Después del gran desastre que se había ocasionado, el día de Navidad no estaba resultando según lo esperado. Adornos, serpentinas, y armaduras era lo que había en el salón de aquella estructura; el hombre de metal tuvo que enfrentarse a su mujer fatal. Sam lloraba y reía, lo primero por obra de María y la escritora probrecilla narraba la historia como una loquilla.
Dejando atrás la narración tipo cuentos de Mickey, volvamos a lo que estamos. En efecto los antes mencionado se enfrentaron a la furia de las mujeres, que los mandaron a arreglar todo y ellos sabiamente lo hicieron sin chistar. Al cabo de unas horas llegaron los demás y por lastima se ofrecieron a ayudarles.
Ahora siendo las tres de la tarde ya casi todo estaba listo.
-- Dije que la fuente de chocolate va del otro lado, junto a la mesa de bocadillos-- Pepper terminaba de arreglar los últimos detalles, la mujer estaba realmente estresada ser empresaria, esposa y madre no era fácil, además su marido no le facilitaba las cosas.
-- Oye Pepps, es hora de que vayas a arreglarte deja todo esto aquí-- dijo Hope entrando a la sala.
--No estoy segura de dejar a los chicos solos, ya ves lo que hicieron la última vez-- dijo la pelinaranja rodando los ojos.
-- Es verdad que son estúpidos pero no creo que vuelvan a hacer lo que hicieron, ni ellos son tan idiotas cariño-- insistió la Avispa.
-- ¡Oye! -- se quejaron Sam y Tony que seguían castigados limpiando el minibar.
-- A callar ustedes dos y sigan con su trabajo-- regaño. Ellos sólo la fulminaron con la mirada y siguieron con lo suyo.
-- No lo sé....-- dudo Pepper.
-- Oh vamos, Morgan a estado preguntando por sus papás y sabes que si uno de los dos no va con ella la tendrás aquí husmeando debajo del árbol-- advirtió la mujer.
-- Ahg esta bien ya voy-- se resigno-- me voy a ir pero pobre de ustedes si llegan a arruinar todo otra vez-- les advirtió a los hombres y estos asintieron desganados. Así ambas mujeres se dirijieron al quinto piso, donde estaban los niños.
Mientras tanto en la cocina un sexto pavo salía del horno.
-- Bueno no fue fácil, fueron dos intentos fallidos y una calcinación, pero lo logramos-- declaró una Laura sudada y llena de condimentos hasta el pelo.
-- Así es, ahora tenemos tres sabrosos pavos para alimentar a la manada de animales que dicen ser nuestros maridos-- la apoyó Nat luciendo igual a la señora Barton.
-- Ni que lo digas , a Thor no lo lleno ni con diez de estos-- dijo Carol con una mueca.
-- Pues con tanto músculo que se cargan los ingratos-- opinó Wanda comiendo helado, sus compañeras asintieron en acuerdo.
-- Miren que rápido se va el tiempo ya son las cinco, creo que deberíamos ir a arreglarnos, además los niños nos deben de estar extrañando-- dijo Laura sacudiendose el cabello. Todas asintieron y después de guardar todo en lugar seguro fuera del alcance de los hombres se dirijieron a ver a sus hijos.
-- Mamiiii-- gritó un pequeño de cabello pelirrojo aventandose a los brazos de su madre.
-- Hola mi bebé ¿Cómo la has pasado?-- preguntó Natasha mientras besaba las mejillas de su hijo haciéndolo reír.
-- De maravilla, ¿papá ya está bien de su colita? -- preguntó el niño haciendo reír a su mamá.
-- Sí amor, tu papá esta bien, no te preocupes , es hora de que nos arreglemos para la cena de navidad-- le dijo, el niño asintió.