SeokJin siempre ha sido la sombra de su hermano gemelo, JinSeok; ambos nacidos como omegas de la misma madre, a pesar de tener el mismo rostro, sus vidas eran muy diferentes. JinSeok, el hijo preferido, SeokJin, el hijo olvidado por todos, ambos tan...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
『❝En su momento fuiste la solución a todos mis problemas. Ahora solo eres uno de ellos❞』
Intentar levantar a SeokJin había sido todo un desafío para el alfa, pues su rebelde lobito lo estaba tentando a quedarse acostado.
No lo culpaba, el día anterior se habían quedado despiertos hasta altas horas de la noche, compartiendo besos y caricias hasta que finalmente cayeron dormidos.
En ese momento mientras su chofer manejaba, SeokJin estaba acurrucado en su pecho dormitando levemente, relajado por las feromonas que YoonGi soltaba a drede para queel pequeño pudiera descansar así fuera un poco. El ambiente fue bastante calmado todo el camino. Finalmente cuando pararon el chofer salió delauto y abrió la puerta a YoonGi.
─ SeokJin, bebé ─Susurró el alfa en su oído. El omega se removió incómodo, abriendo los ojos levemente.
─¿Alfa...?
─Ya llegamos, bebé ─Dejó un casto besito en su orejita. SeokJin sonrió por la acción pero no se apartó de él.
─Cargueme, YoonGi... ─Pidió, escondiendo su cabecita en el cuello del mayor.
YoonGi suspiró sabiendo que no debía insistir. Sería batalla perdida. Acarició su espalda y luego salió del auto. Sus hombres se sorprendieron al verlo ceder a los caprichos de su menor, sin embargo no dijeron absolutamente nada. Que YoonGi fuera amable con su omega no significaba que dejase de ser su jefe, y no querían recibir un regaño.
─Ya saben lo que deben hacer ─Fue lo único que dijo para luego caminar hasta el interior del batallón de entrenamiento.
SeokJin abrió levemente los ojos y vio a dos alfas hacerle mala cara. Su lobito altanero por supuesto no se quedó atrás y les mostró sus pronunciados colmillos en forma de amenaza. Los dos alfas abrieron los ojos ante la reacción del menor.
─¿Tan rápido estás peleando? ─Preguntó en medio de una risa.
Su pregunta fue ignorada por el omega que solo soltó un suave gruñido y luego clavó sus pequeños colmillos en su cuello, haciendo que YoonGi diera un leve respingo. Bien, eso no se lo había esperado. Subió las escaleras con un poco de dificultad y cuando por fin llegó a su destino un centinela le abrió la puerta, haciendo una reverencia tanto a él como a su omega.
─Retoma tu posición, puedes dejarnos solos ─El hombre puso su mano derecha en su frente y luego abandonó el lugar.
YoonGi entró a la habitación y SeokJin abrió los ojos inmediatamente. De repente se había despertado y su perezoso y regordete lobo se había puesto a la defensiva. ¿Qué diablos...?
«L-Luna...»
─¿Te gusta mi oficina, cachorro? ─Preguntó el alfa, sentando a SeokJin en el escritorio.
