Te quiero.

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Diego dormía plácidamente sobre el sillón, luego de llorar por un buen rato entre los brazos de Aristóteles se había quedado dormido.

Mateo no sabia que hacer, llevaba ya varios minutos parado ahí frente a Diego viéndolo dormir, no quería despertarlo aun, porque en primer lugar quería seguir mirándolo, lo había extrañado mucho y aparte de eso si lo despertaba no sabría que decir.

Por parte de Aristóteles sabia que Diego estaba molesto porque se sentía apartado pero el dudaba que fuera solo eso, presentía que había algo más, y lo confirmaban los ojitos de Diego que se veian hinchados y levemente rojos por haber llorado.

Diego comenzó a moverse y Mateo se puso más nervioso aun cuando el rubio se incorporó y talló sus ojos, aun no notaba su presencia pero sabia que ya no podría huir. Tenía que hablar y confesarle todo a Diego antes de seguir lastimando.

- ¿He dormido mucho? - preguntó Diego creyendo que Aris era quien estaba de pie frente a el.

Al no recibir respuesta levanto su mirada, encontrándose así con esos ojos que tanto amaba pero que ahora le hacian tanto daño ver.

- ¿Mateo?

- Hola...

Diego se pellizcó discretamente creyendo que aun seguía dormido, pero le había dolido y fue entonces que pensó que tal vez ya lo estaba alucinando.

- Aristóteles dijo que no querías verme pero tenía que ver que estabas bien, no fuiste a la escuela y...

- Estoy bien, pero Aris te dijo la verdad, y yo también lo dije en mi mensaje, necesito tiempo.

- Lo se, pero de verdad quería saber que estabas bien y pedirte perdón.

- ¿Perdón porqué?

- Por alejarme así de ti sin ninguna explicación, no era mi intención que te sintieras apartado. Lo siento.

- Esta bien, pero de verdad quiero que te vayas.

Mateo no sabia que más hacer, Diego se veía tan dolido y no lo escucharía en ese momento.

- De verdad lo siento...

Se alejó poco a poco de ahí y camino hacia la salida, sabia que no podría hacer mucho en ese momento pero volvería a intentar hablar con el cuando estuviera mejor. Salió de la casa encontrándose sorpresivamente con una parejita muy acaramelada en la banqueta.

- Vaya, por fin están juntos.

Los chicos voltearon y sonrieron nerviosos.

- ¿Diego esta bien? - pregunto Temo preocupado por su amigo.

- El dijo que esta bien, pero no quiere hablar conmigo ahora, así que me pidió que me fuera.

Temo miro a Aris preguntándole con la mirada si debían contarle el porque Diego estaba así o si debían dejar que ellos arreglarán ese asunto.

- No saben lo difícil que fue ver a Diego llorar hasta que se quedó dormido así que arreglaré esto ahora mismo. - dijo Aris antes de entrar de nuevo a la casa de Diego. Mateo y su ahora futuro novio lo siguieron.

El rubio seguía en el sillón esta vez con un bote de helado y viendo Toy Story 2, dejo el bote de helado en la mesa y miro a los tres chicos frente a el aun confundido.

- ¿Que esta pasando? - pregunto mirando a Aristóteles pidiendo una explicación.

- Lo que pasa es que ya no quiero verte llorar como hace rato, y debo decir que nos equivocamos.

No quiero ser tu amigo / MATIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora