Soy gay...

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Mateo se acómodo en el gran sillón frente al televisor, su amigo seguía moviéndose de un lado a otro acercando las botanas y poniendo todo en orden para ver la película.

- Linda pijama.. - murmuró Mateo tratando de no reír.

El rubio llevaba la misma pijama que el día que llegó tarde al bus. Había que admitir que era muy ridícula pero para Mateo aquella pijama hacía ver a su amigo más que adorable.

Diego río mientras se sentaba a su lado.

- Ya habías visto esta pijama antes, es mi favorita, tan cómoda y calientita.

- Ayer te fuiste del entrenamiento, digo no es que tengas que quedarte, pero me pareció raro porque siempre me esperas, y no te estoy reclamando, es solo que se me hizo extraño y...

- Olvide que no había preparado mis cosas para mí clase de natación y se me haría tarde, fue por eso que nisiquiera me despedí - mintió

- Oh, vaya yo creí que había pasado algo y me preocupe porque hoy no habías llegado a clase.

- No, solo fue eso, creó que debo dejar mis clases de natación.

- O tenerlas en fin de semana

- Imposible, el único día libre de mi entrenador es el jueves.

- ¿Entrenador? ¿No quieres decir maestro?

- No, ya se nadar, tengo entrenador porque hago competencias.

- Vaya, no sabía eso.

- Hay muchas cosas que no sabes de mi, ni yo de ti.

- Cierto, pero bueno vamos a ver la película ¿No?

- Estoy esperando las pizzas para ponerle play, creí que mientras podíamos conocernos más.

Mateo asintió no muy convencido y Diego sonrió, tal vez podría aclarar la duda que tenía del día anterior.

- ¿Tienes hermanos? - preguntó Diego tratando de sonar casual antes de preguntarle algo más.

- Una hermana ¿Tu?

- No, soy hijo único.

Las preguntas siguieron, Diego ahora sabía que Mateo tenía una hermana y que casi no hablaba con ella por la distancia ya que ella vivía con su madre y Mateo con su padre luego de su divorcio, también descubrió que Mateo iba al taller de teatro pero jugaba fútbol para mantener a su padre feliz aunque solo lo tomara como hobbie.

Luego de eso decidió que era momento de saber si aquella chica que hablo con él estaba en lo cierto o no.

- ¿Y en el amor como te va? ¿Tienes novia?

Mateo río mientras negaba con su cabeza.

- ¿Que es tan gracioso? Solo fue curiosidad, eres guapo apuesto que hay chicas tras de ti.

Mateo sonrío cuando vió a Diego sonrojarse al darse cuenta de lo que había dicho.

- No, no tengo novia.

- Bueno una chica me dijo que si tenías.

- ¿Quién?

- Creo que se llama Laura.

- Ah, ella...

- ¿La conoces?

- Si, ella siempre está buscándome, incluso me siguió a casa una vez, fui amable con ella y le dije que no me interesaba, luego siguió acosandome y ya no fui amable, pero ella seguía a pesar de lo cruel que podía llegar a ser, fue entonces que le dije que tenía novia, y creí que eso la mantendría por fin alejada pero me acabas de confirmar que no es así.

- Vaya, que locura, ella estaba viendo el entrenamiento por ti.

- Lo se, ya no se qué hacer para que lo entienda. Pero bueno hablemos de ti ¿Tu tienes novia?

- ¿Qué?

- ¿Qué si tienes..

- No, si escuché... Es solo que creí que era muy evidente.

- ¿Qué es según tu "evidente"?

- Soy gay...

Todo quedó en silencio luego de la inesperada declaración, Diego esperaba que Mateo no fuera algún tipo de homofóbico, no quería perder su amistad pero sus nervios aumentaban a medida de que Mateo no decía nada mientras el tiempo seguía corriendo.

Quería decir algo pero no podía y como si el destino le diera una mano, el timbre sonó.

- Las pizzas... - murmuró nervioso mientras de levantaba del sillón para caminar hacia la puerta.

Mateo seguía sin decir nada, nisiquiera se había movido, Diego pago las pizzas a pesar de que habían tardado más de media hora, y las dejo en la mesita de enfrente con las demás botanas.

- ¿Te gusta la de peperoni? - preguntó tratando de acabar el silencio incómodo.

Mateo salió de su trance y asintió nervioso, Diego le pasó un plato con una rebanada y luego apagó las luces para poner la película.

Pero ninguno de los dos prestaba atención a la pantalla, cada uno se encontraba sumido en sus pensamientos. Diego por un lado pensaba que quizá solo lo había sorprendido pero dudaba que su amigo fuera homofóbico, de serlo no de habría quedado allí con el viendo películas. Mateo no dejaba de escuchar en su mente la voz de su amigo diciéndole que era gay, no mentiría, le había sacado de onda lo fácil que Diego se lo dijo, y no sabía cómo sentirse, algo dentro de su corazón había reaccionado a aquellas palabras y sus latidos aumentaron su velocidad, sabía que que la había emocionado aquella confesión sin duda, pero aún no entendía el porque.

(...)

Temo miraba en su teléfono su foto junto a Aristóteles. Debía admitir que ya lo extrañaba.

Y como si lo hubiera invocado con algún poder mágico; Aristóteles le estaba llamando por teléfono.

*Llamada*

A: Hola, ¿Cómo estás?

T: Bien ¿tu estás bien? ¿Pasa algo?

A: Todo bien, cálmate.. solo quería hablar contigo, hoy te fuiste y ha no pudimos hablar.

T: Cierto, perdón tenía algo importante que hacer.

A: ¿Más importante que tú mejor amigo?

T: Si, mi otro mejor amigo...

A: ¿Mateo es ahora tu otro mejor amigo?

T: No, yo hablaba de Diego. Mateo y yo fuimos a verlo.

A: Ah, entiendo... Tu y ese Mateo son muy amigos ¿No?

T: Si, algo así, es un buen amigo y...

A: Lo siento pero ya tengo que colgar, adiós.

*Fin de la llamada*

Temo dejo su teléfono de lado muy confundido, la forma en la que Aristóteles le había colgado la llamada lo dejo pensando muchas cosas ¿Su amigo estaba enojado? Y si era así ¿Porque lo estaba realmente?

Por otro lado Aristóteles lanzo su teléfono lejos, no quería admitirlo pero lo celos ya lo estaban consumiendo, odiaba pensar que Temo lo estuviera superando con Mateo.





No quiero ser tu amigo / MATIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora