Poco quedaba de esa tarde de verano moribundo cuando Shikamaru logró reencontrarse con Ino y Chōji. Aunque ambos se mostraron aliviados de ver al Nara con mejor semblante, el problema de fondo subsistía.
—¿Estás bien? —fue lo primero que el Akimichi preguntó al verlo. Seguidamente, le comentó—. Te estuvimos buscando por todos lados.
—Sí, estoy bien. Lo siento, no debí haberme ido así —acotó el domador de sombras y luego notó la ausencia del Inuzuka, por lo que inquirió— ¿Dónde está Kiba?
—Aún te está buscando —señaló la Yamanaka, dando a entender que se habían separado en la búsqueda. Posteriormente aminoró al asegurar—. No te preocupes, de seguro seguirá tu aroma hasta aquí.
—Necesito pedirles un favor muy importante —anunció el genio, impregnando de seriedad el tema y ambos lo miraron atentamente, dispuestos a acatar cualquier plan por más disparatado que fuese—. Tengo que ir a Suna a lidiar con todo esto, pero Tsunade-sama no me apoyará por lo que deberé escapar de la aldea.
—Cuenta con nosotros —exclamaron ambos al unísono y sin dudar, provocando que el vago sonriera en agradecimiento por los amigos que tenía.
—Ino, necesitaré que mañana vayas a mi casa y le expliques la situación a mi madre, no es necesario que le mientas, pero no le des muchos detalles —explicitó él, generando cierta incertidumbre en la Yamanaka.
—¿Estás seguro, Shikamaru? —cuestionó la rubia, pensando en la salud emocional de Yoshino.
—Se preocupará cuando no vuelva a dormir, así que es mejor que sepa lo que sucede a que permanezca en la duda —opinó el jōnin, y su compañera no pudo hacer otra cosa más que asentir afirmativamente.
—De acuerdo, así lo haré —aceptó ella sin otro interrogante de por medio.
—Chōji, necesito que hagas lo mismo, pero con Kurenai-sensei —solicitó Shikamaru pensando en Hitsuke—. Tengo una misión en conjunto con Temari dentro de diez días, así que no volveré hasta que la hayamos concluido.
—Déjamelo a mí. Iré a visitar a Hitsuke seguido —prometió el bonachón.
—Gracias chicos, les debo una grande —reconoció el estratega, entregándose a sentimentalismos.
—Sí, sí, anda, ve, o caerá la noche y aún no tendrás listas tus cosas —mitigó Ino para no caer en cursilerías.
—Ni creas que no nos cobraremos el favor —advirtió Chōji en broma y con simpatía.
—Lo tendré en mente —soltó despreocupadamente el Nara con una sonrisa en los labios.
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Esa misma noche, Shikamaru había logrado traspasar las puertas de la aldea sin dificultad alguna, lo cual había llamado poderosamente su atención. Por esa razón, ocultó su chakra al continuar caminando y planeó seguir de la manera más sigilosa posible hasta llegar al territorio perteneciente al país del Viento.
Se adentró en aquel frondoso bosque que rodeaba Konoha y, en medio de la oscuridad, elevó la mirada al cielo para encontrarse con una luna rota en cuarto creciente, cuya luz se filtraba a través de las copas de los árboles. El genio de la Hoja se distrajo un momento y sonrió sin darse cuenta al recordar aquella promesa que habían hecho la última noche que se vieron y con la flor del desierto de testigo.
—Supongo que es hora de ir a buscar la otra mitad —comentó por lo bajo y grande fue su sorpresa al recibir respuesta.
—Lo que creo que irás a buscar es la ruptura definitiva de las relaciones diplomáticas que actualmente tenemos con Sunagakure —opinó una voz femenina que incitó al Nara a mirar hacia todos lados, más no tardó mucho en encontrar a la dueña de aquella voz, ya que ella misma se mostró.
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Viento de Agosto
FanficCuando Shikamaru finalmente toma decisión de aceptar y manifestar sus sentimientos hacia Temari, ella se muestra feliz y preocupada. Temari tiene un secreto que no puede decirle a Shikamaru, pero es solo cuestión de tiempo para que él se entere. En...