Esta es la segunda parte de la saga: "Al borde del abismo"; si no has leído la otra parte te sugiero que lo hagas, aún si te da flojera o no te gustó el principio, porque mucho de lo que se habla allí vuelve acá.
Esta historia es sobre un grupo de...
Resu despierta tirado a la mitad de la calle. Todos caminan junto a él, pero parece no importarles. Se levanta, confundido con lo ocurrido, mirando a su alrededor.
Intentó recordar lo que hizo, pero nada pasó por su mente. Se empezó a preocupar rápidamente.
-No recuerdo nada - se dijo en voz baja - ¿Pero cómo puede ser eso posible? Si recuerdo estar... en... umm...
Su mente siguió en blanco. Iba a ponerse histérico, pero entonces sonó su teléfono.
-¿Mi teléfono? Si nadie tiene mi número... - dijo sacándolo y encendiéndolo.
En la pantalla se mostraba una notificación nueva: un mensaje. Dio clic y leyó en su mente el texto.
«Bienvenido, Resu. Ve al edificio 1. Tienes 60 minutos para lograrlo. Falla y serás borrado. Atte: Reapers.»
-¿Qué? En serio no entiendo qué está pasando - pensó aún más confundido - No sé cómo recibí esto, pero no importa, porque no durará mucho.
Intentó borrar el mensaje, pero no encontró el botón.
-Dios, esto SÍ que es raro - pensó sorprendido - ¿Qué está pasando?
De repente, un enorme dolor se empezó a generar en su mano izquierda.
-¡Argh! - gritó mientras agarraba su brazo. Checó su mano izquierda y quedó asombrado con lo que vio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Atención, jugadores - pronunció una voz femenina - , la temática de esta semana es... ¡Ladrón! ¡Suerte a todos!
-¿Ladrón? ¿El mensaje? ¿Mi mano? ¡¿Qué c###### está pasando?! - gritó en su mente.
De la multitud salieron unos grafitis negros y rojos extraños. Empezaron a acercarse rápidamente hacia Resu.
-¡¿Qué son esos?! - gritó asustado.
Los grafitis se empezaron a convertir en ranas, pero no tenían patas normales, sino que estaban hechas de grafiti.
-¿¡Cómo es posible!? ¿¡Acaso a nadie más le asombra esto!? - gritó desesperado.
Nadie parecía prestar atención a las ranas, era como si no estuvieran. Empezaron a saltar hacia Resu, quien solo podía evitarlas. Tiempo después, se cansó y se detuvo.
-¡Alguien! ¡Ayuda! - gritó con todas sus fuerzas, pero nadie hizo caso - ¿¡Por qué no me hacen caso!?
Las ranas siguieron persiguiendo a Resu, quien ya estaba harto. Miró a toda la multitud molesto y se fue corriendo de aquel lugar.
Musix.
Corrió y corrió; nadie notó su presencia. Pasó junto a un edificio con un número 1 hasta arriba; en la azotea se encontraba un tipo de pelo morado.
