Confundido

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Tres días pasaron después de aquel momento en que casi se besaban, Mateo se había despedido rápido de Diego al bajar del camión para luego salir corriendo en dirección a su casa.

El rubio no dejaba de pensar que talvez lo había puesto incómodo, y que quizá ahora Mateo lo volvería a alejar como al principio.

-¿En qué piensas Diego?- pregunto su mejor amigo

- ¿Has visto a Mateo?

- Hace rato en la cafetería pero se veía apurado así que solo lo saludé rápido ¿Porqué preguntas?

- Siento que está molesto conmigo...

- ¿Pasó algo de lo que no me enteré?

Diego no sabía si contarle a Temo lo que estuvo a punto de pasar, siempre le contaba todo pero ahora contarle esto podría molestar más a Mateo.

- Solo que llegó tarde a casa por mi culpa, me equivoqué de camión.

Temo río.

- Ay Diego, siempre tan distraído, pero te entiendo porque seguro te distrajo con su cara bonita.

- ¿Quién tiene cara bonita? - interrumpió Aristóteles

Temo se puso nervioso y miro a su mejor amigo en busca de ayuda pero Diego parecía tan distraído.

- Ya díganme de quién hablaban ¿Acaso era de mi?

Diego pareció despertar de su trance y respondió.

- Hablabamos de Mateo...

Aristóteles borró su sonrisa, al parecer era verdad que Temo lo estaba superando, pero la verdad no se esperaba que fuera precisamente con Mateo. 

- Ya veo, bueno me ire para que puedan seguir hablando de el.

Diego no respondió, seguia en su mundo y Temo solo levanto los hombros restándole importancia lo cual hizo doler el corazón de Aris quien por fin se estaba dando cuenta cuanto le dolía perder a Temo.

(...)

Mateo corrió a la parada del camión, tenía que alcanzar uno antes de que Diego llegara.

Después del casi-beso; aun no podía ver a diego a la cara, estaba tan confundido.

Mentiría si dijera que no se había quedado con ganas de haberlo besado. Pero eso habria causado problemas, el no entendía lo que pasaba, Diego era abiertamente gay, pero... ¿El también lo era?.

Mateo necesitaba un tiempo lejos de Diego para aclararse y esperaba que su amigo lo entendiera.

Pero tenía que hablar urgentemente con alguien y además de Diego solo tenía un amigo más.

*Mensaje*

Hola Temo, ¿Puedo verte?  Necesito hablarte de algo, es importante. Por favor no le digas a Diego.

(...)

Temo miró su nuevo mensaje sin comprender que es lo que pasaba, su amigo seguia distraído así que no hizo falta esconderle de quién era el mensaje. Solo se despidió y le recordo a su amigo que estaría para el si quería hablar de algo.

Respondió el mensaje a Mateo, le dijo que lo vería en el parque y se dirigió hacia el lugar. Tenía que averiguar ya que pasaba entre sus amigos.

Luego de varios minutos esperando en aquella banca,  Mateo por fin apareció.

- Perdón si me tarde...

-No te preocupes, siéntate.

Mateo no sabia como comenzar, Temo era amigo de Diego pero sabia muy bien que el no tenía mas amigos y necesitaba tanto aclararse.

- ¿Puedo preguntarte algo?

- Ya lo estas haciendo.

Mateo sonrío nervioso y Temo golpeo su hombro levemente mostrándole confianza.

- Pregunta lo que quieras, sin miedo, somos amigos.

- ¿Como te diste cuenta de que eras gay? 

La pregunta tomo por sorpresa a Temo, pero no tardo mas de un segundo en aclarar su garganta para comenzar a explicarle a su amigo como vivió esa experiencia. 

- La verdad es que nunca me había fijado en nadie, solo me preocupaba por otras cosas,  entonces nunca me puse a pensar si me gustaban las niñas o los niños, simplemente no me gustaba nadie. Un día diego me dijo que le gustaban los chicos,  incluso le llegue a gustar yo pero eso lo supero, yo vi normal que a mi amigo le gustaran los chicos.  Yo comencé a preguntarme que era lo que me gustaba a mi pero no encontraba respuesta, seguia sin atraerme nadie, hasta que un día Aristóteles apareció...

- ¿El te hizo darte cuenta?

- Si, te juro que antes de el no podía fijarme en nadie, no me gustan las etiquetas pero Diego dice que si me gusta Aris y el es un chico eso me hace gay y pues entonces lo soy.  ¿Eso es de lo que querías hablar conmigo?

- Si, necesito un consejo.

- Dime

- Primero prométeme que no le dirás nada a Diego, se que es tu mejor amigo pero esto me es difícil decírtelo y no tengo a nadie más

Temo lo pensó un poco pero terminó asintiendo, solo esperaba no meterse en problemas con uno de sus amigos solo por ayudar a otro.

- El otro día Diego y yo casi nos besamos...

Temo dio un pequeño gritó de emoción.

- Lo siento Mateo, pero me tomaste por sorpresa. Continúa.

- Y ahora lo he evitado estos días,   porque estoy tan confundido y no quiero confundirlo a el.

- ¿Confundido de que? ¿De que te guste Diego?

- De todo, mira yo antes alejaba a todos y después llego Diego y fue tan lindo conmigo que me fue imposible apartarlo, y no se porque aquel día en la parada del camión casi lo beso, no comprendo porque tenía tantas ganas de hacerlo, no quiero verlo hasta no aclarar mi mente, no quiero hacerle daño.

- Pero no entiendo, ¿Porque le harías daño?

- Porque no se que me pasa, quizá sea gay o talvez solo le quería besar por la emoción del momento y por el cariño de amigos que le tengo. Si fuera así se que lo lastimaría, tendría yo que ser muy ciego para no darme cuenta de que le gustó ¿no es así?

Temo asintió, diego era muy evidente.

- Bien, es difícil para mi darte este consejo porque Diego es mi amigo pero si es bueno que tomes tu tiempo para pensar y poner en orden tus sentimientos,  yo hablare con el para que no te presioné.

- Gracias.

Temo le sonrió dandole confianza y abrió sus brazos para darle un gran abrazo, esto le parecía una casi-salida del closet por parte de Mateo y ahora solo esperaba poder ayudarlo a aclarar pronto su cabeza.  Porque en su corazón el sabia que su mejor amigo y Mateo estaban sintiendo lo mismo. 

(...)

Aristóteles no podía más con sus celos, el día parecía ir en su contra, no le bastaba al destino con haberlo hecho escuchar a Temo hablar de la cara bonita de Mateo sino que ahora mientras paseaba en su patineta por el parque se encontraba con los dos últimos nombrados, en lo que parecía ser una cita y no suficiente con eso tuvo que soportar verlos abrazarse tan cariñosamente.

Tenía que hacer algo pronto, ya no podía ocultarlo, estaba loca y completamente enamorado. 












No quiero ser tu amigo / MATIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora