Capítulo 1

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TOUYA

Esto estaba mal, muy mal, ¿que diablos pasaba por la mente de aquella chica? ¿quería que todos descubrieran en realidad quien era? Debía de llegar cuanto antes a ese lugar, pero por más rápido que caminara, me parecía que no avanzaba en absoluto, la angustia de querer llegar hasta donde ella estaba no ayudaba en nada a calmarme, si yo lo había descubierto seguramente alguien más lo podría haber hecho.

Turnaba mi mirada entre las páginas del libro que iba leyendo y las calles por las que andaba. Saque el teléfono para ver la hora que era.

—Mierda—solté entre dientes—, debo darme prisa.

Eran las dos menos quince, esto significaba que tenía solo quince minutos, a situaciones extremas, medidas extremas. Cerré el libro y lo metí en el maletín a toda prisa. Sin pensarlo mucho comencé a correr, seguramente la gente me vería raro, y sobre todo sabiendo quien era yo, pero eso ahora mismo no me importaba, aún así no pude evitar imaginarme la mofa a la que me vería sometido mañana en los tabloides, "uno de los herederos de la familia Amamiya corriendo en la calle...".

—La voy a matar...—mis piernas parecieron reaccionar ante aquellas palabras y adquirí más velocidad.

En diez minutos había llegado hasta mi destino, sentía el sudor recorriéndome la cara y la espalda, podía asegurar con total seguridad que tenía la camisa mojada, nada mejor que correr con un traje de diseñador en pleno inicio de verano. Observe el edificio con detenimiento, definitivamente mi hermana tenía un gusto exquisito para estas cosas, en la familia yo era el único que tenía conocimiento de este lugar, además de su asistente personal y seguramente otro centenar de personas que trabajaban con ella, pero que no se animaban a interrumpirla en su oasis.

Aunque tenía muchas ganas de hacer el uso de mi llave, preferí llamarla antes de interrumpir cualquier cosa que pudiera estar haciendo. Saqué mi teléfono y marqué su número.

Hola—contestó, como siempre antes de que sonara por segunda vez.

—Estoy aquí en la calle, en frente de tu edificio...

Pensé que llegarías antes.

—El libro acaba de llegarme por la mañana.

Oh, entonces todo tiene sentido...

Sabía que no debía hacerlo, había llegado a un acuerdo conmigo mismo de preguntar por ella lo menos posible, pero si no quería problemas tenía que hacerlo.

—Está ella...

No—me interrumpió rápidamente mi hermana, siempre tan perceptiva—. Ha salido a comprar algunas cosas para el viaje, aunque no sé qué cosas sean...

—Se imaginó que vendría.

Lo hablamos hace cuatro días. Te esperábamos ayer, pero nada salió como se planeó.

—¿Esperábamos?

Sí, será mejor que uses tu llave, yo no puedo salir ahora mismo, lo entenderás cuando estés aquí.

—Está bien...

Se acabó la llamada y guarde el teléfono en el bolsillo de mi pantalón, no me podía imaginar la razón por la cual, ella me estaría esperando. Después del fallecimiento de mi madre, todo lo que conocíamos acerca de nuestra familia se alteró, mi hermana pequeña busco la manera de adaptarse a todo lo que surgió de manera abrupta, pero como en toda guerra hay heridos y muertos. Ella estaba en medio de los dos.

Abrí mi maletín y comencé a buscar la llave que me permitiera ingresar al edificio y luego al departamento de mi hermana, como la usaba con mucha frecuencia ya tenía, por así decirlo, un bolsillo asignado, cosa que cuando la necesitara fuera más fácil encontrarla, pero ahora pasaban los minutos y no lograba encontrarla. Se me pasaron por la cabeza las peores escenas, como que me la hubiera dejado en la oficina de la empresa, que la hubiera perdido o que en un descuido me la hubieran robado.

NenúfarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora