Cartas Parte I

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- Te voy a reventar...

El chico suspiró. 

- _____-chan...

Ella cerró los puños con fuerza, de los que salieron pequeñas llamas de fuego. 

- ¡Adelante! -gritó All Might, dando inicio a una de las peleas más esperadas por todos los alumnos de la clase 1-A, que harían de público.

Todoroki atacó primero con su clásico muro de hielo, que fue directo hacia ella. Con toda la rabia y la ira recorriendo sus venas e inundando cada parte de su cuerpo, lanzó una ráfaga tan potente de fuego que derritió por completo el hielo, en tan solo unos segundos.

Una copia.

Una copia.

Una copia.

Eres débil.

Eres más débil que él.

Intentaba ignorar esos pensamientos pero, esa frustración, ese enfado, el conjunto de todos esos sentimientos negativos y su odio hacia él la volvían poderosa. Gracias a ellos podía ser fuerte, la liberaba. Su cuerpo se cubrió de incontrolables llamas rojas, listas para atacar a Todoroki. El chico se puso alerta. "Golpéalo, derríbalo, gánale...", pensó controlada por la furia, "¡ACABA CON ÉL! ¡MATALO!". Se asustó de sus propios pensamientos y, cuando volvió a tomar el control de su cuerpo, empezó a sentir las quemaduras dañando su piel. Emitió un pequeño chillido agudo. No era ella. El fuego hizo un brusco avance hacia el chico, abriéndose camino por si solo. "¡No! ¡Basta! ¡No le hagas daño!", gritó en su interior.

Lo último que sintió fue su poder de hielo contrastando dolorosamente contra las llamas, quemándola aún más. 

Duele.

Duele.

Papá, duele.

Lo siento, papá... 


*Quirk: "helada cálida".
Puede transformar su sudor en hielo y en llamas.


Abrió lentamente los ojos, su cabeza le daba tumbos. Se incorporó en la camilla y miró a su alrededor, notando que estaba en la enfermería. "Mierda", maldijo en su cabeza.

- Oh, querida, ya estás despierta.

- Ah... Recovery Girl... Gracias.

- No es nada. Ya es la quinta vez que pasas por aquí, Shimizu-san.

- Lo sé...

La anciana suspiró, preocupada.

- ¿Qué te hizo querer ser una heroína, Shimizu-san?

Papá...

- Yo...

- Piénsalo y quédatelo para ti. Pero si te voy a decir una cosa: a ningún superhéroe lo mueve el odio. 

_____ frunció el ceño. Tenía razón.

- Ya te puedes ir si quieres, estás curada y descansada. Buenas tardes, Shimizu-san.

- Buenas tardes...

Recovery Girl salió de la habitación, dejándola sola. Cuando fue a coger el vaso de agua que había en una mesilla de noche a su lado, vio que debajo de él había un sobre. Bebió agua mirándolo con curiosidad. Dejó el vaso vacío sobre la mesilla y tomó el sobre, abriéndolo y leyendo la carta que había dentro:

"Shimizu-san, ¿te encuentras bien? Estando en el comedor me he enterado de lo que te ha pasado y no he podido evitar ir a verte. Siento no poder decirte esto en persona, pero siempre me han dicho que soy mejor expresándome al escribir que al hablar, así que haré mi mayor esfuerzo para que todo lo que siento quede bien plasmado en esta hoja. Nunca me ha gustado la idea de los "admiradores secretos" o "cartas de amor", pero yo no soy ningún "admirador" y esto no es una "carta de amor". Yo no te admiro. Te quiero. Y estoy muy preocupado por tí. Deja de hacerte daño de esa manera, por favor, es doloroso verte así. Me gustaría saber qué es lo que te quema tanto por dentro para que termine haciéndolo por fuera también.

Cuídate, Shimizu-san".

Sintió un calor invadiendo sus mejillas al terminar de leer. La inspeccionó con cuidado, pero no había firma, además, estaba escrita a ordenador, por lo que no podía reconocer la letra. Me levanté y metí la carta en el sobre. No descartaba la idea de que fuera una broma de alguno de sus compañeros de clase, pero ninguno de ellos podrían hacerle algo así.

Salió de la enfermería y se dirigió a los dormitorios, pensativa. Su cabeza estaba hecha un lío entre tantos pensamientos, ya fuera de la carta o de su desastroso entrenamiento con All Might. Había hecho el ridículo delante de toda su clase. Perdió gracias al poco control que tenía sobre su propio quirk, gracias a su débil cuerpo y su débil mente. 


A la hora del almuerzo, la chica se sentó sola en una de las mesas del comedor, no tenía ganas que lidiar con ninguno de sus compañeros. Todoroki también estaba solo. "¿Qué le pasa a ese?", se preguntó. Suspiró profundamente, sin creerse lo que iba a hacer. 

Todoroki no le caía mal, realmente no le caía de ninguna manera. Pero si le guardaba recelo por ser su padre quien era, un héroe con quirk de fuego, como su padre. A menudo lo llamaban "una copia débil de Endeavor", ya que no era tan fuerte como el numero dos. Pero, a pesar de eso, no era débil. 

- Hola... Soy Shimizu _____.

Levantó la cabeza, viendo a esa chica de pelo bicolor: el lado izquierdo color naranja y el derecho de azul cielo. Se fijó después en sus ojos: el izquierdo color rojo y el derecho color blanco. Sabía perfectamente quién era.

- Hola.

- ¿Me puedo sentar...?

- C-Claro.

El poco tiempo en el que tardó en contestar la sorprendió ligeramente. Se sentó a su lado, algo incómoda, preguntándose otra vez el por qué se le había ocurrido esa estúpida idea.

- ¿No tienes almuerzo?

- ...No.

Suspiró.

- Toma un poco del mío, anda... 

"Mi quirk genera hielo y fuego", le dijo, él respondió: El mío también. "Quiero ser una heroína", le dijo, él respondió: Yo también. "Odio a Endeavor", le dijo, él respondió: Yo también. Más que como a una copia, la veía como la única persona que podía entenderlo. Era su igual. Su alma gemela, si eso existía. Eran como dos gotas de agua, que caen, se rompen...

Terminaron siendo buenos amigos, iban juntos a casi todos lados en el colegio, compartían su bento en el almuerzo, e incluso Todoroki, a veces, le daba un poco de sus fideos de soba.

- _____-chan, vayamos juntos a la U.A.

_____ sonrió.

- Si, Shōto-kun.

Shōto Todoroki: Escenarios (REEDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora