Kimetsu No Yaiba [Escenarios/OS]

⚡ Imperfecta⚡

Kaigaku. (spoilers)

Me miraba en el espejo antes de salir a los entrenamientos con el maestro. Perdonen, no recuerdo su nombre, pero siempre le digo maestro u abuelito.

-Que asco. Soy un cerdo. -Me digo a mi misma agarrando mis lonjas, presionando de estas esperando a que desaparezcan inútilmente.- Ojalá fuera delgada y linda, no un hombre robusto. Ush...

Al menos Zenitsu me quiere tal como soy, pero no lo culpo, yo también sentiría pena de un pobre puerco. Me gustaría decir lo mismo de Kaigaku...ese pelinegro de ojos azules tan hermosamente finos.

Su cabello alborotado y sin peinar de alguna forma se le ve bien. Me encanta ese chico, aunque él no piense lo mismo.

Minutos después ya con mi ropa para entrenar lista, salgo de mi pequeña casa y me voy directo al lugar de entrenamiento.

...

-¡Buenos días, Zenitsu! -Saludo alegremente a mi mejor amigo.- ¿Por qué lloras? ¿Qué pasa?

-Hola, ___... Lo que pasa es que Kaigaku me dijo que soy un bueno para nada... -Hago una mueca.- Y que el abuelo solo pierde el tiempo conmigo.

-No le hagas caso, eres muy bueno en lo que haces. A comparación de mi, das tu mejor esfuerzo.

-¿Pero por qué me comparas contigo? ¡Tu eres muy buena!

-¿Zenitsu, acaso no vez que parezco un cerdo? Una bola de masa andante. En los entrenamientos termino cansada demás y ya no hago nada. Al contrario, me pongo a tragar como desgraciada.

-Creele cuando te lo dice. -De la nada aparece detrás de mi mi amor platónico.-

Mi corazón comienza a latir rápido y mis manos comienzan a sudar. Cielos, cielos, cielos.

-¡Kaigaku, buenos días! -Me volteo de inmediato y hago una reverencia.- 

-No hagas eso, demonios. Podrías reventar en cualquier momento con lo gorda que estás... -Me mira de pies a cabeza con cara de asco.- 

-¡Eso no es cierto, ___! Eres hermosísima así tal cual te ves. Y no eres un cerdo, eres bolita llena de amor. -Río por su comentario. Zenitsu, te quiero mucho.- 

-No lo creo. De cerda tiene mucho pero yo diría algo más como...vaca. 

-¡Kaigaku, no le digas eso a ___! -Zenitsu vuelve a gritar.- 

-¿Qué? Es la verdad. -No sé por qué me sonrojé.-

Por un momento en mi cabeza se cruzó la idea de que Kaigaku me coma como carne de res... Que enferma estoy, cielos. 

-Emm... no me molesta, Zenitsu. -Le sonrío para calmarlo.- Oye, Kaigaku... me preguntaba si querías ir a ver la puesta de sol con... Zenitsu y yo. -Mis palabras temblaban conforme levantaba la mirada para verlo.-

Odio que por mi peso esté bajita. Parezco un horrible duende con exceso de arcoiris. 

-¿Estás de broma no? ¿Ir con unos inútiles como ustedes? -Zenitsu toma mi mano apretándola al ver como mi expresión se debilita.- ¿Y pero, con una vaca? Por favor, siquiera tus manos huelen normal. -Arrebata la mano del rubio y toma la mía acercándola a su cara para olerla.- ¡Huelen a carne! ¿¡Cuándo será el día en que seas una mujer de verdad?!

Ok, eso me destrozó. Su agarre se soltó bruscamente dejando mi mano colgada. Mis lágrimas amenazan con desbordar mis orbes pero, solo miro hacia abajo evitando que él o Zenitsu me vea. 

-Lo siento Zenitsu, hoy no estoy en condiciones de entrenar. -Termino por decir y salgo corriendo de ahí. Que mejor día.- 

Y parecía empeorar pues a cuatro metros de distancia una maldita roca se interpone en mi camino y termino rodando en el suelo. Esto no podría ponerse peor. La risotada del azabache se escucha tan bella... pero la verdad no puedo disfrutarla puesto que ahora estoy llena de lodo.