Capitulo 7

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Todo el lugar estalló en caos. Había perdido la cuenta de cuantos guardias había matado, el corazón me latía con fuerza y mi respiración se volvía cada vez más agitada. A mi alrededor la gente luchaba por sus vidas mientras otros se quedaban tirados en el suelo, heridos o muertos. Los montañeses y los 100 se veían como si estuvieran recibiendo una buena paliza pero pude distinguir qué nosotros llevábamos la ventaja. En mi torpe descuido uno de los guardias agarró mi brazo y lo torció detrás de mi espalda haciendo que mi arma cayera al piso, le di un codazo en el estómago y mi captor dio un paso hacia atrás y cuando estaba a punto de zafarme otro guardia sujetó mi brazo
—¡Retirada!— ordenó un guardia al ver la temible situación.
Nadie pareció darse cuenta cuando me alejé de la pelea. Iba forcejeando mientras los guardias me arrastraban por los largos pasillos
—¡Jasper!— repetía el nombre una y otra vez, pero mi voz exhausta se perdía en el vacío del lugar.

Después de unos cortos minutos entramos a la cámara de cosecha y el ambiente se volvió más tenso. El lugar estaba lleno de cuerpos sin vida y ahogué un sollozo al pensar que pronto yo podría terminar así. Al fondo de la habitación se encontraba una silla en donde habían torturado y asesinado a los que alguna vez fueron parte de los 100. Me dolía el pecho por la falta de oxígeno pero sabía que tenía que hacer algo antes de que fuera demasiado tarde, entonces reuní todas mis fuerzas y golpeé a uno de los guardias en la entrepierna obligándolo a soltarme, luego empuje al otro guardia impactándolo contra las jaulas liberándome de su agarre y en seguida corrí hacia la salida mientras las piernas me temblaban; casi podía verme reunida con mis amigos pero antes de que pudiera cruzar la puerta un guardia se atravesó en mi camino y me apunto con su arma, yo me detuve en seco mientras que los otros dos guardias que deje atrás se ponían de pie y se acercaban agradeciéndole. De repente un ensordecedor disparo resonó por toda la habitación y di un brinco esperando sentir el dolor en mi cuerpo pero la incertidumbre me invadió cuando uno de los guardias cayo muerto detrás de mi, luego otra bala salió disparada en dirección al segundo guardia dejándolo muerto.
Miré desconcertada al guardia que bloqueaba la puerta y éste se quitó la máscara dejando lucir sus despeinados rizos y sus hermosos ojos marrones, todo el mundo se pausó mientras sentía unas pocas lagrimas correr por mis mejillas
—Hola princesa— dijo Bellamy con una sonrisa.
Corrí a abrazarlo y sus brazos rodearon mi cintura con ímpetu mientras el calor de su abrazo me hacía sentir segura. Me separé unos centímetros y con ambas manos tomé sus mejillas y lo besé delicadamente, se sentía como si fuera la primera vez. Este momento era el que estuve esperando desde que llegue a Monte Weather.
—Creí que nunca volvería a verte— murmullé  mientras volvía a abrazarlo
—Tranquila, ya estoy aquí—
—Lamentó interrumpir— dijo Maya con impaciencia —pero tenemos que irnos—
Ambos asentimos y Bellamy tomó mi mano para seguir a Maya.

•••

Maya nos guió hasta llegar a su casa y en cuanto entramos encontramos a un señor que descansaba en el sofá, era el padre de Maya. En cuanto nos vio no pudo evitar alarmarse pero logramos convencerlo de que nos dejara quedar solo una noche.
Maya nos mostró la habitación en donde podríamos dormir Bellamy y yo, se veía bastante acogedora pero en ningún lugar podría dormir tranquila sabiendo que no estaremos a salvo mientras sigamos dentro de Monte Weather.
Maya salió de la habitación y Bellamy se quitó su gorra y su chaleco y los dejó sobre la cama, mis ojos permanecían brillantes al observar a Bellamy, aún no podía creer que él estuviera aquí
—Lo siento mucho— dije con un nudo en la garganta —no debí dejarte aquella noche, debí quedarme luchando a tu lado—
Él se acercó mirándome a los ojos y acarició mis brazos
—Hey, hiciste bien en ir a la nave. No podría vivir conmigo mismo si algo te pasara— me acarició la mejilla y esbozó una sonrisa triste
—Es que... odio ser el motivo por el cual estás en peligro. Soy la peor persona—
—¿Es en serio? Yo era un desastre antes de conocerte, después de todo lo que le había pasado a mi madre y a Octavia. Estaba destrozado y tú me volviste a armar—
—No estabas destrozado — dije con la voz suave como una caricia —Eras el chico más fuerte y valiente que había visto jamás. Todavía no se qué hice para merecerte—
—¿Qué debo hacer para convencerte de que yo soy el que tuvo suerte?—
Me beso con más fuerza que antes y deje que mis labios expresaran todo lo que no pude decir pero luego me aparte un poco para dejar que mis pensamientos se concentraran
—Pero hay algo que aún no entiendo. ¿Cómo es que estas en Monte Weather?—
—Fue idea de Clarke— confesó Bellamy —y Lincoln me ayuda a entrar—
—Espera! ¿Clarke está viva?— pude sentir un enorme alivio —Creímos que había muerto—
—No, ella logró escapar. Y viene en camino junto a un ejército de terrestres que nos ayudará—
—¿Entonces Finn por fin consiguió sus charlas de paz?— pregunte con una sonrisa y en seguida Bellamy mostró un semblante triste, me miró a los ojos y supe que algo iba mal
—Susan... algo pasó mientras ustedes estaban aquí— fruncí el ceño y me prepare para escuchar lo peor —Finn murió hace poco—
Pensé que lo soportaría pero la verdad era que la noticia me afectó más de lo que creí. Finn fue una de las primeras personas que conocí de los 100 y en tan poco tiempo se había vuelto mi amigo, era alguien que nunca te te abandonaba. Mis ojos se cristalizaron y Bellamy me envolvió en un abrazo, después de unos segundos me separé de él y lo miré a los ojos
—No podemos dejar que nuestros amigos sigan muriendo—
—Mañana llevaré armas al comedor principal, así podremos ganar algo de tiempo. Pero ahora tenemos que descansar— dijo Bellamy y luego nos recostamos en la fría cama y nos abrazamos hasta que nuestra respiración y nuestros latidos se volvieron uno mismo, como una canción de cuna que nos envolvió hasta quedarnos profundamente dormidos.

In my way |los 100| (Bellamy Blake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora