La Ilusión del Sake

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Contrario a lo que se esperaría, la cumpleañera terminó pasando una velada agradable entre amenas platicas y deliciosa comida. Salvo por Sasuke y Naruto, los nueve novatos habían asistido como así también el equipo de Gai. No obstante, la energía de los shinobis, después de tres horas el restaurante anunció que cerraría.

—Aún es temprano, ¿por qué no vamos a tomar sake? —sugirió Kiba al ver que la reunión aún estaba extraordinariamente animada.

—No sé si es buena idea —acotó Tenten observando de reojo a Rock Lee quien estaba más que predispuesto a seguir festejando.

—El bar más cercano queda a cinco cuadras de aquí —señaló Neji analizando la mejor ruta para llegar allí.

—Nii-san, no sabía que te interesara algo como eso —comentó la primogénita del clan Hyuga ante el asombro que la reacción de su primo le había producido.

—No me interesa en lo absoluto, pero sé que querrá ir con ellos y alguien tiene que controlar a Lee para que no cause problemas, así que es mi deber acompañarla —explicó con solemne nobleza el castaño.

Una vez en camino, el gigantesco grupo se dividió involuntariamente en tres para no interrumpir el tránsito de personas.

—¿Cómo creen que lo esté haciendo Naruto? —cuestionó Lee llevándose ambas manos a la nuca mientras elevaba la vista al cielo.

—De seguro ya consiguió el otro pergamino y llegó al centro —estipuló la peliazul sin emoción alguna.

—Me sorprende que no estés preocupada por él, Hinata —manifestó Tenten escudriñándola con la vista.

—Naruto está en un nivel mucho más avanzados que los ninjas con los que compite —recalcó el Inuzuka dejando ver que preocuparse por él era en vano— además, Sasuke está en su equipo.

La Hyuga posó su mano con delicadeza sobre las ropas que cubrían la cicatriz que Pain le dejó en el abdomen. Ya no le dolía, pero esa marca en su piel era el recordatorio de una cicatriz más grande. Aquel desamor que, por ser fiel a sus propios sentimientos, había rechazado las emociones de la Hyuga seguía siendo palpable.

No puedo culparlo, después de todo él siempre estuvo enamorado de...—caviló volteándose identificar a la pelirosa que venía en el grupo detrás de ellos.

—Si esta vez pierde por la misma razón que la vez pasada juro que lo asesinaré —amenazaba Sakura al hablar de los exámenes Chūnin con Ino, y Temari.

—Yo solo espero que Sasuke y Naruto no se enfrenten en las semifinales —acotó Temari considerando lo difícil que sería detener a ambos en un combate tan destructivo.

—No dejarían nada en pie y aun así sería el enfrentamiento más justo —opinó Ino comprendiendo el punto al que se refería la dama de la Arena.

—Naruto no puede usar el modo sennin y Sasuke no puedo usar su Mangekyo Sharingan —enunció la Haruno recordando las reglas y luego consideró— esas medidas no lograrán detener el potencial destructivo de sus fuerzas.

—No podemos agregar más reglas, limitarlos hasta el extremo no es el objetivo de los exámenes Chūnin —sentenció la Sabaku No y luego agregó compasivamente— aunque siento pena por la pobre alma que se interponga en el camino de alguno de ellos.

—Cambiando de tema... ¿alguna de ustedes vio a ese shinobi de Kirigakure? —indagó Ino con las hormonas alborotadas.

—¡Oh sí! El sensei que lleva la máscara, es tan sexy —calificó la Haruno mientras la Yamanaka asentía, posteriormente la pelirosa relató— yo estaba cerca de la entrada hablando con Shizune cuando llegó con sus alumnos y ambas nos quedamos boquiabiertas. Luego se dirigió hacia nosotras, pensé que me desmayaría cuando escuché su penetrante voz preguntar dónde quedaba el palacio del Hokage —conmemoraba la dama de ojos color jade mientras se ruborizaba y emocionaba al mismo tiempo.

Viento de AgostoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora