9.| El aullido de la retirada

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Bethan, con gran asco y repudio, empujó a la chica que ahora lo estaba besando. No podía creer todo lo que estaba pasando y es que ¿en cual mundo todo esto era tan solo un poco lógico? Exacto, en ninguno.

El pelinegro se levantó rápidamente del suelo y no pudo evitar lanzar una mirada a aquella desconocida; una mirada de desprecio y repulsión tras lo sucedido y es que para su desgracia, le había chafado su primer beso.

El chico levantó su mano derecha empuñando el arma con gran fuerza, pero sin la determinación que necesitaba para poder disparar realmente.

No podía.

Su buen corazón se lo impedía y es que, ahora, estando la chica con su aspecto humano no parecía ser tan peligrosa. De hecho, parecía una de ellos.

-Vete. -Dijo Bethan finalmente. -Vete y si vuelvo a verte prometo que en ese momento sí te mataré.

Por otro lado, Melissa, viéndose arrinconada por el apuesto muchacho de ojos amarillos sacó su pistola y apuntó directamente a él. Emmanuel, sin miedo alguno siguió acercándose a ella creyendo que tenía el control de toda la situación. No podía estar más lejos de la realidad.

-Mía. -Volvió a repetir el joven con gran desesperación en sus ojos.

-No te acerques. -Le advirtió una Melissa tanto asustada como determinada. -No te acerques o disparo.

Emmanuel, con una sonrisa dibujada en sus labios, no se detuvo y es que seguía acercándose a ella con tal confianza que a Melissa la repugnaba por dentro.

En una maravillosa jugada, el joven logró quitar el arma de las manos de la chica y lanzarla a un lado para finalmente tomarla por la cintura. Melissa, intentando escapar de su agarre, empezó a lanzar patadas al aire sintiendo verdadero miedo en su ser. Y mientras los golpes no se hicieron esperar, casi al otro lado del campamento, Oliver llevaba en brazos a su anaranjada hermana la cual, al igual que su futura líder, también daba patadas al aire con gran rabia hacia su gemelo.

-¡Sueltame! -Exigió Liv. -¡OLIVER!

Cuando los hermanos Blossom se alejaron por completo de la gran batalla que aún mantenían algunos lobos con cazadores, él la dejó caer al suelo y miró a su gemela y su rostro hecho una verdadera furia.

-¿Contenta? Ya te he soltado. -Dijo el con gran ironía en su todo de voz.

-Bethan está en peligro ¡y tú me has alejado de él!

-¡TENGO QUE PROTEGERTE! -Gritó Oliver.

Cuando el pelirrojo gritaba, su rostro se volvía del mismo tono anaranjado que el de su cabello dejando imposible a la vista en donde empezaba su frente y en donde terminaba.

-No... Yo no necesito tu...

-¿Protección? -Terminó Oliver la frase de su hermana. -Lo necesitas tanto como yo de la tuya.

Liv apretó la mandíbula y se cruzó de brazos sabiendo que si intentaba correr una vez más él volvería a por ella las veces que hicieran falta. Lo sabía bien.

Melissa, que aún se veía envuelta entre los brazos de aquel fuerte joven, usó su inteligencia femenina e hizo lo mejor que pido hacer. Sus brazos estaban inmóviles, pero sus piernas no. Levantó fugazmente su rodilla y la estampó contra la hombría del chico con gran fuerza que ayudó a que él la dejase libre de su agarre.

La chica de cabellos negros corrió hasta el arma y la sostuvo con fuerza en sus manos que ligeramente temblaban del miedo y la energía que recorría su delgado cuerpo. Y cuando Emmanuel levantó la cabeza vio a una determinada y furiosa Melissa la cual estaba dispuesta a absolutamente todo.

-No serías capaz...

-¿Aun lo dudas? -Dijo Melissa interrumpiendo al chico de cabellos castaños oscuros.

Y cuando el intentó dar un paso hacia adelante pasó lo que se esperaba. A diferencia de Bethan, el corazón de Melissa no tenía piedad para los que dañaran a sí gente. Ni un poco.

La chica, sin pensarlo dos veces disparó el gatillo una única vez dando al abdomen de Emmanuel la cual cayó al suelo en cuestión de segundos.

-Retirada, ¡retirada! -Gritó el Alfa en la mente de todos sus lobos.

En un abrir y cerrar de ojos, el joven Matthew hecho hombre y Nayla la cual había abandonado a su mate, fueron al rescate de si Alfa la cual aún se encontraba en el suelo y al ver esto Melissa su miedo creció. Ahora eran dos contra uno. Dos lobos hechos hombres con gran furia en si cuerpo mientras que ella, aunque tenía las armas, seguía siendo una.

Pero para su sorpresa, no hicieron nada. De hecho, Melissa dudó en si al menos habían notado su presencia pero todo indicaba que no. Solo tuvieron ojos para su Alfa y solo tardaron dos minutos para ver el campamento sin ningún lobo. Al menos no vivos.

Todos habían huido en manada volviendo a su lado de la montaña, desaparecido tras los árboles y dejando el terror en los cazadores de qe volvieran a atacar su hogar.

Ahora el campamento era un lugar lleno de desesperanza. El suelo estaba cruelmente decorado con cadáveres tanto de lobos como de los propios cazadores la cual trataban de defender su territorio. Los que aún quedaban con vida, miraban el panorama con lágrimas en sus ojos y es que hora antes habían sido felices mientras que ahora lloraban la muerte de sus seres queridos. Una vez más, habían sido víctimas de los Lobos.

∞Mount Station || ALMAS GEMELAS: 1. La Guerra del Sur∞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora