Crónicas Del Héroe: El Sendero Del Débil

Interludio 1: Heroes

Faith es una chica envuelta en contradicciones, una maga tímida y reservada, pero con una mente curiosa e insaciable. Desde pequeña, siempre fue esa niña que prefería perderse entre las páginas de un libro, más interesada en desentrañar los secretos del mundo que la rodeaba que en las travesuras típicas de su edad. Su pasión por el conocimiento no conocía límites. Cada fenómeno a su alrededor le generaba preguntas que ansiaba responder. ¿Por qué el sol salía cada mañana? ¿Cómo es que el viento soplaba sin ser visto? Necesitaba entender todo, no por obligación, sino por el simple deseo de saciar una curiosidad innata, una chispa interna que la empujaba constantemente a buscar respuestas.

Su vida, sin embargo, no giraba únicamente en torno a los libros. A pesar de su naturaleza introvertida, había hecho una promesa con sus amigos de la infancia, una promesa que la impulsó a tomar un camino diferente: convertirse en aventurera. Para alguien como Faith, que prefería el silencio de una biblioteca a la acción de los campos de batalla, esta decisión fue un acto de valentía. No lo hizo por ambición o deseo de gloria, sino por el lazo que compartía con sus amigos, por el compromiso de no abandonarlos en su búsqueda de aventuras.

Pero había algo más profundo en Faith que la diferenciaba de los demás aventureros. Aunque tenía un gran talento para la magia, algo que se manifestaba desde que era una niña, su vida estaba marcada por un hecho que la alejaba de lo convencional: su raza. Faith pertenecía a una raza de mujeres bestia, una estirpe que no se destacaba en el manejo de la magia. En lugar de la potencia mágica abrumadora que otros magos poseían, Faith carecía de poder bruto. Su magia, aunque talentosa y precisa, carecía de la intensidad que solía definir a los magos de renombre. Pero a cambio, había algo que compensaba esa falta de poder: sus reflejos agudos y sentidos mejorados.

Ser una mujer bestia le otorgaba características que ningún otro mago podía igualar. Sus orejas felinas, siempre alertas, captaban el más leve susurro del viento, y su cola se movía de un lado a otro, siempre en sincronía con sus emociones, aunque a veces lo hiciera sin que ella lo notara. Además, tenía pequeños parches de pelo en ciertas partes de su cuerpo que le recordaban constantemente sus raíces. Estas características le brindaban una ventaja en situaciones en las que la magia no era suficiente, permitiéndole moverse con agilidad y reaccionar más rápido que cualquier otro mago. Sin embargo, esas mismas ventajas a menudo eran una fuente de molestia y desafío. Tener un olfato tan agudo, por ejemplo, significaba que una simple broma, como una bomba apestosa lanzada por Toshio, podía ser una tortura para ella.

Faith siempre había sido autodidacta. Su vida se centraba en el estudio y el descubrimiento, algo que reflejaba en su apariencia. Vestía una túnica simple, pero funcional, acompañada de un gorro de bruja que cubría parcialmente sus orejas felinas. Era una prenda que la hacía sentir conectada con los antiguos hechiceros, aquellos que, como ella, buscaban el conocimiento a cualquier costo. Sin embargo, el verdadero símbolo de su vocación era su varita. Esta varita no era un objeto imponente ni majestuoso; por el contrario, estaba gastada y envejecida, con marcas de uso evidente a lo largo de los años. Pero para Faith, no había un regalo más preciado. Había sido un obsequio de cumpleaños de un amigo cercano, y aunque carecía del brillo y la elegancia de las varitas que otros magos llevaban, para ella simbolizaba recuerdos y promesas.

Además, sus gafas de corte medio eran parte esencial de su identidad. Aunque su visión no era perfecta, las gafas no solo cumplían una función práctica, sino que también eran un símbolo de su seriedad y dedicación. Siempre se las ajustaba con un gesto meticuloso antes de lanzar un hechizo o leer algún pergamino, como si ese pequeño movimiento la ayudara a concentrarse mejor en la tarea que tenía delante.