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El viaje había sido un poco agobiante para Yoongi. Este se había puesto sus auriculares, y pasó gran parte del viaje oyendo el tranquilizante sonido de las ballenas en el mar durante todo el camino, mirando hacia el campo, ya que habían salido de la ciudad. Aunque cuando notaba que estaban por pasar por una nueva ciudad o un pueblo, prefería cerrar los ojos durante unos minutos hasta encontrarse nuevamente con el campo.

De cualquier forma, eso no había evitado que su mente estuviera del todo tranquila. Cualquier pozo o esquivada que realizara el conductor del bus, hacía que sus nervios se pelos de punta, dejándole un mal sabor de boca durante todo el camino.

Por suerte Hoseok no se había aparecido durante las horas de viaje. Quizás sí lo hizo, pero él no lo había notado. Lo último que quería hacer era escucharle hablar en estos momentos de estrés.

Cuando finalmente tocó el suelo, sus piernas se movieron rápidamente camino al hotel en el cual se hospedarían durante dos noches, aun sin sacarse los auriculares.

Su brazo fue tocado suavemente, pero este siguió caminando sin importarle. Hoseok le había dicho que cuando llegasen al hotel, tendría que ir a la recepción y pedir su tarjeta de cuarto, lo cual hizo rápidamente, subiendo el ascensor, sin darse cuenta que había empezado a sudar.

Cuando llegó al piso, buscó desesperadamente el número de su habitación, y luego de habérsele caído dos veces la tarjeta, por fin pudo abrir la puerta, instalándose en el baño para rápidamente tirarse agua a la cara.

Su buzo negro también había recibido parte del agua, lo cual lo calmó un poco porque se sentía agobiado, y con mucho calor.

Solo quería volver a su casa, a su cama.

-¿Hay alguien?- escucha la voz del otro lado de la puerta, seguro era un compañero de su clase con el que tendría que compartir cuarto.

Se queda callado y quieto todo el tiempo que escucha los pasos en la habitación, para luego suspirar cuando oye la puerta cerrarse.

Sale del baño para encontrarse el cuarto horriblemente decorado. Unas rayas a lo largo de la habitación de un color mostaza sobre la pared beige. Una sensación de ahogo le invade completamente, provocándole un suave tic en la mano. En ese momento solo deseaba no ver esas horribles rayas en su vida.

Cierra rápidamente las ventanas seguido de las cortinas, y aunque sus ojos aun ven un poco las paredes asfixiantes, su corazón deja de latir tan rápido como hace segundos lo estaba. Ve la cama matrimonial que se encuentra en la habitación y se pregunta en dónde dormirá el otro chico. Se acuesta rápidamente poniéndose el cubre ojos, los auriculares y la gran colcha encima.

La puerta de su habitación se abre sin que él se dé cuenta. Recién cuando siente que le estaban picando por encima de la colcha, se la saca abruptamente y le grita que pare a quien sea que estuviese molestándole en aquel momento.

Hoseok se queda sorprendido por la reacción del otro, pero a este no le importa, ya que vuelve a ponerse la colcha sobre la cabeza.

-Lo lamento- susurra el pelirrojo, esperando una respuesta del otro que jamás llega- No quería molestarte, solo...- Hoseok le pica otra vez, esta vez más suave- Puedes atenderme, ¿Por favor?

-¿Qué quieres?- Habla rápidamente debajo de las mantas. Si Hoseok no se iba en menos de un minuto, sufriría un ataque de ansiedad.

-Tenemos que ir a comer, y luego a dar unas vueltas en la ciudad- Explica suavemente.

-Vayan ustedes, yo no quiero ir- replica rápidamente- adiós.

-¿Por qué?

-Hoseok, ¿Puedes irte?- Replica aun debajo de las sabanas, suplicando que el menor se rindiese con él de una vez por todas.

Asleep [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora