LA VIDA A LOS 17

Capitulo 2: Acciones.

Vamos allí, me levanto de la mi cama como cada mañana, intento ordenar un poco el desastre de mi cabello, ya que es mas lacio que cualquier coreano que alguna vez hayan visto sus ojos, coloco mis gafas, y posteriormente escojo metódicamente mi ropa, para verme combinado, pero sin llegar a ser extravagante, pero alto ahí, recordé que hoy no puede ser un día normal y lo duramente especificado por mi rutina mañanera, intento buscar una combinación "perfecta" para la mañana que se aproximaba, escojo unos jeans ajustados, los cuales eran mas incómodos de lo que parecían, me detengo un rato a pensar por algunos minutos, en realidad me encontraba en una laguna mental donde solo intento pensar en algo, aunque lo único que pienso es en porque no pienso nada, me encontré literalmente en ceros, hasta recordar que debía escoger una camisa para completar este gran outfit, busco entre mi desorden autonombrado closet, alguna prenda que no este tan arrugada o aromatizada por el tiempo a humedad, algo lo suficientemente limpio para usarse hoy, comienzo a aventar ropa por todos lados, hasta que encuentro una camisa de hace mucho, de color blanco, y automáticamente mi cerebro la relaciono con mi pantalón color negro, y pensé que ir monótono a la escuela, seria una buena idea, porque no podía encontrar otra forma de verme cómodo y llamativo, debido al salto entre un color y otro, tal vez no tenga sentido, pero en mi cabeza fue la mejor idea del mundo, utilice la mejor loción que existía en la tocador de mi padre, baje hacia la cocina para encontrarme con toda mi familia, desayunando felices de la vida, sin percatarse de mi existencia, de mi gran actitud y autoestima que solo aumentaba conforme me imaginaba diversas situaciones, donde yo seria el centro de atención.

*esto no quiere decir que mi intención principal es que la gente aumente mi ego, pero estoy seguro que a la gran mayoría nos gusta que cuando tenemos un buen conjunto, nos alaguen de cierta forma, un outfit donde pusimos empeño*

Tomo las llaves de mi motocicleta y sale de una despedida en general por compromiso, decido como nunca en la vida, y llevado por la emoción, intento sacar la motocicleta de la cochera, errando un poco en voltear el volante, la misma comienza a descender de forma incorrecta y en un destello de torpeza, intente encenderla y acelerar un poco para poder enderezar su camino, pero el peso me gano y jale demasiado el acelerador, hasta pegarle al auto de mi padre y provocando que su alarma encienda y el sonido lo suficientemente alto para provocar que mis tímpanos revienten, mi padre sale de la casa y sin decir ninguna palabra, observa su coche.

-¿estas consiente que pagarás los daños ?-- aunque con tono molesto, logra mantener la calma.

-No-- ¿que?, porque salio un no de mi boca, había hecho algo mal y estaba consiente de que tenia que remediarlo, pero un impulso de ir en contra de todo, salió dentro de mi.

Logre incorporar la moto y sin colocarme el casco de seguridad, acelere lo mas que pude, si despedirme de mis padres, manejando lo más rápido posible, pasando por alto los semáforos, ignorando leyes de tránsito, comencé a razonar mientras aceleraba y pensé en frenar, pero un cosquilleo se apodero de mi, como nunca antes, frenar no era una alternativa, el miedo de poder perder en cualquier momento, se convirtió en adrenalina pura, en la sensación de estar mas vivo que nunca, tal vez mi tacometro no rebasaba los 80 kilómetros por hora, pero la situación y el entorno, junto con la imaginación, me hacían creer que iba a una velocidad cósmica. Era el mejor comienzo del día, pero no todo puede ser perfecto en el mundo, ( las situaciones se vuelven perfectas cuando llegan a su final, cuando después de tantos altibajos, se llega a una meta, la cual siempre se logra si pones empeño).

*no tiene que seguir mis filosofías, pero en ocasiones se siente bien hacerla de pensante*

Una sirena policial detrás de mí, llevaba alrededor de 10 minutos siguiendo mi camino (según palabras del policía) logró verlo por el espejo retrovisor, y freno mi travesía.

-¿sabe porque retuve su paso?--

¿Han notado que la mayoria de policias tienen una voz firme, o muy masculina? pareciera que toman un curso extra, donde les enseñan a engrosar su voz, o al menos fingir cuando detienen a alguien.

Después de la pregunta del policía, hice lo mas prudente que alguien menor de edad, con moto podria hacer, incorpore mi pie en la palanca de cambios y acelere de nuevo como si no hubiera un mañana. Ahí estaba yo, a 70 kilómetros por hora, en una moto a punto de desarmarse, con problemas policiales, camino a la escuela.

Despues de una mañana que para mi era la mas rebelde de mi corta existencia, corro hacia la oficina de mi tutor escolar, que a la vez es uno de mis amigos mas cercano(imaginen que tanto me cuesta convivir con mas gente, que me hago amigos a los maestros).

- ¡Hola!, Arthur, ¿ que tal estuvo tu fiesta de cumpleaños?--

- tengo algo que contarle, he decidido salir de mi burbuja, donde todo me parece mal y comenzare a vivir-- algo agitado, por subir 4 pisos sin parar.

-Me alegro mucho por ti decision, Arthur, cuentame, ¿ que acciones guiaran tu camino hacia la mete que te has propuesto? yo podría ayudarte a encontrar algunas.

- De hecho ya comence, el dia de hoy--

-Perfecto, al parecer estas muy entusiasmado por empezar, entonces cuéntame, que es lo que has hecho.

Después de terminar de contarle todo lo que había pasado, que poniéndolo en perspectiva no es demasiado, pero para alguien como yo que siempre había obedecido las reglas y seguido instrucciones, mi tutor, me hizo caer en la razón de no confundir "comenzar a vivir" a "volverme un delincuente" porque según sus explicaciones, mis acciones podrían incrementar.

Salgo por el pasillo, intentando recapacitar, cuando cruzo miradas con un compañero de escuela, el cual siempre me había molestado, y cuando se le ocurre la maravillosa idea de comenzar un insulto, reivindico mi camino hacia el, y le suelto un golpe con el rencor que le guarde por mucho tiempo, comenzando la pelea.

Así es, lo que me dijo el señor Ferrer, se fue por la coladera, porque yo ya no era el mismo.

*Al final si comence una pelea con el mas fuerte, la vida es graciosa, mas cuando crees en ti, porque terminaron rompiendo mi nariz, pero me sentía feliz conmigo mismo*