Capítulo 8.

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4 Meses después..

Llego al entrenamiento, no digo qué sea la mejor pero puedo presumir qué he mejorado tanto qué hasta Brad está sorprendido.

No me lo dice pero lo puedo ver en su cara y las miradas que me hace. Salgo del baño del gimnasio y camino hacia tiro al blanco.

De repente siento una mano en mi hombro, me giro y veo a Fred, hago media sonrisa y arqueo una ceja interrogativa, él me hace una seña de que lo siga. Mientras me dirijo hacia la salida noto un par de ojos posados en mi. Efectivamente encuentro a Brad, mirando en nuestra dirección nos analiza con cara de curiosidad en una mirada que pretende ser discreta. Le regalo una sonrisita tímida.

En estos meses que he estado en la guarida, nuestra relación se ha ido haciendo menos tensa, pero, algunas cosas no han cambiado del todo. Fuera del entrenamiento apenas pasamos palabras. Estuve faltando al instituto sin el consentimiento de mis padres, he tenido una que otra discusión con mi madre al respecto, pero todo ha sido llevadero digamos que Brad se ofreció hacerle una visita a mi directora, en si, no he vuelto a recibir un solo regaño. Supongo que les quedo claro lo que sea que Brad le haya dicho. Mis padres no volvieron a recibir una queja respecto a mi ausencia.

Entramos a la oficina, Fred pasa primero y yo cierro la puerta con un golpecito del tobillo. Me encaminé hacia un sillón que se encontraba frente al suyo.

-Tal como te dije, ibas hacer muy buena incluso mejor de lo que esperaba. -confesó Fred con un brillo de admiración en sus ojos.

-Tengo cosas que mejorar pero creo qué estoy lista -bisbise.

-Brad me ha dicho qué eres una de sus mejores chicas, podría decirse qué incluso la mejor. -añadió mientras llenaba el vaso que se encontraba frente a el.

Abro mis ojos como platos, Brad nunca me ha echó un cumplido incluso me siento tonta e inútil cuando estoy entrenando. No digo nada aunque estoy orgullosa.
Fred sonríe y desliza una caja hacía mi.

-Es un regalo para ti... -murmuró con entusiasmo.

Miro la caja y antes de abrir la analizo su cara lentamente. Es uno de nuestros entrenamientos "nunca te fíes de nadie ni de nada." Antes de abrirla, la vuelvo a deslizar en su dirección.

-¿Podrías abrir la por mi? -dije desconfiada.

-Tranquila hermosa no voy hacerte una trampa, pero debo de admitir qué yo haría lo mismo en tu lugar, estamos en confianza, abre la es una sorpresa y quiero ver tu reacción.

Cojo la caja y sin quitar la mirada de Fred la abro, el sonríe. Bajo lentamente la mirada hacia la caja abierta y veo una hermosa pistola dorada, tiene varios cristales incrustados los cuales rápidamente reconocí, diamantes, brilla mucho es hermosa, y de un buen calibre.

La saco lentamente de la caja miro a Fred sorprendida.

-Fred es... ¿Es para mi? -pregunté desconcertada.

-Si, ¿has visto lo que hay abajo de la caja? -Fred parece tan emocionado como yo.

Miro abajo de la base dónde estaba la pistola y veo dos cuchillos de autodefensas los cuales se usar muy bien, uno es de (daga) y el otro es un (cuchillo militar). Pongo la pistola cargada en mi cintura.

Sonrío y saco primero el cuchillo de daga (mi preferido) hago algunos movimientos rápidos con el. Moviéndolo en todas direcciones con una rapidez desconcertante. Lo muevo con destreza, uno de mis entrenamientos favoritos es el de autodefensa con los cuchillos, he dedicado mucho tiempo en ello, incluso fuera de los entrenamientos he practicado.

Termino apuntando a Fred poniendo el objeto punzante en su cuello y hago un poco de presión.

Veo que sus hombres ya me tienen apuntada con sus armas, pero a diferencia de cuando estuve aquí la primera vez no tengo miedo... Miro en todas direcciones sin quitar el cuchillo, muestro una leve sonrisa y arqueo una ceja, sintiendo la adrenalina correr por mis venas. Fred no hace nada solo me observa muy atento.

Después de unos segundos, hace un movimiento con las manos y los tipos bajan sus armas, después de unos segundos yo también la bajo. Fred se levanta de la mesa.

-¡¿Estas loca mis hombres pudieron haberte disparado?! -exclamó.

-Lo se...-digo como si no me importara.

Fred me lanzó una mirada desconfiada, como si dijeras "Eres un peligro" estiro mis labios en una sonrisita tranquilizadora y guardo lentamente el cuchillo de daga.

Tomo el otro mirándolo con detenimiento, esto debe de haberle costado una fortuna, y es para mi.

-Tengo ganas de usar esto, creo que ya estoy lista para lo que he estado esperando todo este tiempo. -comenté con una pequeña chispa de emoción.

-Mi pequeña Leah, aún no estas lista del todo... Primero tienes que hacer un encargo, voy a mandarte a matar a alguien, sabes utilizar todo esto, pero quiero saber que eres capaz de matar.

-Soy capaz.. -repliqué.

-No basta con decirlo debes de demostrarlo. Este es tu encargo. -Me pasa una foto-. Si fallas lo puedes volver a intentar pero si no lo haces por Pena o te arrepientes tendrás consecuencias..

-Dejé de sentir pena y lástima hace mucho tiempo eso no será un problema para mí. -afirmé ansiosa de dar este paso que para mi significaba mucho.
-Bien.. Esta noche Brad te dará la dirección de tu encargo. Eso es todo puedes irte.

Asiento con la cabeza, él me hace un gesto mostrando una leve sonrisa, yo cojo mi caja y salgo. Bajo a la zona de entrenamiento, apenas entro Brad coge mi muñeca.

-¿Para que te quería Fred? -preguntó en un hilo de voz.

-Hoy tendré mi encargo.

-¡Pero no estas lista! -dijo preocupado.

Más fuerte que mi Enemigo 1. ||Terminada|| ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora