—¡¡No!! —grité, mientras me sentaba de súbito en la cama, saliendo de una pesadilla espantosa. Mi corazón latía desenfrenado y mi boca se sentía seca y pastosa.
Ya había amanecido, era muy temprano pero los primero rayos del sol ya se colaban por mi ventana. Hice un breve repaso de mi habitación, deteniendo mi vista en una pila de comida. ¡Comida! Toda colocada en mi tocador, demasiada comida incluso algunas latas.
¡Mi madre se a vuelto loca!
Ignoro por qué ha puesto todo eso, camino al baño, y me aseo.
Cuando voy a coger mi pistola y mis cuchillos, escucho fuertes golpes en mi puerta como si intentaran tirarla, me pongo en una esquina con mi pistola en la mano, alerta para darle un tiro a cualquiera que entre y no conozca.
Espero unos segundos… Pero escucho que los ruidos no se detienen, y la puerta tampoco se abre. De repente se escucha como si están martillando, Camino lentamente e intento abrir, pero no se abre. Muevo frenéticamente el pica porte.
—¡JODER, MAMÁ! ¿QUÉ ESTAS HACIENDO? —grité, desesperada.
—Lo siento cariño, tu hermano está cerrando tu puerta. Te he dejado comida para unos días, no vas a salir hasta que vuelva tu padre de su viaje. No voy a dejar que arruines tu vida, no vuelves a salir con ese tipo, y la gente con la que te juntas.
—¡¡JODER DEJAME SALIR!!
—Mi amor, hago esto por tu bien. Eres mi princesita solo estas confundida y resentida, yo voy ayudarte a salir de ese camino que quieres tomar.
Golpeo la puerta y trato de abrirla, camino en círculo desesperada como un león enjaulado. Miro hacia mi ventana de cristal, trato de abrirla pero tiene seguro. Saco el dinero que tenía guardado, y lo escondo en mi abrigo.
Tomé el primer objeto que veo y rompo el cristal, trato de quitar los alrededores para no cortarme y pongo una toalla para sentarme en el marco. Esta muy alto, aparte de que la ventana solo me lleva al jardín. Con cuidado me sujeto de los alrededores del tejado, mis piernas flaquean tambaleándose por el vértigo que me produce la altura.
Con sigilo logré bajar al jardín y corrí hacia la salida. Veo que el portón de hierro tiene llave, miro hacia arriba para escalarlo, apenas lo toco la alarma contra robo se dispara.
¡Mi madre no la quitó!
Escalo lo más rápido que puedo, logro salir del otro lado que da a la calle, descendiendo para bajar, entonces veo a mi madre correr en mi dirección.
—¡¡LEAH PERO QUE ESTAS HACIENDO, A DÓNDE CREES QUE VAS!! —exclamó.
Sus dedos maniobraban tratando de encontrar las llaves. Pero antes de que pueda abrir toco el suelo. Ella me mira desesperada mientras sus nervios no la dejan abrir con rapidez.
Cuando logra abrirla, camina hacia mi. Le regalo una sonrisa de victoria y me echo a correr, ella llama a mi hermano para que me siga, pero antes de que pueda ver a mi hermano salir, detengo un taxi, mi madre al verme trata de correr detrás de mi, pero muy tarde.
Entro al taxi y le digo que acelere, él lo hace al instante. Me giro por el cristal de atrás, veo como mi madre deja de correr por el cansancio llevando sus manos a la cabeza. Vuelvo a mirar al frente, para indicarle a donde tiene que llevarme.
Llego y visualicé a Fred, en la puerta.
—Leah, te necesito en mi oficina —ordenó, apenas me bajé del taxi.
Él caminó mientras se fumaba un cigarrillo, le sigo. automáticamente entramos, sus hombres salen dejándonos solos, me quedé de pie, Fred, me hace una seña para que me siente, lo hago. ÉL también se sienta, sirve un vaso de whisky y me mira serio.
—¿Qué diablos hay entre tu y Brad?
—¿Entre Brad y yo? —balbuceé sorprendida.
—Brad es uno de mis mejores hombres, siempre a sido duro y cruel, te dice las cosas en la cara. Ha matado más de lo que puedas imaginarte. —Tomó un sorbo de su vaso pensativo—. Llegó hacer tan frío, que pensé qué había enloquecido, y fue así como se convirtió en unos de mis mejores hombres.
—Lo sé, me ha enseñado muy bien todo lo que aprendí —contesté casi orgullosa, aunque no entendía muy bien hacia dónde quería ir Fred con esto.
—Leah, seamos claro de una puta vez —espetó dando un golpe en la mesa, haciendo que me sobresaltara—. ¿Qué diablos hay entre ustedes? Aquí no se permiten historias de amor.
—Brad y yo, nos gustamos nada más... nada serio.
—Leah no puedes acostarte con tu entrenador, esta totalmente prohibido para ti.
Fruncí el entre cejo.
—¿Es una nueva regla?, nunca me lo habías mencionado.
—Desde que llegaste aquí he visto qué Brad, a cambiado su comportamiento incluso ayer lo vi llorar. No hacia falta qué me dijera que lloraba por ti, se le notaba en su estúpida cara de enamorado.
—Ya lo hemos arreglado Fred, fue un mal entendido.
—El problema es qué no puedo arriesgarme a perder a mi mejor hombre y una de mis mejore chicas, por un estúpido romance, lo desconcentras.
—Esto no es un romance Fred, solo nos gustamos, ya te dije qué no es nada serio.
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Más fuerte que mi Enemigo 1. ||Terminada|| ✔
Roman pour AdolescentsLeah Walker, una chica de 16 años con una vida como cualquier adolescente de su edad. Pero todo eso cambia por: •Un amor no correspondido. •Una decisión que la lleva al lugar equivocado. •Odio. •Desesperación y la sed de venganza. Hacen una nueva v...