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Tras casi tres horas de viaje, finalmente habían llegado a la funeraria, en donde muchos autos estaban aparcados y personas alrededor estaban en profundo silencio.

Hoseok había ido a su casa a cambiarse, y luego desde allí, ambos habían tomado el ómnibus que los llevaría a ese destino.

Por un lado, el pelirrojo se sentía muy nervioso, casi temblando. No era una persona difícil para socializar, de hecho, se las arreglaba bastante bien en un lugar lleno de gente. Pero este escenario no era para socializar. No recuerda haber ido a un funeral y no sabía cómo se supone que tenía que actuar en esa situación.

Por otro lado, Yoongi mantenía la misma imagen de siempre, frío y con una cara que no expresaba que su tía había fallecido. Lo cual estaba haciendo hablar a sus parientes a los cuales poca atención prestó.

Ambos caminaron hombro con hombro hacia la sala principal, donde ya de lejos se veía un grupo de personas con ropa en tonos oscuros, todas en completo silencio.

Ambos entran al lugar que se encontraba aún más silencioso si es que se podía. Todos disimuladamente voltean a verlos.

Hoseok hace una reverencia cada vez que pasan por algún grupo de gente, mientras que Yoongi simplemente seguía caminando hacia el frente.

-Si no quieres entrar puedes esperarme afuera...- Le susurra Yoongi mirando hacia abajo.

-Yo no tengo ningún problema en entrar. ¿Tú prefieres que entre contigo o quieres entrar solo?- Yoongi sube la cabeza y le mira a los ojos. Hoseok también le observa, esperando una respuesta. El castaño suaviza sus expresiones.

-Entra conmigo por favor...- Hoseok asiente algo emblandecido ante el tono del mayor y finalmente le sigue, entrando por la gran puerta en donde se encontraba el cuerpo.

El lugar estaba con un par de personas dentro, en un rincón observando a la nada, ni siquiera se percataron de la presencia del par.

Hoseok camina un poco hacia el frente, parándose frente al altar donde se encontraba la foto de una mujer adulta, con un par de arrugas en sus mejillas y ojos por estar sonriendo ampliamente. Hoseok le sonríe tristemente, no pudo llegar a conocerla pero hubiese deseado haberlo hecho.

Rápidamente el pelirrojo hace una reverencia completa y luego otra más, para caminar unos pasos al fondo del salón, esperando a que Yoongi hiciese lo mismo, dándole todo el tiempo que este necesitase.

El castaño camina unos pasos hacia adelante cuando el menor se retira, y observa la fotografía sonriente que seguramente le habían tomado a su tía años atrás. Había muchas flores alrededor, en su mayoría blancas. Y un par de libros apilados a un lado.

Yoongi observa cada detalle, y finalmente hace la reverencia hasta el piso, quedándose en aquella posición unos minutos, llorando en silencio. Las personas en la sala observan a aquel chico, que de un momento a otro había empezado a temblar en aquella posición.

Hoseok también lo nota, pero prefiere quedarse en su lugar, dejando llorar al mayor el tiempo que necesitase, y que pudiese descargarse todo lo que hiciese falta.

Después de cinco minutos, Yoongi se levanta del suelo, y se acerca lo suficiente al retrato para tocarlo, pasando en un dedo por la mejilla de la foto. Finalmente se aparta y mira a Hoseok quien masajea su hombro cuando este le alcanza. Ambos se quedan en esa posición un rato más, esperando a que las lágrimas de Yoongi se sequen lo suficiente.

Cuando finalmente el castaño se siente listo, ambos salen de aquella sala para pasar a la principal, aunque no duran mucho porque Yoongi prefirió irse afuera.

Asleep [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora