SeokJin siempre ha sido la sombra de su hermano gemelo, JinSeok; ambos nacidos como omegas de la misma madre, a pesar de tener el mismo rostro, sus vidas eran muy diferentes. JinSeok, el hijo preferido, SeokJin, el hijo olvidado por todos, ambos tan...
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『❝Nada que un buen cóctel de pastillas con alcohol no resuelva❞』
Cuando la puerta fue abierta bruscamente, las bisagras sonaron espantosamente altas. El ruido estridente hizo que SeokJin despertase de la ensoñación en la que había estado durante el tiempo en el que Rain había estado dentro de la habitación, que ya no sabía si había sido poco o bastante. El ambiente estaba más frío, por lo que suponía, que ya estaba haciéndose tarde.
─Rain, ven aquí ─Ordenó un hombre tras ella, el cual SeokJin no alcanzaba a ver totalmente.
La pelinegra negó y fue directamente hacia donde él estaba, haciéndolo sobresaltar por el brusco cambio de actitud. El lobo de SeokJin estaba sintiendo la ira de la alfa y lo único que quería era calmarla un poco, por lo que sin pensarlo, su omega sumisamente dejó salir un poco de su olor y SeokJin ladeó su cuello para que éste saliera aún más.
La mayor se acercó a SeokJin una vez lo ubicó y gruñó al hombre enojada, lista para atacar como toda una fiera. SeokJin no sabía qué había pasado, pero ya no sabía si quería hacerlo. Rain le estaba asustando un poco, pero al parecer el intentar calmarla con su aroma estaba funcionando... un poco.
─Estás siendo irracional ─Dijo a quien SeokJin pudo reconocer como SeungHyun.
─¡Estoy siendo justa! Por la grandísima puta madre ─El hombre intentó acercarse a ella, pero ésta le gruñó─. Acérquese y le rebano la jodida garganta.
─No hay necesidad de ser agresivos.
─SeokJin, nos vamos ─La alfa inmediatamente se levantó de donde estaba y tomó la mano del omega para jalarlo, pero una voz le impidió irse y llevar a cabo su cometido.
─Rain... ─El alfa que salió de la habitación no era nada más ni nada menos que YoonGi.
─No.
─Por favor..., Rain.
─¡No, joder! ─La mujer se levantó, dispuesta a enfrentarlo, sabiendo que ganaría sin problemas, pero una pequeña manita le impidió que lo hiciera.
Cuando volteó, se encontró con la carita ingenua de SeokJin, esperando una respuesta o una explicación que, muy probablemente, no iba a llegar de su parte. El omega parecía aterrado y su aroma dulzón estaba por todos lados ahora. Ella tuvo el impulso de abrazarlo, pero no lo hizo.
