Pelea

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Shōto había salido a correr. Ya era tarde, pero Aizawa le había dado permiso para salir de los dormitorios, y de verdad necesitaba despejarse. No podía negar que estaba nervioso; su novia, esa mañana, le había preguntado si le molestaba que quedara a solas con un amigo. Para ser sincero, el chico le caía mal, era un descarado y no tenía vergüenza ninguna, no le agradaba la idea de que salieran juntos, pero, ¿quién era él para prohibirle salir con un amigo? Confiaba en su novia plenamente, pero no se fiaba de él.

Los vio sentados en un banco y no pudo evitar pararse disimuladamente para verlos. Ella estaba hermosa, como siempre, pero él estaba demasiado cerca. Entonces él tomó su rostro y la besó. Shōto se congeló ante la escena, pero muy pronto su sangre empezó a hervir. Se iba a acercar, pero _____ tardó poco en reaccionar y empujar a aquel chico.

- ¡¿Pero que haces?! ¡¿Acaso no sabes que estoy con alguien?! -dijo, pasando su mano por sus labios para limpiarse.

- ...Si, si lo sabía.

Quería ir a golpearlo. ¿Cómo se atrevía a tocarla sin su consentimiento? 

- ¡¿Entonces qué mierda te pasa?! ¿Qué te pensabas, que iba a corresponder?

- ¿Sí...?

- ¡¿Quién te crees que soy?! ¡Por nada del mundo haría algo que pudiera arruinar MI relación, con MI novio!

La chica recogió sus cosas.

- Shimizu-san, venga, no te pongas así.

- Vete a la mierda.

- Pronto te darás cuenta, los chicos solo queremos una cosa. Era bastante obvio el porqué te he invitado a salir.

- Cerdo asqueroso... -maldijo, tomándolo por el cuello de su camisa-. Te lo prometo, si haces algo para arruinar mi preciosa relación con mi precioso novio, te moleré a golpes.

_____ lo soltó e, indignada, se marchó de allí. Shōto volvió a correr. Si antes estaba intranquilo ahora estaba atacado de los nervios. Realmente estaba molesto aun después de lo que su novia había dejado en claro. ¿Qué pretendía ese chico? ¿Acostarse con ella? Solo con pensarlo le provocaba arcadas.

A la mañana siguiente, Shōto salió de su cuarto de mal humor, evitando a todos sus compañeros para no tener que saludarlos. Cogió su mochila, que había hecho la noche anterior, y se dirigió a la U.A. Se sentó en su mesa, mirando a la ventana con el ceño fruncido y su característica mirada fría, apoyando su barbilla en la palma de su mano.

- Hola, Shōto. Buenos días -le saludó _____, sonriendo.

Ni siquiera se dio cuenta de cuando había llegado. La miro de reojo por unos segundos y volvió a fijar su vista en la ventana, apretando la mandíbula.

- ¿Qué te pasa?

La ignoró y ella acabó por sentarse en su sitio sin decir una palabra más cuando, sintiéndose ridícula. Shōto y ella nunca se habían peleado y, por supuesto, él nunca la había ignorado de esa manera. Se preguntó el porqué de su comportamiento, pero no halló una respuesta clara. Las clases pasaron lentas y aburridas para ambos, quienes se miraban de reojo de vez en cuando. Sonó el timbre, dando comienzo a la hora de descanso.

- ¡_____-chan! ¡Siéntate con nosotras hoy!

- Dame un segundo, Mina-chan, tengo que hablar con Shōto -dijo sería.

Ashido asintió desconforme y se fue con las demás. _____ se acercó al asiento de Shōto, sintiendo una mezcla de enfado y preocupación.

- ¿Estás enfadado conmigo?

Shōto Todoroki: Escenarios (REEDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora