𝐏 𝐑 𝐎 𝐋 𝐎 𝐆 𝐎

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🌐 NEW YORK, ESTADOS UNIDOS

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🌐 NEW YORK, ESTADOS UNIDOS

—¿Quién mierda eres y que haces en mi departamento? —pregunto con mi voz aún algo ronca por el sueño pero sin dejar de apuntarlo con el arma. Podía sentir mi respiración acelerada junto con mi corazón y es que quien mierda se espera que entren a las seis de la mañana a su dormitorio.

—Hey, baja el arma chica —soltó de forma calmada, pero eso es lo que menos sentía yo en este momento. Como habían podido encontrarme si me asegure de que no haya ningún puto dato sobre mi en todo el mundo. No quería que los amiguitos de Johann Brown me siguieran y me mataran por haberles arruinado su negocio.

—Estas loco si crees que te haré caso —respondo de forma brusca, ya me estaba hartando y no sabia exactamente si era por haberme interrumpido el sueño o porque ya me estaba poniendo de los nervios la situación—. Sal de la maldita oscuridad o no dudare de ponerte un balazo en tu cabeza.

Pude apreciar la figura de un hombre alto y maduro a la vez que se acerco y la luz del exterior lo golpeada, no estaba para nada mal, pero no era mi tipo. Su mirada nunca dejo la mía y de pronto como si fuera su propia casa comenzó a revolotear por mi pieza observando mis cosas, entre ellas, unas fotos con mis padres y mi mascota, archivos, mis medallas de gimnasia y algunos libros.

—¿Se puede saber que mierda estas haciendo imbecil? —el ser grosera y decir palabrotas era habitual en mi, pero en situaciones como esta incrementaba y a veces incluso inventaba insultos que ni existían.

—Si que eres una boca sucia mujer, me agrada eso —dijo ignorando mi pregunta—. ¿Podrías bajar el arma? Si quisiera matarte ya lo hubiera hecho cariño —voltee los ojos al escuchar la arrogancia en sus palabras y aunque dude un poco él tenía razón, ya que si fuera unos de los amigos de Brown ya hubiese intentado asesinarme—. Gracias —dijo mirándome sobre su hombro y volteando otra vez para seguir viendo mis pertenencias. Había bajado el arma pero seguía en mi mano preparada para disparar si era necesario—. Sabes... me costo mucho encontrar información sobre ti, se me dificulto incluso más que con una chica de la CIA ¿Se puede saber como lo hiciste?

Mi rostro mostró sorpresa y no pude evitar soltar una sonrisa arrogante, parece que se pega la arrogancia por el aire, mi mirada se encontró por fin con la suya y aunque no lo hiciera visible pude notar lo ansioso que estaba por mi respuesta—. Primero me explicas que haces aquí y ya veremos que te cuento yo —le digo levantándome de la comodidad de mi cama aún con el arma en mano. Me acerco unos pocos pasos frente a él sin dejar de mirarlo—. Y bien ¿dirás algo? Porque créeme que lo que menos pusieron como ingrediente en mi creación fue la paciencia —soltó una pequeña risa y asintió mas para el mismo que para mi.

—Vaya que eres una chica ruda, pero esta bien, te mereces una explicación —escuche una pizca de sarcasmo en su voz, pero lo deje pasar y puse toda mi atención en él—. Se puede decir que necesito de una chica como tú, sin miedo de tirarse de un precipicio si es necesario, que este preparada ante todo y con ganas de luchar contra los mal nacidos de ciertas personas que hacen el mundo cada vez peor. Se de lo que eres capaz, me acabas de demostrar lo preparada que estas siempre, incluso dormida. Necesito de tus habilidades, porque quiero hacer una limpieza que el planeta necesita con urgencia —explicó y algo en sus palabras causó algún tipo de emoción en mi.

𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐓𝐇𝐄 𝐅𝐄𝐀𝐑 | 𝟔 𝐔𝐍𝐃𝐄𝐑𝐆𝐑𝐎𝐔𝐍𝐃|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora