Odio Amarte.
Cap. 5
Mi alarma sonó a las 6:30 am, para poder levantarme y llegar puntual a casa de _______.
Me levanté de la cama y me vestí con unos jeans de mezclilla rotos de las rodillas, una playera negra y unos vans negros. Entré al baño y me miré en el espejo un momento para después hundir mi rostro en el agua fría que salía del lavamanos y me sequé. Como rutina diaria, lavé mis dientes y cepillé mi alborotado cabello y salí del baño.
Tomé las llaves de mi auto y salí de mi habitación, por último, salí de casa directo al auto y a casa de _______.
Admito que fue una tortura no dormir con ella, ya hasta se me está haciendo costumbre.
Llegué y enté usando la llave que esconde para mí, debajo de la tercera maceta de izquiera a derecha. Ingenua.
Subí hasta su habitación, no entiendo por qué vive en una casa tan enorme si vive sola. Da igual. Abrí la puerta de su cuarto y ahí estaba acostada en su cama dormida, joder, es hermosa, en esa posición se ve tan apetecible y uff, su camisón negro de encaje... la hace ver más apetecible y deliciosa.
Me acosté a su lado y acaricié su hombro lentamente sientiendo la tela de encaje queriendo esconderse detrás de la seda debajo de ésta. Recorrí su brazo con leves caricias admirandola, preguntándome ¿por qué siempre le doy lo que quiere? ¿qué hago aquí con ella? ¡Me manipula! ¡Agh! Odio amarla tanto, siempre estoy a sus pies.
Despertó y al verme a su lado, me abrazó escondiendo su rostro en mi pecho dejándome aspirar el delicioso aroma de su cabello.
—¿Christian?—preguntó en un hilo de voz, estando en mi pecho.
—Mande—respondí acariciando su espalda.
—Hazme el amor como sólo tu sabes—pidió con voz ronca y exitada. Las ganas de hacerla mía me invadieron mejor que nunca.
La tomé de la cintura y la levanté de tal manera que quedara encima de mí. Sonreí y besé su boca deseando que ella fuese mi desayuno perfecto. Acaricié su espalda recorriendola hasta llegar a su trasero y apretarlo, seguí bajando hasta encontrarme con el borde de su camisón. Lo fui subiendo, claro, tratando de no perderme lo suave de su piel al momento de ir subiendo su camisón, me encontré con sus senos desnudos y los acaricié con mis pulgares sintiendo como estos se endurecían bajo mis yemas.
Lo seguí subiedo hasta sacarlo de su cuerpo. Admiré el monumento de mujer que ahora estaba sentada en mis caderas esbozando una hermosa sonrisa. Sonreí y la jalé para que volviera sobre mi cuerpo para besarla con pasión, si es que así se le puede llamar.
_______ se deshizo de mi playera y llevó sus besos a mi cuello donde lo mordió levemente, luego dibujó con su lengua un recorrido de mi pecho a mi ombligo para trazar su contorno y soplar dentro de el, sabe perfectamente que eso me exita demaciado.
Desabrochó mis jeans mientras yo me quitaba los zapatos con mis mismos pies y los bajó hasta sacarme de ellos.
_______ acarició mi pene por encima del bóxer haciéndolo reaccionar y querer salir del bóxer; y entrar en ella. Maldita sea, me está doliendo.
Se senté quedando frente a ella, llevé mis manos a su diminuta tanga para quitarsela, la dejé sobre la cama y admiré su torneado cuerpo. Verla sentada sobre sus rodillas y las piernas abiertas sobre la cama.. me pone, me pone mucho, con ganas de cogerla así, pero tengo otros planes.
Me quité mi bóxer y tomé a ______ en mis brazos, por instinto, rodeó mi cadera con sus piernas; me levanté con ella y la pegué a la pared.
—CC... está fría—se quejó arqueando su espalda para no hacer contacto con ella. Aproveché para entrar rápidamente en ella haciendola gemir.
—Tranquila amor, ahorita se calienta... además es un buen estímulo—dije con voz grave mientras la embestía con fuerza, quería hacerla mía hasta que le doliera.
Ya no dijo más y se incorporó moviendo su cadera al compás de la mía, recargó su cabeza en la pared, dándome un mejor acceso a sus senos. Sin pensarlo metí uno a mi boca y comenzé a chuparlo y morderlo hasta que este se endureciera para tirar de el y hacer gritar a _______.
Seguía embistiendola con fuerza mientras exitaba sus pezones y escuchaba mi nombre pronunciado por su exitada y cortada voz. De pronto nos invadió el orgasmo, casi al mismo tiempo, amo cuando pasa eso.
Caminé de vuelta a la cama y la dejé boca abajo, me puse detrás de ella; levanté su cadera dejando que se sosteniera con sus rodillas, así tendría una mejor vista de su trasero.
Entré de nuevo en ella con movimientos rápidos haciendo que se levantara sobre sus brazos: quedando en cuatro sobre la cama.
Acaricié su trasero y me deslizé por su espalda para morder su hombro derecho, apoyé una mano sobre la cama y la otra la llevé a seno derecho para acaricialo.
Apretó su vagina y fue cuando supe que le había llegado otro maravilloso orgasmo, seguí penetrándola hasta que llegase mi orgasmo.
Besé su espalda y me invadió el orgasmo. Me tiré sobre ella y esperé a recuperar algo de respiración.
—CC... me... me duele—chilló y comprendí, la abrazé y besé su mejilla.
—¿Puedo darte por atrás?—pregunté acariciando su trasero.
—Pero me dolerá—dijo en su defenza y reí. Metí mi índice lentamente en su ano haciendola arquearse.
—No te dolerá, será como tu primera vez, sólo que más delicioso—comenzé a sacarlo y meterlo procurando no lastimarla.
—Está bien.. tómalo— se puso en cuatro y saqué mi dedo de su hoyo. Me puse de nuevo detrás de ella y llevé la punta de mi pene a su entrada; comenzé a dibujar circulos sobre ella para darme un mejor acceso. Entré lentamente y dió un grito de dolor, me detuve para no lastimarla. Asintió con la cabeza cuando ya había pasado y seguí penetrándola hasta estar completamente dentro de ella. Oh cielos, está tan estrecha. Comenzé a bombear cuando escuché mi nombre de su boca, amo cuando gime mi nombre.
Después de unos minutos de disfrutar de lo estrecho de su hoyo, ambos llegamos a un exquisito orgasmo; me derramé sobre su trasero viendo como se escurría por sus nalgas hasta sus pantorrillas.
Me acosté a su lado para tomar el ritmo de mi respiración.
—Eso... fue... maravilloso—confesó entre respiros.
—Lo sé, me encanta hacerte mía.—me acerqué y besé sus labios unos segundos.
—CC me encantas—dijo acomodandose en mi pecho. Esas palabras hicieron que mi corazón brincara como loco ¿será que soy correspondido?
—Tú a mí—besé su frente y cerré mis ojos por el sueño que me había invadido, pero no duró mucho el placer de dormir al sentir la mano de _______ acariciar mi miembro.