La resaca del día después

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Pov Narrador:

Decidieron ir a la casa de Calle, para no tener que dar explicaciones a nadie cuando llegaran a la casa. Se acomodaron todos como pudieron en el sofá y Calle y Poché fueron a la habitación principal de la mansión. Mientras se quitaban la ropa, Calle se giró para acomodar la cama y sigilosamente alzó la mirada viendo a Poché en ropa interior, quedando embobada se sentó en la cama y no despegó los ojos de la chica semidesnuda que estaba frente a ella.

Poché se dió cuenta de ello y ralentizó el movimiento de ponerse la camisa holgada que Calle le había prestado para dormir. Se la puso y le guiñó el ojo dedicándole una sonrisa metiéndose bajo las sábanas de esa inmensa cama junto a la mujer que en esos momentos la volvía loca, y ahí fue, cuando abrazadas y con los rayos del sol amenazando en salir e atravesar la ventana de ese cuarto de princesas, las dos cayeron en un sueño profundo.

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Pov Calle:

Tras escuchar un fuerte golpe me desperté casi de inmediato, viendo que Poché seguía dormida acurrucada a mí, le di un suave beso en la sien, y salí de la habitación en dirección a la sala donde se encontraban los individuos, que aparentemente eran mis nuevos amigos.

Aparentemente Aida y Alba estaban en la cocina preparando el desayuno, que por lo que pude alcanzar a ver consistiría en: tortitas con Nutella y un vasito de leche con Nesquick. Los demás seguían durmiendo, excepto Juan, que estaba vomitando el alma en mi baño. -Luego le diré que lo limpie, ni en pedo voy a limpiar yo.- pensé.

Me dirigí a la cocina saludando a las chicas recién levantadas, para mi gusto reían demasiado y estaban demasiado juntas como para ser sólo amigas, algo me olía a algo más, pero yo no era nadie como para preguntarles.

-El desayuno estará en 5 minutos, despierta a esos bellos durmientes si queries.- me dijo Aida con un tono gracioso. Hice lo que me pidió. Como no iba a despertarlos uno por uno, cogí sigilosamente el altavoz que tenía en mi habitación y cuando salí, cerré la puerta para así tratar de que traspasara el menos ruido posible y no despertar a Poché, aunque sería en vano.

Lo puse al máximo y puse "tusa", empecé a cantarla mientras los otros empezaban a quejarse y Alba y Aida se unían a mí cantando, Pau me lanzó un calcetín que había tirado por el suelo.

Cuando ya todos se habían duchado, arreglado y vestido, nos dispusimos a desayunar. -Uau, les salió exquisito.- dijo Pedro sorprendido. -La verdad que sí, de ustedes dos tenía miedo lo que pudiera salir de aquí.- dijo Mario haciendo reírnos a todos.

Cuando terminamos de desayunar estuvimos toda la tarde en la parte de detrás de la casa, en dónde había una piscina y tocaba el sol de lleno, los chicos jugaban con el agua y Juan, Pedro y yo tomábamos el sol, pasamos todo lo que quedaba del día riendo y hablando hasta que ya se veía el atardecer, los chicos ya se comenzaron a ir y cuando acompañaba a Pau a la salida, de reojo vi a Mario y Poché hablando solos en un rincón de la cocina, estaban demasiado pegados el uno del otro, no pude evitar mis celos así que intente escuchar su conversación.

-¿Y dices que te gusta salir a tomar?- preguntó Mario con unsa sonrisa coqueta. -No es de mi total agrado.- le respondió ella seria. -Hoy me dieron dos entradas para ir a una discoteca, pensé que quizás me querrías acompañar...- dijo Mario

Poché tardó en responder, lo pensó. -No, lo siento, no puedo.- dijo Poché, se veía apenada. -Venga, prometo que si no te sientes a gusto te devuelvo a tu hotel.- dijo Mario acercándose más. -No Mario, no pu..- no pudo terminar la frase porque se vió interrumpida por los labios de Mario sobre los de ella, no pude evitar derramar una lágrima, esa escena me dolió. Ella se quitó inmediatamente al darse cuenta de la situación, y luego me vió. -Calle.- dijo mientras yo estaba inmovilizada en la esquina de la cocina. -No es lo que parece, puedo explicarlo.- En ese momento Mario se levantó.

-No pretendía hacerlo, no sé qué me pasó, lo siento.- dijo Mario realmente arrepentido. -Vete de mi casa, ¡Ahora!- grité desesperada, puesto que no quería verlo.

-¿Me explicas qué fue eso?- pregunté a Poché cuando me tranquilicé un poco. -No lo sé, estábamos hablando y me invitó a una discoteca, me negué y de un momento para el otro me estaba besando.- dijo tan rápido que si no hubiese visto la escena no hubiese entendido nada.

No sabía cómo tomarlo, sólo esperé a que todos se fueran, incluida ella para poder dormir y aclarar ideas. Saber qué quería con ella y si valía la pena todo lo que estaba haciendo.

Me quedé dormida cuando tocaron el citófono, agarré el celular para revisar la hora, a todo esto, tenía 15 mensajes de Poché y 2 llamadas perdidas. Eran las 2:15 am, ¿quién vendría a esa hora a mi casa? Sólo se me pasó por la cabeza una sola persona. Evidentemente ahí estaba, parada en frente del portón con un beanie negro, una chaqueta fina y un chandal adidas negro, hacía frío a fiera así que la dejé pasar, no la iba a dejar fuera con tan poca ropa, sería de ser mala persona.

-Perdón.- dijo Poché, cogí su rostro entre mis dos manos, y cuando lo fui a levantar, pude visualizar que su rostro estaba cubierto de lágrimas.

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Bebés, lo siento por no poder actualizar, pero es que he tenido unos días muy malos con fiebre.

Les está encantando en ff por eso les traigo más, cuando llegue a 20 votos, nuevo capitulo. ¿Qué les parece?✨

La música une a dos almasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora