conformaba con aquellos momentos con el mayor, quien se soltaba cada vez un poquito más, no tan reacio a hablar sobre sí mismo, intentando buscar respuestas a sus preguntas. Lo cual hacia muy feliz al pelirrojo.

Había descubierto poco del mayor. Este apenas tenía aspiraciones, no había algo que le gustase hacer más que ver por su ventana cuando no estaba muy soleado. No sabía mucho sobre su familia, apenas había comprendido que el castaño vivía solo por como describía su día a día.

Por otra parte, Yoongi creía saber más de Hoseok que de sí mismo. El pelirrojo no perdía un segundo para hablar cuando el mayor finalmente le preguntaba algo a él, lo cual a pesar de que le había costado al principio, rápidamente fue agarrándole la mano.

Cuando se lo contó a la psicóloga, esta de verdad se sentía genuinamente emocionada por él, sabiendo cuanto le había costado a este llegar a este punto, y notando claramente, a pesar de que Yoongi lo negase, cuanto le gustaba aquella nueva rutina en su vida.

Justo ese día era sábado y Yoongi solo había despertado con la idea de cuál sería el tema que traería a la mesa el pelirrojo si fuese un día de clases, sin embargo, pasó toda la mañana haciendo deberes, actualizándose un poco.

Su celular suena sobre su mesita de luz, y este extrañado se para de su silla para caminar a tomar el celular. Tenía un nuevo mensaje de un número desconocido.

"Hola Yoongi Hyung! Soy Hoseok. ¿Te acuerdas que te pedí tu número? Bueno... ¡Se me ocurrió escribirte! El día es hermoso ¿No crees? No mucho sol ni muchas nubes... ¿Qué tal salir a dar un paseo por ahí? ¿Te gustaría?"

La cara de Yoongi empalideció en ese momento, sin saber qué hacer en ese momento.

Deja nuevamente el celular en su mesita, y lentamente vuelve a su silla. Intenta volver a sus deberes, pero su mente se sentía abrumada por el mensaje que había recibido. Cuando Hoseok le pidió el numero hace unos días, no pensó que le iría a escribir para salir... jamás pensó siquiera que le escribiría.

Se para nuevamente, acercándose al celular y tomándolo rápidamente, tocando el botón de bloqueado un rato, hasta que la opción de apagarlo aparece en la pantalla, y sin dudarlo, desliza el dedo para que la pantalla quede en negro.








 

 

 

 

-¿Esperas un mensaje?- pregunta Yujun con una cerveza en la mano, mirándole con una interrogante en su cara.

-¿Eh? Ah... le escribí a Yoongi, hace horas. No me ha respondido...- Responde Hoseok con una sonrisa triste.

-¿Y por qué creerías que te iba a responder?- dice burlonamente, volviendo a tomar de su botella.

-Hemos estado acercándonos estos días, creí que quizás le gustaría juntarse conmigo a dar una vuelta o algo...- responde con la cabeza gacha.

-Vamos Hobi... no te desanimes por ello. Ahora estas con nosotros, en una fiesta. Ninguna chica se te arrimará si andas con esa cara- Hoseok se ríe internamente. Las chicas no lo miraban sin importar que cara hiciese. De cualquier forma, sube la cabeza con una fingida sonrisa, la cual su amigo no se da cuenta que es falsa, y alcanzándole una cerveza, la cual el menor acepta, vuelven a mirar a la gente bailar desde aquel rincón en el que se encontraban. Aunque Hoseok solo estaba esperando a que su celular sonase en algún momento.

Asleep [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora