CAPÍTULO 7

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Su corazón eran como caballos y yeguas corriendo a todo galope. Sentir su mirada, sus bellos ojos oscuros que la miraban solamente a ella en ese momento, diciéndole algo a través de ellos... Un estremecimiento recorrió su cuerpo.

Haziel: Quería decirte...

El profesor alzó la voz para que ya vinieran, e ir juntos.

Haziel: (Mirando a los demás) Ahí vamos.

Bien podía no importarle y quedarse solamente con ella, pero...

Haziel: Te lo diré en otra oportunidad. Vamos con ellos.

Soltó su mano y se levantó dejando a Emilia con la duda.

Emilia: (¿Qué quería decirme?)

Ella también se levantó y fue con los demás. Salieron a la calle, ya era de regresar y se estaban despidiendo.

Amanda: Chao Emilia, fue una noche agradable, ve con cuidado.

Se despidió con un beso en la mejilla.

Emilia: Sí y tú también Amanda.

Amanda: Adiós.

Vio como se iba y agitaba su mano, hasta que se alejó de ella. Divisó que Haziel se acercaba hasta donde ella estaba. Se sonrieron viéndose a los ojos.

Haziel: Me la pasé bien hoy.

Emilia: Igual para mí.

Haziel: Ve con cuidado a tu casa.

Emilia: Lo haré.

Haziel: Adiós Emilia...

De la distancia que los separaba entre ellos, lo acortó hasta asomarse hasta su oído y le susurró algo.

Haziel: Recuerda que tengo algo que decirte.

Emilia: (nerviosa) Hazi...

Le dio un beso en la mejilla, posando sus labios fríos en su piel. Se separó y le dedicó una sonrisa atrayente.

Haziel: Adiós Emilia. 

Regresó con sus amigos. Sus mejillas estaban coloradas, sin más se dispuso a llegar a su casa. Tomó un taxi, en todo el trayecto del camino, todos sus pensamientos giraban en torno a alguien, y esa persona era Haziel, aquel chico de ojos oscuros y sonrisa atractiva. Llegó a su departamento. Fue a echarse a su cama.

Emilia: Al principio dije que me mantendría alejada de ti, pero míranos, cada vez estamos más cerca (suspirando).

Se puso de costado aferrando su almohada.

Emilia: (No sé si tus intenciones siguen siendo las mismas, sin embargo después de lo que pasó en el hospital... Pero no puedo, no puedo confiar en un hombre. Ellos solo te hacen daño, te lastiman y abusan de ti hiriéndote).

Su rostro ahora estaba compungido, alterándose en sus recuerdos, apretó sus ojos. Negaba con su cabeza, estaba llorando. Pasó su mano por aquellos ojos tan inocentes que no debió ver y vivir ciertas cosas, no se lo merecía, nadie en realidad. Trató de calmarse secando sus ojos. Trató de dormir, pero en su rostro se veía toda la tristeza y lástima. Nunca lo iba a olvidar.

Al día siguiente.

Hoy no había clases, como hoy era la cena con Christina, iría en la tarde a comprar un vestido. Se colocó un abrigo de lana y fue prepararse su desayuno, Mientras que tomaba un brebaje pensó en su mamá. La nostalgia la inundó, recordaba lo que era estar a su lado, el calor maternal que le ofrecía, su amor, que la llenaba por completo. Era feliz a su lado, sintiéndose cálida y en confianza al lado de la mujer que admiraba. A pesar de todo lo que vivió también ella, sigue, siguió adelante. Aunque la llamaba, no era lo mismo. No era lo mismo a que esté a su lado, sentirla. Sus cálido abrazos que la reconfortaban, sus dulces labios. Y una mirada tan pura y llena de amor que solamente le dirigía a ella, diciéndole: "Todo va a estar bien". Extrañaba su hogar.

In the Name of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora