SeokJin siempre ha sido la sombra de su hermano gemelo, JinSeok; ambos nacidos como omegas de la misma madre, a pesar de tener el mismo rostro, sus vidas eran muy diferentes. JinSeok, el hijo preferido, SeokJin, el hijo olvidado por todos, ambos tan...
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SeokJin siempre había odiado al perfecto y aclamado JinSeok. Odiaba que a pesar de ser gemelos, fueran tan diferentes. Odiaba que la gente, sus padres, el hombre que amaba, todos en sí, le pusieran atención a JinSeok y no a él.
Sus vidas eran muy diferentes, no era nada más que la sombra de su hermano gemelo, SeokJin no era nadie más que "el hermano de JinSeok." SeokJin no tenía amigos, ropa, regalos, atención, no recibía ni sentía amor por sí mismo. Él era un omega inseguro excluido de su familia y de la sociedad.
Los miembros de su familia y de su manada lo catalogaban como algo que estaba de más. Algo inservible que no tenía ningún propósito de ser, y eso no hacía más que aumentar sus inseguridades que día a día lo atormentaban sin descanso.
A pesar de no saber el porqué, SeokJin no era un omega curioso, no se le permitía serlo. Sus errores siempre eran señalados por todos, nunca habían virtudes de por medio, y siempre ese encargaban de hacerle saber cuán inútil era, como si buscaran de alguna cruel manera reafirmar que ellos eran mucho más que el vulnerable omega. Hacerle sentir inferior era satisfactorio para aquellos crueles seres que se hacían llamar humanos, aunque de humanidad carecían bastante.
Su único consuelo, lo único que tenía a lo que aferrarse en aquel mundo obscuro lleno de emociones reprimidas, era su amor por Min YoonGi, aquel centinela que desde la primer palabra que escuchó salir de su boca, le había dejado tan enamorado. Su impotencia. neutralidad y emociones ocultas lo habían cautivado y lo habían llevado a experimentar todo aquello que creía muerto, aquello que había sido asesinado por las personas malas que lo rodeaban.
Lo que principalmente llamó su atención era que al ver y oler a ese interesante hombre, su lobo por primera vez en mucho tiempo había revivido, había salido de ese lugar recóndito que era su subconsciente, y se animó a mover la cola de un lado a otro como un cachorro impresionado, lo cual no era muy frecuente.
Cuando se le acercó por primera vez, no podía creerlo. Lo tenía ahí, frente a sus ojos que se habían iluminado de amor por él. No supo si lo notó, no supo nada en ese momento. Su mente estaba ocupada pensando en él. Pero claro, no todo podía ser tan bueno, ¿Verdad?
" JinSeok, ¿Cierto? Tenía tantas ganas de conocerte. "
Sus ilusiones habían quedado medio rotas. Pero no podía pedir mucho, al fin y al cabo era solo "el otro", el omega despreciado, el omega que no importa y que simplemente es omitido. El omega con luz apagada.
Su vida era una miseria. No entendía porqué la madre luna le había enviado a ese mundo si su destino no era otro que el de sufrir a lo largo de su vida. Porque él no tenía lugar en ningún lado; ni en la manada, ni en la escuela, ni en su familia, ni en el corazón del alfa del cual estaba enamorado.
Su corazón hecho trizas, aguantaba una y otra vez la indiferencia de las personas, que dolía más que cualquier comentario mordaz o hiriente que le pudieron soltar. Él no tenía ninguna oportunidad de ser algo más que la sombra de su gemelo, y lo tenía claro.
Pero, ¿Por qué dolía tanto saberlo? ¿Por qué a pesar de estar acostumbrado a que eso pasara, se sentía tan mal? ¿Por qué la noticia de la relación de YoonGi y JinSeok le había dolido tanto hasta el punto de haber intentado quitarse la vida?
Por supuesto, nadie se había dado cuenta tampoco de eso.
Todo seguía igual. Nada cambiaba. Y no fue hasta que su hermano gemelo anunció a la manada su casamiento con Min YoonGi, que SeokJin sintió como lo que quedaba de él acababa de romperse. Como todo a lo que había logrado aferrarse para seguir viviendo, desapareció en cuestión de segundos, como el pequeño mundo que creó, se derrumbó en tan sólo un momento.
Decidido, dolido y destrozado, lo único que lo pudo distraer de su miseria fue aquella noticia que causó tanto furor.
Aquella noticia que hizo que él se ganara el odio de su manada.
Aquella noticia que hizo que SeokJin se ganara el odio de sus padres.
Aquella noticia que hizo que YoonGi odiara a SeokJin.
Aquella que los convirtió en pareja destinada.
Acompáñame a ver la historia de un omega roto y un alfa enamorado de los restos de lo que ahora solamente es un fantasma.
¿Estarías dispuesto a descubrir cuál es el Karma de las almas gemelas?
