Capítulo 8

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SYAORAN

—Entonces, ¿qué te ha dicho? —pregunta Meiling mientras se desliza por el asiento a mi lado.

—¿Piensas ir así? —pregunto al ver el aspecto que tiene.

Meiling normalmente es muy cuidadosa con su vestimenta, tiene una belleza peculiar, que provoca que siempre tenga a muchos pretendientes detrás de ella. Pero ahora mismo parece otra persona, tiene puesto un pijama con estampado de corazones rojos, su cabello negro lo tiene atado en un moño alto y no lleva nada de maquillaje, su piel bronceada hace que aún así logré tener un buen aspecto.

—No he tenido tiempo de alistar nada, me han preparado la maleta, así que esto es lo que hay, querido.

—Qué más da. Al final y al cabo no habrá nadie que te fotografíe.

—¿Eso crees?

—Vamos, cierra la puerta y larguémonos de aquí antes de que nos asignen más cosas.

—Como quieras.

Me recuesto en el asiento y me cubro los ojos con las manos, nos dieron la noticia hace dos días, por lo que tuvimos que acelerar el trabajo, al menos el poco que teníamos.

—Lo de anoche fue agotador—dice Meiling.

—Sí— quito mis manos y miro por la ventana.

—Pero solo por curiosidad, Xiao Lang, ¿qué demonios estabas pensando para no aceptar esa oferta?

—No lo sé, supongo que me deje llevar un poco. Primero Eriol, luego esa chica.

—Debes darte cuenta que eso no se trata de tus problemas personales o como quieres que te traten, son negocios, y los negocios si no los haces bien te pueden llevar a la ruina. Ahora mismo estamos pendiendo de un hilo— comienza a bajar la voz—, estamos usando fondos que se supone no deberíamos haber tocado jamás. Así que te vas a tener que ir deshaciendo de tus complejos de macho oprimido, y actúa como un presidente debe actuar.

—Ya he recibido demasiados sermones Meiling.

—Pues parece que no son suficientes, ya que se te ordeno que llamaras a esa chica, ¿pero qué haces tú? La llamas y le dices que hablaran en la cena, debiste decirle que sí querías hacer ese trabajo. ¿Por qué te empeñas en complicarlo todo?

—¿Complicarlo? ¿Te das cuenta de lo que dices? Estamos hablando del futuro de nuestra empresa y nuestros empleados Meiling, ya sé que tú soñabas con algo más, no sé, quizá trabajar en un banco o lo que sea, pero esto es lo que hay, y perdóname si lo que hago es tener más cuidado del necesario.

—¿Me dices que actúas así por cuidar de nuestros empleados? No será, ¿qué te estás cuidando a ti mismo?

—Por favor, llévenos al aeropuerto— pido al chofer—. Meiling ahora mismo no estoy de humor para hablar de ese tema.

—Nunca estás de humor, desde hace cinco años no estás de humor para nada. Tienes que limpiar la mierda en algún momento o te hundirás en ella.

—¡Deja de hablar así!

—¿Así como? Yo estoy afrontando la realidad al menos, tú eres el que se empeña en seguir como si nada hubiera pasado.

—No hables de algo que no sabes.

—¿De algo que no se?

—Sí Meiling, no sabes absolutamente nada, te la pasas viviendo como si nada te importara, pero sigues siendo igual de prisionera que yo— esto último lo digo con la única intención de herirla.

NenúfarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora