La oscuridad me envolvía en un abrazo frío y opresivo, y la confusión reinaba en mi mente mientras trataba de entender cómo había terminado en esta situación. Mis ojos se abrieron lentamente, pero lo que vi no era más que un paisaje grotesco. Un par de Goblins, seres pequeños y repugnantes, se aferraban a mis extremidades con manos garras que apretaban con una fuerza sorprendente. Su piel verde y arrugada brillaba bajo la tenue luz de una antorcha cercana, y sus ojos, como dos pequeñas perlas amarillas, reflejaban una mezcla de malicia y diversión.
Mientras tanto, uno de ellos se acercaba con un frasco en la mano, una poción burbujeante que emanaba un olor nauseabundo. Con una sonrisa torcida, se inclinó hacia mí y comenzó a rociarme con su contenido. El líquido frío impactó contra mi piel, y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Intenté girar la cabeza para evitar el contacto, pero sus garras eran firmes y me mantenían inmóvil. La angustia se apoderó de mí al darme cuenta de que me estaban forzando a beber.
Con cada instante, la desesperación crecía en mi pecho. Mis compañeros estaban en serios problemas, y la impotencia me consumía como un fuego voraz. Los gritos lejanos de sus luchas resonaban en mis oídos, y aunque mi corazón anhelaba unirme a ellos, mi cuerpo no respondía. Era como si una fuerza invisible controlara cada movimiento, mientras la espuma comenzaba a brotar de mi boca, burbujas blancas que se mezclaban con el polvo del suelo.
Una vez más, me encontraba al borde de la muerte, como si el destino se deleitara en jugar conmigo. La desesperación y el miedo querían arrastrarme al abismo, pero en medio de esa tormenta, mi mente se quedó en blanco. El caos del momento parecía absorber todos mis pensamientos, hasta que, en un rincón oscuro de mi conciencia, una idea resplandeció como un faro en la niebla. Era una chispa de esperanza en un mar de desolación.
La mañana me recibió con un aire fresco y revitalizante mientras cruzaba la entrada del gremio, un edificio robusto de piedra que parecía guardar innumerables historias en sus muros desgastados. El bullicio de voces y risas resonaba en el interior, y el olor a madera y pizarra impregnaba el ambiente. Sin embargo, mi mente estaba centrada en un pensamiento persistente: hacía tiempo que no visitaba la biblioteca, y aún tenía mucho que aprender sobre la lectura y la escritura.
A pesar de mis limitaciones, había logrado aprender a identificar las misiones a través de los dibujos que adornaban el tablón, y ya podía escribir mi nombre con cierta habilidad. Mi corazón se aceleró al acercarme al tablón, una gran tabla de madera cubierta de papeles y notas que ofrecían un vistazo a las aventuras que otros habían emprendido. Tome uno diferente esta vez y firme con determinación.
—¡Joder, escribes horrible! ¿Quién diablos te enseñó a hacer las runas así? —exclamó Melissandre, su tono de burla resonando en mis oídos.
Sin embargo, no permití que sus palabras me afectaran. A pesar de lo que había gastado en reponer lo que había perdido, aún me quedaba suficiente dinero como para subsistir. Había decidido derrochar un poco en mejor comida y habitación en la posada, una recompensa que me permitía soñar con una mejor calidad de vida, aunque solo fuera por un día.
Sin perder más tiempo, me dirigí directamente al tablero de misiones, tomé uno de los papeles de caza de jabalíes y caminé hacia el mostrador. Con un movimiento rápido, el recepcionista selló el documento con un golpe de su mano, y el sonido del sello resonó como un eco de determinación en mi pecho.
—Veo que por fin aceptas una misión de caza —dijo el recepcionista, sus ojos escrutando mi expresión con una mezcla de curiosidad y aprobación.
—Quería dinero para comprar equipo antes de enfrentarme a los enemigos... —respondí, tratando de sonar más seguro de lo que realmente me sentía.
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Crónicas Del Héroe: El Sendero Del Débil
AdventureToshio es un desempleado que se ha recluido de todo y todos, alejándose del mundo. Pero cuando un accidente y una buena dosis de torpeza lo eligen para reencarnar como el héroe bendecido por Atenea, la diosa de los humanos, su vida da un giro inespe...